Las mujeres tienen voz y gritan por la democratización de los medios comunicacionales
La crítica al modelo comunicacional social vigente en Brasil y en el mundo fue el tema de uno de los paneles simultáneos realizados la tarde de este jueves (29/08), en el 9º Encuentro Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres. La mesa contó con la participación de Bia Barbosa, militante del Intervozes, Rosane Bertotti, secretaria de comunicación de la CUT e integrante del Foro Nacional por la Democratización de la Comunicación, además de las compañeras Micaela Ryan de ALBA-TV de Venezuela, y Sally Burch de ALAI de Ecuador.
Las brasileñas hicieron un profundo análisis de la realidad local y las otras compañeras compartieron un poco de la experiencia comunicacional vividas por los dos países latinoamericanos. Mientras Brasil aún vive una situación simbólicamente colonial en las comunicaciones, los vecinos viven un nuevo momento, más abierto a la participación popular, aunque profundamente marcada por disputas con las empresas que pretenden mantener el control sobre la comunicación.
La era bolivariana trajo para Venezuela la posibilidad de una comunicación pública, más democrática y plural. La lucha trabada contra los oligopolios de los medios nacionales generó incontables tentativas de estos grupos mediáticos, controlados por empresas norteamericanas y españolas, de derrumbar al gobierno de Chávez y el proyecto político bolivariano de redistribución de los bienes y servicios nacionales.
Ecuador también vive un proceso de transformaciones en esta área. La expansión de los medios de comunicación estatales, con participación igualitaria de las producciones comunitarias y diálogo permanente con los movimientos sociales de base, han alterado la cadena productiva de la comunicación nacional.
Dos grandes ejemplos para el restante de los países latinoamericanos, aunque puedan y deban ser predominantes cada día.
Aunque la comunicación sea un derecho público, universal e inalienable, grandes corporaciones vinculadas al capital internacional poseen la mayor parte de los medios utilizados para instrumentalizarla: emisoras de televisión, radio, periódicos, productoras culturales, industrias cinematográficas, agencias publicitarias.
Además de eso, otros lenguajes posibles en el campo comunicacional también quedaron fuera de esta construcción y los grupos que intentan ejecutar nuevos modos de comunicarse tienen dificultad en dialogar con el imaginario de la mayor parte de la población. La lucha de las mujeres está insertada en este contexto y, también por eso, la democratización de los medios comunicacionales es un tema central y estratégica para avanzarse en el proyecto del feminismo revolucionario.
La no reglamentación de los medios comunicacionales consiente una “libertad de expresión” perniciosa a la democracia y a la pluralidad de voces que conviven en la sociedad, pues los frutos producidos por los oligopolios de los medios están, única y exclusivamente, al servicio del mercado financiero, con fines de lucro. En este proceso, la gran demanda socio-cultural de la población es acallada y en ocasiones atrofiada por la industria monopolizada y monopolizadora.
Los medios de comunicación tienen una fuerte incidencia en el imaginario popular, pues están presentes ininterrumpidamente, en la vida cotidiana en las personas. En este sentido, funcionan como reproductores feroces de los valores del patriarcado y de la concepción machista de la vida de las mujeres. La mercantilización de los cuerpos, basada en patrones excluyentes, la banalización de la violencia física, psíquica y moral, la ratificación de la sumisión social de las mujeres y, sobre todo, la total invisibilización de los movimientos sociales y de la lucha de las mujeres son algunos de los principales ejes de la opresión a la cual los medios brasileños somete las mujeres.
La compañera Bia Barbosa destacó también la importancia de la inclusión de las mujeres en los sectores productivos de la comunicación. La apropiación feminista de las nuevas tecnologías de la información, de los espacios de la técnica – históricamente construidos como “masculinos”, de la ciencia de la información es una táctica fundamental en la disputa por nuevos paradigmas de la comunicación social brasileña.
Un proyecto de iniciativa popular, denominado “Para Expresar la Libertad”, es promocionado en la calle por diversos movimientos sociales y tiene meta de recoger un millón doscientas mil firmas para lograr la reglamentación y democratización de los medios. La Marcha apoya este proyecto, a través del cual se puede vislumbrar la construcción de una nueva sociedad. Mientras los medios sin regulación continuar imperando en Brasil, el avance de un proyecto feminista estará inviabilizado. (Traducción ALAI)