Jubileo Sur-Américas: por la defensa del territorio, contra el endeudamiento de los pueblos
Del 10 al 12 de octubre, Jubileo Sur-Américas celebró su IV asamblea regional en Río de Janeiro, Brasil. En el encuentro, organizaciones de Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Costa Rica, Cuba, Haití, Paraguay, Brasil y Chile actualizaron sus ejes de trabajo y conformaron una nueva secretaría, que tendrá como sede a Nicaragua. Formas de endeudamiento para los pueblos, privatización y nuevos actores; deuda ecológica, justicia climática, social y ambiental; militarización y criminalización de la protestas, son los temas que permitirán continuar el camino iniciado como red en los noventa.
Tras un análisis del contexto, que develó las formas más actuales de dominación del capital, los participantes definieron que Jubileo es hoy un espacio de colectivos, organizaciones, movimientos populares y militantes en lucha por la anulación y reparación de las deudas, en defensa de los pueblos y la naturaleza. También subrayaron su resistencia a la intervención capitalista en nuestros países y al neoliberalismo. En ese sentido, pusieron énfasis en la necesidad de un mayor protagonismo popular y en la visibilización de sus alternativas.
Para ello, se propuso fortalecer el trabajo con las organizaciones de base, tanto las que luchan por sus territorios en zonas rurales como las que demandan hoy derecho a la ciudad, teniendo en cuenta que los llamados megaproyectos de minerías, represas, grandes obras de infraestructura, megaeventos, impactan ambas áreas, dejando desplazadas y en condiciones de empobrecimiento a muchas comunidades. De ahí que sea prioridad para la red el acompañamiento a esos procesos y sus alternativas, la profundización sobre el papel del Estado en los mecanismos del capital, así como la relación de estos últimos con el endeudamiento financiero y la generación de deudas ecológicas, sociales e la que históricamente sostienen los pueblos.
Además se subrayó la importancia de consolidar las alianzas con otros movimientos y articulaciones a nivel continental y global. En cuanto a la estructura, se decidió mantener el trabajo por subregiones y lograr mayor dinamismo de los comités operativo, en diálogo con la coordinación regional y la secretaría.
Una amplia agenda que recoge acciones en respuesta a los ejes mencionados, coloca como acciones inmediatas el levantamiento de las voces a nivel continental este 15 de octubre por la salida de las tropas de ocupación de Haití, al conocerse la renovación de la presencia de la Minustah en el país. Con este pronunciamiento, Jubileo Sur sigue en una campaña, ya histórica, en solidaridad con el pueblo haitiano. El apoyo a la lucha contra la explotación petrolera en el bloque ITT en el Yasuní, en Ecuador; contra la criminalización de militantes hondureños que resisten a la construcción del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca en Río Blanco, entre ellos, la líder del Copinh Berta Cáceres; iniciativas para frenar la ley de reconversión de la deuda que entrega territorios para el pago de la deuda ilegítima en esa nación, entre otros puntos, guiarán las labores en los meses próximos.
En el marco de la asamblea, hubo un diálogo con los diferentes movimientos en resistencia en la calles de Río de Janeiro. Las luchas de los profesores y estudiantes, y de los indígenas y descendientes concentrados en la “aldea Maracaná”, quienes pretenden recuperar el espacio donde se ubicaba el museo de pueblos originarios, hoy en proyecto de ser demolido para construir un estacionamiento frente al estadio de Maracaná con miras a la Copa Mundial de Fútbol 2014, formaron parte del recorrido de solidaridad.
La declaración final del encuentro destacó: “Llamamos la atención por la deuda social y ecológica generada por los estados nacionales que cada vez más transfieren recursos públicos al servicio de inversiones privadas. Garantizan infraestructura como carreteras, puertos y aeropuertos, para las grandes empresas transnacionales. Ese dinero debería ir para salud y educación pública de calidad”. También las organizaciones participantes exigieron un “justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de los pueblos y las generaciones presentes y futuras”.