Costa Rica: Carta pública de la ANEP al Presidente Barack Obama

ANEP
2013-04-30 18:00:00

Once puntos en esta misiva, donde le recordamos al mandatario estadounidense que los pueblos de América tenemos memoria, y que es necesario reivindicar la historia de nuestros territorios, los cuales los Estados Unidos han considerado, peyorativamente, como su “patio trasero”.

 

 

Señor

Barack Hussein Obama

Presidente de los Estados Unidos de América

 

Atención: Sra. Anne Andrew, Embajadora de los

Estados Unidos de América en Costa Rica

 

Para su consideración:

 

La Junta Directiva Nacional (JDN) de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), organización sindical ampliamente reconocida en este país que usted visita por estos días, Costa Rica; en su sesión No. 1955, de carácter ordinario, celebrada el día viernes 26 de abril de 2013, acordó dirigirse a usted, señor Obama, de manera pública y por medio de carta abierta, en su condición de Presidente de los Estados Unidos de América, para expresarle varias de las impresiones que desde una perspectiva obrera y social nos genera su presencia en nuestro país:

 

PRIMERO: El Presidente Obama debe saber que la abrumadora mayoría del pueblo costarricense no desea que se le considere como “patio trasero” de los Estados Unidos de América, repudiando profundamente esta concepción de coloniaje para con nuestra querida América Latina. Censuramos, en consecuencia, la más reciente afirmación en tal sentido que desde su Gobierno se planteó por intermedio de su Secretario de Estado, el señor John Kerry.

 

SEGUNDO: El Presidente Obama debe saber que fue en suelo costarricense, durante el desarrollo de la Campaña Nacional de los años 1856-1857, cuando fue derrotada la primera incursión de signo imperial de corte estadounidense en territorio latinoamericano; y que, precisamente, el 1 de mayo de 1857 fue derrotado el jerarca militar de tal invasión, William Walker, quien se rindió ante las fuerzas costarricenses comandadas por el General José Joaquín Mora Porras, hermano de nuestro Héroe Nacional y Libertador de la Patria, don Juan Rafael Mora Porras, don Juanito Mora, quien era el Presidente de la República de Costa Rica por esos años y quien estuvo al mando de la indicada Campaña Nacional.

 

TERCERO: El Presidente Obama debe saber que en la actualidad la abrumadora mayoría de los pueblos de nuestra querida América Latina desean caminos propios, soberanos y autónomos para sus respectivos países. Varios de los gobiernos actuales de la región latinoamericana revitalizan los ideales de verdadera independencia, de real desarrollo con equidad e inclusión social, en paz y armonía con la Naturaleza y con relaciones planetarias sin exclusión alguna.

 

CUARTO: El Presidente Obama debe saber que nuestra organización, tal y como reiteradamente lo han manifestado varias veces los pueblos de la Tierra en el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); condena el criminal bloqueo contra la hermana república latinoamericana de Cuba y le exige que, de una vez por todas, Estados Unidos de América abandone tan nefasta política en contra de un pueblo que como pocos en el orbe, ha apreciado lo que es la dignidad con verdadera independencia.

 

QUINTO: El Presidente Obama debe saber que tenemos en Latinoamérica una fuerte memoria histórica y que no olvidamos la larga conducta intervencionista de su país en contra de la soberanía de nuestros pueblos y de sus gobiernos legítimos: Ya no solamente le recordamos, por segunda vez, la gesta histórica costarricense de 1856-1857; sino que, entre otras recordamos las intervenciones en México, Nicaragua, Guatemala, Panamá, República Dominicana; así como el papel de los Estados Unidos de América en la instauración de las criminales dictaduras de la Seguridad Nacional en el cono sur de nuestro continente (particularmente en los países de Argentina, Uruguay y Chile) con esa infernal estrategia de los detenidos-desaparecidos. ¡No olvidamos! y su país debe, al menos, pedir perdón por todo ello si se quiere, honestamente, otro tipo de relaciones de los Estados Unidos de América con la América Latina. El Presidente Obama debe saber que miles y miles, más bien millones, tenemos muy presente que, especialmente en el anterior siglo XX, no hubo en nuestra América Latina “una sola tiranía militar que no fuera promovida, aupada, aceptada, tolerada y elogiada por los democráticos Estados Unidos…” (“El patio trasero”, Guillermo Rodríguez Rivera). Y aunque usted señor Presidente Obama ni siquiera se imagina estos nombres, corresponden a tiranos, títeres, autócratas y absolutistas de toda laya y casi todos con sus manos teñidas de sangre popular, que siempre fueron apoyados por los respectivos gobiernos estadounidenses del momento.

