¡20 años de TLCAN son suficientes!

ANEC, et al.
2014-01-07 22:00:00

 

- El campo ha sido arruinado y estamos decididos a cambiar este desastre

 

 

- Tenemos derecho vivir con dignidad de nuestro trabajo en nuestras tierras

 

- Exigimos soberanía alimentaria con propiedad social de la tierra y el territorio

 

I. Nada que celebrar a 20 años del TLCAN

 

Este 1º de enero se cumplen 20 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

 

Los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y México están de fiesta. Las grandes empresas agroalimentarias de los tres países también.

 

Ellos celebran los beneficios alcanzados para unos cuantos a costa de nuestro trabajo, recursos y derechos.

 

Al mismo tiempo, nosotros y nosotras, campesinos y campesinas, rancheros y rancheras, pequeños y medianos productores e indígenas del norte, occidente, centro, sur y sureste de nuestra Patria, resistimos, trabajamos, nos organizamos y estamos de pié de lucha.

 

Y desde este puente internacional de Ciudad Juárez decimos a los gobiernos, congresos y sociedades de México, Estados Unidos y Canadá:

 

- Que 20 años de TLCAN son suficientes.

 

- Que el campo ha sido arruinado y estamos decididos a cambiar este desastre.

 

- Que tenemos derecho vivir con dignidad de nuestro trabajo en nuestras tierras.

 

- Y que exigimos soberanía alimentaria con propiedad social de la tierra y el territorio.

 

Hemos sufrido las consecuencias de dos décadas de abandono del campo pero no nos rajamos.

 

Aquí estamos organizándonos con autonomía y en movilizaciones por precios justos para nuestras cosechas de maíz, café, caña de azúcar, frijol, arroz, sorgo y trigo entre otras, en defensa de nuestras tierras y nuestro territorio, y sobre todo, luchando porque se nos reconozca que somos sujetos productivos y sujetos individuales y colectivos de derecho.

 

No somos pobres, nos han empobrecido con el TLCAN y sus políticas de desprecio, abandono, despojo y exclusión.

 

No somos pobres. Gracias a nuestras herencia indígena, a revolución campesina de 1910 y a las luchas agrarias ininterrumpidas por más de un siglo, tenemos tierra, territorio, semillas, conocimientos, organización y cultura y sobre todo tenemos mucha dignidad y patriotismo para salir adelante con nuestro trabajo y vivir bien en nuestras tierras y territorios y en nuestro suelo patrio.

 

No queremos caridad pública ni privada. No queremos TLCAN ni políticas neoliberales hacia el campo. Exigimos derechos y que el gobierno cumpla con sus obligaciones.

 

II. TLCAN: un océano de mentiras y promesas incumplidas

 

Hace 20 años nos dijeron que con el TLCAN íbamos a ser un país de primer mundo. Hoy seguimos viviendo como un país de tercer mundo pero en descomposición y en pérdida acelerada de independencia y soberanía.

 

¿De qué han servido las privatizaciones, la apertura comercial, el crecimiento del comercio y la inversión extranjera? De qué han servido si no ha crecido nuestra economía y en cambio sí ha aumentado la desigualdad, la pobreza, la migración, el precio de los alimentos, el desorden y monopolización de los mercados, la inseguridad y el despojo de nuestras tierras, aguas y recursos.

 

En 1992 Carlos Salinas de Gortari y un Congreso de la Unión a modo, impusieron la contrarreforma al artículo 27 constitucional para intentar privatizar el ejido y la comunidad y entregar nuestros territorios en concesiones a las mineras. Lo anterior como una condición para la firma del TLCAN.

 

Con el TLCAN y el abandono del campo, el gobierno ha promovido la violencia y el crecimiento y control del crimen organizado en el medio rural y también en todo el país. El gobierno saca campesinos del campo e introduce a los narcos, a los criminales.

 

Con el TLCAN también se impuso un modelo de alimentación de comida y bebida chatarras, provocando una epidemia de obesidad y sobrepeso.

 

No menos importante a considerar es que con el TLCAN y con los gobiernos neoliberales del PRI y el PAN, ha aumentado la violación de nuestros derechos, la antidemocracia, la dependencia alimentaria y la pérdida de soberanía nacional.

 

También a los agricultores y consumidores de alimentos de Estados Unidos y Canadá les ha ido igual de mal que a nosotros con el TLCAN.

 

Los únicos beneficiarios del TLCAN y son los que están de fiesta ahora son las grandes empresas agroalimentarias de México, Estados Unidos y Canadá y una minoría de grandes agricultores. También lo está el gobierno de los Estados Unidos que cada vez nos tiene más dominados y sujetos como si fuéramos una colonia.

