Mujeres reclaman soberanía para sus cuerpos y sus territorios
(Fundación Solón).- 1.600 mujeres de 48 países estuvieron reunidas del 25 al 31 de agosto debatiendo sobre temáticas actuales que tienen que ver con la agenda del feminismo en el mundo, así como, acerca de la trayectoria y las estrategias de la Marcha Mundial de Mujeres y su ya característica Acción Internacional en su 4ta versión prevista para el 2015.
Durante los dos primeros días discutieron sobre la trayectoria del feminismo en América Latina, las formas de ocupación de sus cuerpos y sus territorios. “Venimos de una lucha contra el capitalismo…la conexión entre el militarismo y el capitalismo sigue sacando provecho del cuerpo y la pobreza de las mujeres”, decían en sus debates.
El último día, después de aprobar la declaración final, más de 3000 mujeres partieron en movilización de la Av. Paulista con pancartas, pasacalles y con la batucada feminista, acompañadas de estribillos que expresaban sus demandas y anhelos: “Seguiremos en marcha hasta que todas seamos libres”; “Contra el sistema, la solidaridad feminista es nuestra arma”, “Feminismo en marcha para transformar el mundo”…
Patriarcado y capitalismo
La claridad de los debates sobre la forma en que el patriarcado y el capitalismo son dos sistemas que se retroalimentan y controlan la vida de las mujeres llamaron a denunciar la mercantilización de la vida y a exigir el derecho a una vida digna, mediante acciones directas en sus países y regiones construyendo rebeldías y resistencias.
En sus sesiones de debate reconocieron que el feminismo en América Latina nació desde los movimientos de base, aunque al principio fue difícil para las mujeres reconocerse como feministas. Sin embargo, ahora las mujeres trabajadoras lo hacen con mucha convicción. Es el caso de la Vía Campesina, quienes se plantearon la necesidad de construir el feminismo campesino popular, denunciar que detrás de la cosmovisión se esconde la violencia y que es importante reclamar la tierra para las mujeres.
También se dejó claro que los sistemas políticos socialistas, como los que están en marcha en Cuba y Venezuela, tienen que ser feministas para garantizar un cambio verdadero y construir poderes compartidos.
Economía del cuidado y feminismo
Las mujeres participantes recomendaron avanzar en el reconocimiento de los aportes del trabajo doméstico al funcionamiento de nuestras sociedades y reconocer el aporte económico de las mujeres, así como el saber popular, la práctica y acción colectiva comunitaria para el cuidado de la vida.
Se denunció que las políticas económicas fragmentan la producción y reproducción de la vida y que necesitamos construir relaciones sociales más humanas y participativas, conscientes de que no solo lo público es importante sino también la gestión social y comunitaria.
En el debate se señaló la importancia de avanzar en la lucha anticapitalista y feminista profundizando el debate sobre las propuestas en torno al tipo de desarrollo que necesitamos y cambiando el enfoque hacia una economía feminista y del cuidado. Muy convencidas dijeron “estamos construyendo feminismo y no tenemos recetas…nuestra formación política nos permite fortalecer las acciones, compartiendo nuestras fortalezas”.
Solidaridad internacional activa
Las representantes de Sarawi, Túnez y Siria denunciaron la situación de violación de derechos humanos que está causando las invasiones militares y el conflicto armado que viven en sus países, especialmente mujeres y niños. Denunciaron que el imperialismo en alianza con los fundamentalistas está instaurando una nueva dictadura, dividiendo el pueblo arábico para controlarlo por sus recursos.
Mujeres en lucha contra la mercantilización de la naturaleza
Daiane Hohn, dirigente brasilera del Movimiento de Afectados por Represas, señaló que el 90% del agua se convierte en energía, en comparación al 30% del petróleo, lo que acompañado a la venta de los equipos de infraestructura, la comercialización directa, el bajo costo de producción (en el caso brasilero la producción de 1 mgw cuesta 6 ctvs. de real y se comercializa a 60ctvs.), hacen que las hidroeléctricas sean muy lucrativas con un fuerte interés capitalista asegurando su mercado por lo menos durante unos 30 años.
