Juventud del campo: la apuesta por la formación y la participación
Uno de los desafíos centrales para la producción campesina es lograr que la juventud rural pueda quedarse en el campo y tenga las condiciones y conocimientos para producir y vivir dignamente, como se reconoció en el VII Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo / CLOC-La Vía Campesina realizado en Cuba a fines de junio.
“Las políticas públicas hacia la juventud de los gobiernos neoliberales de nuestros países no ofrecen las garantías que la juventud necesita en los territorios. Entonces, al no obtener una buena educación, formación, sistema de salud, el joven tiene que buscar en las ciudades esos beneficios con los que no contamos en el campo”, explicó en conversación con ALAI el dirigente hondureño, Raúl Eguigure, quien representa a la juventud centroamericana en la CLOC. Por su parte, la argentina Margarita Gómez, representante por Suramérica y delegada al Comité Coordinador Internacional de la Vía Campesina por la juventud de las Américas, añadió que otro problema es el acceso a la tierra –sobre todo para las mujeres– y al empleo, por lo que se produce la migración forzosa a las ciudades en búsqueda de trabajo.
No obstante, también se reconoce una barrera cultural: que al trabajo en el campo no se le da el valor suficiente, que es otro motivo de migración de la juventud. “Pienso que como campesinos deberíamos tener un título –afirma Eguigure– porque es una profesión. Nosotros producimos vida en el campo y las grandes ciudades no lo valoran. Si el campesinado dejara de producir, las grandes ciudades tendrían un caos alimentario”. Por lo mismo, propone la concientización de la gente de las ciudades respecto al valor de lo que se produce en el campo, lo que motivaría también a la juventud a quedarse.
Justamente, uno de los planteamientos centrales de la articulación juvenil es volver a enamorar a la juventud que se ha ido a la ciudad, respecto al campo. “Muchos de los jóvenes que encontramos en las grandes ciudades (sobre todo en las villas), son jóvenes cuyas abuelas, abuelos o tatarabuelos se fueron del campo por la condición difícil en la que vivían”, señala Gómez. “Hoy nuestra tarea como jóvenes es hacerle ver a la juventud que hay otro campo, otra realidad en nuestros territorios que hace setenta años atrás; y eso se debe a la lucha de nuestros ancestros, y a la que estamos dando hoy en día también en estos últimos veinte años”.
Por ello, desde hace algunos años, se viene impulsando articulaciones entre jóvenes del campo y de la ciudad. Mediante pasantías, campamentos, encuentros, los jóvenes de la ciudad tienen la oportunidad de conocer el campo, cómo se produce, principios de la agroecología; también se les invita a formarse en las escuelas de las organizaciones del campo. Además, se promueve la agricultura urbana: “En varios países tenemos prácticas en que los jóvenes que no sabían cómo se sembraba una mata de maíz, ya lo hacen porque han ido al campo y han hecho la práctica –señala el líder hondureño–. Y así, ellos en sus lugares, también tienen huertos familiares. Si tenemos un patio, una alberca, desde ahí podemos empezar a cultivar, y agroecológicamente también. Es una manera de obtener un beneficio viviendo en la ciudad. Nuestro sueño es que todos los jóvenes que han emigrado regresen al campo, porque en el campo está la vida”, añade Eguigure. También impulsan procesos de organización en la ciudad.
A su vez, está articulación campo-ciudad permite que la juventud rural pueda conocer la ciudad y sus problemáticas y luchas y sumarse a sus movilizaciones.
La formación técnica y política
Como principal prioridad y logro, los dirigentes juveniles destacaron la formación, tanto técnica como política. El principal mecanismo es a través de los Institutos Agroecológicos de América Latina (IALAs) promovidos por la CLOC/LVC, de los cuales existen seis en diversos países, además de otras escuelas agroecológicas. Son las organizaciones que están encargadas de mantener vivos a los IALAs, y cada país se compromete a enviar su cuota de jóvenes a los procesos de formación.
