Al cumplirse un año más de vida institucional de nuestra gloriosa Confederación Nacional Agraria – CNA y el 50 aniversario de la histórica Reforma Agraria impulsada por el Gobierno Revolucionario del General Juan Velasco Alvarado, las y los representantes de las Federaciones Regionales y del Consejo Directivo Nacional de la CNA nos dirigimos al pueblo peruano y expresamos:

• Que la gesta de la Reforma Agraria sigue vigente hoy más que nunca, pues gracias a ella miles de Pueblos Campesinos Indígenas Originarios del Perú pueden reclamar legítimos derechos de propiedad sobre los territorios ancestrales que les fueron arrebatados durante la Colonia, la fundación de la República criolla y hasta estos tiempos seguimos enfrentando la constante amenaza de la oligarquía peruana y de los grandes capitales nacionales y extranjeros, que permanentemente pretenden despojarnos de nuestros territorios actuando siempre en alianza con los gobiernos de turno.

• Que la Reforma Agraria, para nuestro país fue el proceso histórico más importante del siglo anterior, además de devolver a sus legítimos propietarios millones de hectáreas de tierras, reivindicó la dignidad de los Pueblos Campesinos Indígenas Originarios del Perú, quienes eran inhumanamente oprimidos y explotados por los hacendados y gamonales de la oligarquía: Gracias a la Reforma Agraria hoy nuestros hermanos y hermanas Campesinos Indígenas Originarios de todo el país son reconocidos como “ciudadanos” y “ciudadanas” peruanos.

• Que la Revolución Peruana impulsada por el gobierno del General Juan Velasco Alvarado sigue siendo innegablemente al día de hoy, el proceso político y social que ha enfrentado con mayor éxito el tiránico poder de la oligarquía peruana. En tal sentido, la titánica figura del General Velasco se proyecta hasta nuestros días y se visibiliza hoy con más fuerza que nunca, ante el escenario de profunda crisis política y moral que viene contemplando nuestro país por culpa de la corrupta y antinacional partidocracia criolla, cuyos tentáculos han capturado todo el aparato estatal: el Poder Judicial, la Fiscalía de la Nación, el Poder Ejecutivo, los órganos electorales y el Congreso de la República que se acaba de disolver.

• Que, en estos momentos tan difíciles para nuestro país, la CNA manifiesta su total respaldo a la disolución del Congreso dispuesta por el Presidente de la República el pasado 30 de setiembre, dada la intolerable complicidad que la gran mayoría de sus miembros demostraba descaradamente con la corrupción de altos funcionarios, políticos y grandes empresarios, medida que demoró demasiado en ser aplicada, pero que aun así, supo recoger la demanda de la inmensa mayoría de peruanos y peruanas hartos de presenciar tanta inmundicia. Esperamos ahora que sobre los congresistas y políticos corruptos recaiga todo el peso de la ley, por lo cual manifestamos también nuestro total y decidido apoyo a la lucha anticorrupción que viene emprendiendo el reducido pero valiente equipo de fiscales liderados por Rafael Vela y José Domingo Pérez, cuyas investigaciones deben llegar hasta las últimas consecuencias sin importar caiga quien caiga.

• Que, para la CNA no es suficiente el llamado a elección de nuevos parlamentarios anunciada por el Ejecutivo para enero de 2020, pues dicho proceso no garantizará el cambio democrático que los peruanos y peruanas esperamos y exigimos. Recordemos que en esta elección participarán los mismos partidos que ya habían tomado el congreso disuelto, por lo que no habrá ninguna garantía de que quienes resulten elegidos el próximo año sean mejores que los congresistas expulsados. Nuestro pueblo demanda cambios reales y profundos a nivel político, económico y social, y no una simple pantomima de elección que únicamente permitirá que nuevos “indeseables” capturen de nuevo el Congreso y las instituciones.

• Que en la CNA sabemos que la enorme corrupción, desigualdad, discriminación, injusticia y violencia social que desde hace más de dos décadas asola a nuestro país es producto y consecuencia de la espuria Constitución de 1993 impuesta por la dictadura de Fujimori, cuyo régimen corrupto, neoliberal y antinacional pretendió, entre otras traiciones, aniquilar los logros de la Reforma Agraria, vulnerando con ese afán la vida, integridad, libertad, propiedad y más derechos humanos de miles de peruanos y peruanas, sobre todo de nuestros Pueblos Campesinos Indígenas Originarios. Este es el verdadero problema de fondo, que tanto el actual gobierno como los políticos, empresarios y medios de comunicación cómplices de la oligarquía y los grandes capitales pretenden ocultar, proponiendo al país “cambios” que en realidad no cambiarán el régimen económico neoliberal del que tanto se benefician los empresarios de la CONFIEP, la SNI, la SNMPE y demás.

• Que las bases y dirigentes de la CNA venimos sosteniendo desde hace años una firme lucha para que por fin se escuche la demanda popular y se convoque a una Asamblea Constituyente verdaderamente democrática, que esté integrada por las y los legítimos representantes de los Pueblos Campesinos Indígenas Originarios, todos los sectores populares y de la sociedad civil de nuestro país. Esta Asamblea debe derogar la entreguista constitución fujimorista y darle a nuestro país una nueva Carta Magna que restituya nuestra dignidad nacional, reconociéndose como un Estado Plurinacional e Intercultural y que garantice el Buen Vivir en armonía con la Madre Tierra (desarrollo integral), con un nuevo régimen político, social, económico, cultural y ambiental que consagre nuestra diversidad biológica y cultural. Nuestro país tiene una nueva oportunidad histórica para llevar a cabo las profundas reformas estructurales que necesita; por ello, invocamos a todas las organizaciones populares y de la sociedad civil a sumarse a nuestra exigencia y lucha, pues solo ello nos garantiza nuevas condiciones para el bien de nuestro país.

En esta histórica fecha, las y los representantes y federaciones de la CNA renovamos ante el pueblo peruano nuestro compromiso de continuar la senda trazada por nuestro eterno General Juan Velasco Alvarado, y seguir trabajando incansablemente por la defensa de los derechos de nuestros Pueblos Campesinos Indígenas y Originarios del Perú.