Se denunció que la generación de esta energía esta causando graves impactos ambientales y sociales en las comunidades y la vida de las mujeres, quienes además de no tener título sobre la tierra (en la amazonia 7 de cada 10 personas tienen este documento), son víctimas de la prostitución y el embarazo adolescente. Lo peor es que esta energía es para alimentar una sociedad consumista y a sus industrias que contaminan.
Patricia Amat, de la Red Latinoamericana Mujeres Transformando la Economía y MMM Perú, presentó el análisis del vínculo poco discutido sobre extractivismo y feminismo. Se refirió al vigente “consenso para la exportación de comodities”, citando a María Estela Esbampa de Argentina, que gracias a las buenas condiciones de los precios internacionales, hace que sean muy defendidas e impulsadas por los gobiernos de la región con un criterio eminentemente económico sin considerar los serios impactos en las comunidades, que se van convirtiendo en territorios vacíos. Es lo que está sucediendo en toda Latinoamérica, con mayor inversión en México, Brasil, Chile, Perú y Colombia.
Amat expresó su preocupación por el hecho de que en la actualidad el extractivismo convive con los niveles tecnológicos de desarrollo de la humanidad y a pesar de la conciencia ecológica de la gente, de los derechos que protegen a las comunidades; y sin importar los sueños de las personas.
Así mismo señaló la importancia de iniciar un debate sobre los territorios plenos, no solo vistos como un hábitat o un medio de subsistencia, sino como lugares donde se gestionan recursos donde la gente con sus conocimientos y cultura conviven y la transforman sin destruirla. Y que es necesaria una nueva visión de la economía, con propuestas como “las transiciones” planteada por CLAES; la economía ecológica; la economía feminista y del cuidado, para transformar el esquema vigente de la supremacía del hombre sobre la naturaleza, con la racionalidad de acumulación.
Amat culminó su intervención citando el Manifiesto de las Mujeres Mineras del libro “Si me permiten hablar” de Domitila Chungara y resaltó que el vínculo entre feminismo y minería fue más evidente en la minería del siglo pasado porque los roles productivos y reproductivos se encontraban en el mismo territorio, por lo que incluso se hablaba de un feminismo clasista que cuestionó las condiciones de vida, los salarios de los trabajadores, y las mujeres tuvieron roles protagónicos importantes. Y que lastimosamente con el cambio de la técnica minera, a lo que conocemos como “minería a cielo abierto”, se desmovilizó a las mujeres mineras. Sin embargo, hay esperanza en nuevas sectores movilizados como son las mujeres de las comunidades afectadas por la contaminación.
La Marcha Mundial de Mujeres como movimiento insoslayable
La Marcha Mundial de Mujeres nació con la Marcha de pan y rosas realizada en Quebec con 850 caminantes que durante 10 días por reivindicaciones sobre justicia económica. En la meta final fueron acogidas por 1500 personas. Tejieron la solidaridad kilómetro a kilómetro.
El año 2000 se lanzó la 1ra Acción Internacional para oponerse a la pobreza de las mujeres y elaboraron una Carta Mundial de las Mujeres por la humanidad. Las siguientes acciones internacionales se pronunciaron sobre el empobreciendo de las mujeres en el sur y el norte, el conflicto armado que golpea a las mujeres y niños, la violencia conyugal y la violación a los cuerpos de la mujeres y niñas.
En este encuentro internacional se planificaron las acciones para la 5ta Acción Internacional que se desarrollará del 8 de marzo al 17 de octubre del 2015 con diversas iniciativas como caravanas, tribunales de mujeres, entre otros. Además se realizó la elección de la próxima coordinación del Secretariado Internacional, que ahora estará en Mozambique (África) a cargo de la organización Foro de las Mujeres.