“Allí hacemos una alternancia; es decir, un tiempo en el aula y un tiempo en la comunidad siguiendo el trabajo para que no se dé ese desarraigo del campo” señala Gómez. Los estudiantes pueden realizar este trabajo práctico en su propia comunidad o en las comunidades cercanas al IALA donde se forman. Las materias, si bien son diferenciadas en cada instituto, combinan la formación política con la capacitación técnico-práctico. Los profesores son miembros de las organizaciones, o académicos por acuerdos con universidades.
Una década de organización
El proceso de articulación de jóvenes en la CLOC-LVC cuenta al menos una década. La I Asamblea de Jóvenes se realizó en Paraguay en 2010. Desde allí, se ha venido impulsando la organización en los distintos niveles: desde las bases locales, a nivel territorial y nacional. Hoy la representación de cada país en la CLOC debe incluir un/a joven y una mujer, electos por las organizaciones, y la juventud designa también a un delegado y una delegada de cada región en el Comité Coordinador Internacional de la Vía Campesina. De esta forma, a partir de intercambios con las bases, la juventud incide en la agenda política de la CLOC y de la Vía Campesina mundial con sus propuestas y aportes.
“Como jóvenes, vemos la importancia de trabajar con nuestras compañeras y compañeros mayores –afirma Margarita Gómez– y eso nos da fortaleza de seguir en todas las discusiones que se ven políticamente dentro de la CLOC. Estamos en todos los espacios de toma de decisiones, discusiones, así que eso nos permite seguir creciendo, llevando adelante muchas de las luchas que venimos dando en nuestros territorios”.
Esta política de la CLOC de impulsar la organización juvenil ha sido un ejemplo que incentiva también la participación en las organizaciones locales y nacionales. No obstante, los jóvenes reconocen que no siempre es un proceso fácil. “Hay que hacerle ver a los dirigentes que si no estamos ocupando un espacio dentro de las organizaciones, no vamos a aprender”, enfatiza Raúl Eguigure, y añade que eso les permite luego asumir mejor puestos de dirigencia en su organización. Así, él espera que los compañeros mayores “nos sigan dando la oportunidad y se den cuenta que, teniéndonos dentro, podemos opinar, generar aportes y se beneficia la organización; porque la juventud siempre ha estado ahí para la vanguardia. Muchas veces fuimos usados para otros fines, pero ahora sí nos han estado dando el espacio que es importante para nosotros, y eso se los agradecemos”.
La V Asamblea en Cuba
Ambos dirigentes juveniles evalúan positivamente la realización de su V Asamblea en Cuba, y destacan que por primera vez hubo presencia también de delegaciones urbanas. La dirigenta argentina enfatiza que “fue una asamblea de mucho intercambio donde pudimos conocer a los jóvenes cubanos, cubanas”, e intercambiar sobre la revolución, la construcción del socialismo, internacionalismo e unidad. “Queremos también una revolución en nuestros territorios; y esta asamblea nos permitió mirar y proyectarnos sobre esa reforma agraria en la que soñamos, la soberanía alimentaria y el tema de la revolución”.
Como perspectivas, destaca “seguir construyendo nuestro socialismo, sumarnos a las luchas y seguir haciendo lucha en las calles que es lo que nos caracteriza como jóvenes y como parte de la vida campesina. Seguir con el trabajo de base, construyendo nuestros espacios de formación, aportando a esos espacios que ya están y seguir articulados, haciéndolos más fuertes. Ese es el compromiso. Seguir luchando en el territorio, produciendo, y poder hacer esa formación en los jóvenes de la ciudad y aprender de ellos también”.
Valoraron particularmente la visita a las comunidades campesinas en los territorios de Cuba, donde se hace producción agrícola, y hay juventud: “hemos podido ver la agroecología y sobre todo la organización que hay en Cuba. La juventud cubana está articulada en una sola organización que es la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba (UJC), y esa construcción también la queremos ver en nuestros países, pero va a ser la batalla más dura”.
Por último, Gómez resaltó el compromiso de solidaridad con el pueblo cubano por el bloqueo económico, como con los pueblos de Honduras, Nicaragua y Venezuela, y la voluntad de seguir luchando por la soberanía en cada país; y asimismo, señaló la importancia de seguir construyendo a partir de la Declaración sobre Derechos Campesinos, aprobada por las Naciones Unidas.