 

El TLCAN fue un océano de mentiras y promesas incumplidas así como ahora nos dicen que con la privatización petrolera vamos a vivir como en Noruega.

 

Está larga noche que ya dura 20 años, nos fue impuesta por gobiernos débiles y entreguistas, surgidos del fraude electoral, sin legitimidad y apoyo del pueblo, sin compromiso con los intereses nacionales y de las mayorías.

 

Pero esto tiene que acabar. Y pronto.

 

IIII. 20 años del TLCAN son suficientes y debemos cambiar y pronto para recuperar nuestra soberanía alimentaria con propiedad social de la tierra y el territorio. Estas son nuestras propuestas y demandas centrales para un cambio verdadero en el campo mexicano:

 

1.- Demandamos precios justos para nuestras cosechas y seguridad en la comercialización.

 

Esto implica establecer un sistema de ingresos-objetivo por cultivo que permita recuperar costos de producción y obtener una utilidad razonable. Si los precios del mercado no son suficientes, debe haber apoyos gubernamentales complementarios. Asimismo, se requiere crear un sistema de compras gubernamentales de última instancia, una reserva pública de alimentos, recuperar el control gubernamental del comercio exterior agroalimentario, desmantelar los monopolios y masificar la organización y capitalización de los productores para la administración de la oferta y el ordenamiento de los mercados.

 

2.- Demandamos una política de Estado multianual para la autosuficiencia alimentaria con pequeños y medianos productores, con un nuevo modelo de producción sustentable de alimentos sanos, sin transgénicos y sin monopolios.

 

3.- Demandamos el respeto irrestricto al ejido y la comunidad.

 

Rechazamos toda “reforma rural” que pretenda privatizar nuestras tierras, aguas, semillas, territorios y nuestros recursos naturales de uso común y manejo comunitario. Rechazamos las concesiones mineras y petroleras, la minería a cielo abierto y la explotación petrolera y de gas vía fractura hidráulica así como los megaproyectos hidráulicos, eólicos, turísticos, inmobiliarios, de vivienda y demás, que se pretendan imponer sobre la voluntad libre e informada de los pueblos y comunidades y violando nuestro derecho a un medio ambiente sano.

 

4.- Demandamos el derecho a no migrar y a vivir con dignidad con nuestras familias en nuestras comunidades. También exigimos al gobierno y congreso de los Estados Unidos una inmediata reforma migratoria justa para los mexicanos sin papeles y al gobierno mexicano le demandamos expedir visas de tránsito a los migrantes centroamericanos.

 

5.- Vivir bien es un derecho para la población rural y es una obligación del Estado asegurar la plena realización de nuestros derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. Tenemos derechos a tener empleos bien remunerados para la juventud del campo, alimentación sana y culturalmente apropiada, vivienda digna, salud, educación, seguridad social, acceso a la cultura y recreación. Rechazamos los programas asistencialistas y el manejo clientelar y político-electoral de los programas y recursos públicos.

 

6.- Rechazamos el TLCAN y ahora el Tratado Transpacífico (TPP) por estar negociándose en secreto, sin nuestra participación y por ser igual o peor que el TLCAN. También desconocemos la llamada reforma energética por no habernos consultado y por tanto carecer de legitimidad, por atentar contra los principios de nuestra Constitución y por entregar nuestros recursos estratégicos al extranjero.

 

IV. Desde este puente internacional de Ciudad Juárez, a 20 años del TLCAN y en el inicio del Año Internacional de la Agricultura Familiar, en lucha fraterna con nuestros hermanos y hermanas de Estados Unidos y Canadá, llamamos a la unidad en la acción y en la pluralidad para alcanzar los propósitos, objetivos y demandas antes enunciadas.

 

Llamamos a todos y a todas, hombres, mujeres y jóvenes, a los ejidos y comunidades, organizaciones y movimientos campesinos e indígenas, de productores agropecuarios, forestales y pesqueros, a las comunidades y pueblos rurales, a las organizaciones de derechos humanos, movimientos ambientalistas; movimientos en defensa de la soberanía nacional, la democracia verdadera y la Constitución de 1917.

 

Les proponemos llevar a cabo un plan de organización, educación y movilización desde abajo y a lo largo y ancho del país hasta lograr la fuerza social y política necesaria para el cumplimiento de nuestras seis demandas antes señaladas.

 

Puente Internacional de Ciudad Juárez, Chihuahua, México, a 2 de enero de 2014.

 

Frente Democrático Campesino de Chihuahua (FDC)

 

Asociación de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC)

 

Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS)

 

Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC)

 

Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ)

 

Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (CONOC)