 

Recordemos algunos (aunque es una lista muy larga): Juan Vicente Gómez, Rafael Leónidas Trujillo, Maximiliano Hernández Martínez, François Duvalier, Marcos Pérez Jiménez, Alfredo Stroessner, Humberto Castelo Branco, Emilio Garrastazú Médici, Jorge Ubico, Fulgencio Batista, Anastasio Somoza (y sus hijos, Luis y “Tachito”), Tiburcio Carías, Rafael Videla, Juan María Bordaberry, Augusto Pinochet, Carlos Castillo Armas, Miguel Ydígoras Fuentes, Carlos Manuel Arana Osorio, René Barrientos, Roberto Micheletti, Federico Franco…

 

SEXTO: El Presidente Obama debe saber que muchos de nuestros países latinoamericanas (incluido el nuestro, Costa Rica), están hoy tomados por el comercio ilegal del narcotráfico con todas sus secuelas de perversión y de corrupción, pero ello es debido a las necesidades crecientes de consumo de la población adicta de su país, en especial, de la juventud estadounidense; y que mientras su Gobierno no varíe su política de manejo de la adicción en su propio suelo, nuestros pueblos seguirán sufriendo el flagelo de la droga con todas sus derivaciones negativas para nuestras propias vidas. Es más, no pocos estudios y muchos de ellos de gran seriedad, indican la tolerancia tácita del gobierno estadounidense a toda esta situación, habida cuenta del gigantesco flujo financiero que la actividad narco genera y que necesita el sistema bancario estadounidense para la propia supervivencia económica de su país.

 

SETIMO: El Presidente Obama debe saber que en Costa Rica la mitad del pueblo tico rechazó el denominado Tratado de “Libre” Comercio (TLC) con su país y que finalmente nos fuera impuesto por medio de un “frauduréndum”; y que actualmente, a seis años de ello, los supuestos beneficios del mismo no llegan a la mayoría de la población: hoy hay más desempleo, hoy hay más concentración de la riqueza, hoy hay más agobio para nuestros agricultores nacionales, entre otros productores y empresarios afectados por ese TLC, quienes, por lo general, se dedican a producir para el mercado interno. Como una derivación grave de esta situación, la ofensiva multinacional estadounidense para imponer en nuestro país los cultivos transgénicos, no solamente vulnera los sistemas de vida y de cultivo inherentes a nuestra nacionalidad, sino que genera graves peligros de salud pública y no menos graves riesgos para el ambiente y la ecología, todo lo cual es imposible tolerar.

 

OCTAVO: El Presidente Obama debe aclarar al pueblo costarricense la situación de morosidad que enfrentó la embajada de los Estados Unidos de América con respecto a sus obligaciones patronales con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), según fuera denunciado en fechas recientemente pasadas. Debe indicar sí se canceló lo pendiente, si ya no están en mora y si no volverán a eludir tal responsabilidad para con la Seguridad Social costarricense, tal y como se exige a todos los empleadores, tanto nacionales como extranjeros. Igualmente, resulta necesario que su Gobierno potencie el pago correcto de los salarios mínimos para quienes laboran en empresas estadounidenses asentadas en el país, de conformidad con la vigente ley laboral costarricense.

 

NOVENO: El Presidente Obama debe saber que condenamos todas las formas de terrorismo y que nos solidarizamos con el pueblo estadounidense por los episodios que ha tenido que vivir en los últimos años al respecto. Pero también es importante indicar que pensamos que hay, también, formas de Terrorismo de Estado; y que, en lo específico, el desarrollo de los aviones no tripulados que su Gobierno ha propiciado, conocidos en nuestro lenguaje como “drones”, constituyen un instrumento perverso de ese tipo de terrorismo que ha generado, por “daños colaterales”, la muerte de miles de civiles, incluyendo niños, en las zonas de confrontación militar en las que su país está involucrado. Son ya muchos los reportes de estas atrocidades y, por ejemplo, recordamos lo relatado por el periodista de The Washington Post, señor Joby Warrick, en su libro “The Triple Agent”, con la matanza ejecutada por los drones a civiles participantes en un funeral.

 

DECIMO: El Presidente Obama debe saber que en materia de Derechos Humanos (DD.HH), su país tiene, prácticamente, una nula autoridad, dado que muchos postulados de los DD.HH son violentados para favorecer al 1% más rico de su país que vive a expensas de la explotación del 99% de la población, especialmente la clase trabajadora; a la cual, por cierto, no se le reconocen muchos convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que abrirían caminos de humanización del empleo y para el trabajo decente.

 

DÉCIMOPRIMERO: EL Presidente Obama debe saber que estamos profundamente solidarizados con los millones de hombres y de mujeres naturales de la América Latina que por una serie de múltiples razones, se vieron en la necesidad de emigrar hacia los Estados Unidos de América; pero que cualquier cantidad de ellos han sufrido las más inimaginables condiciones de trato discriminatorio, desigual y deshumanizado; desde lo legal-migratorio, pasando por la asistencia social, los servicios de salud y de educación. Urge una reforma migratoria de profunda esencia para que estos coterráneos latinoamericanos residentes en Estados Unidos de América alcancen una plenitud de vida en función del gran aporte que dan a la economía de su país pese a lo maltrecho de la misma.

 

En forma atenta,

 

Junta Directiva Nacional (JDN) de la Asociación Nacional de Empleados Privados (ANEP)

Período 2011 – 2013