Movimientos sociales protagonizan agenda de cumbre de cambio climático:
Ahora los pueblos
Los 17 grupos de trabajo de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra comenzaron a trabajar este lunes en Cochabamba, Bolivia, aunque todavía no se realizó el lanzamiento oficial de la cumbre. Más de 15.000 personas de todos los continentes están llegando a participar de las actividades de estos días.
Este martes por la mañana se realizará la inauguración de esta conferencia del clima en Cochabamba. La ciudad está revolucionada y su capacidad hotelera agotada por las decenas de movimientos y organizaciones sociales de todo el mundo que se hacen presentes.
De acuerdo a información brindada por personal de la organización del encuentro, son más de 15.000 las personas que se esperan en la cumbre. Varios de los presidentes de los países del ALBA estarían llegando también a Cochabamba, aunque esa información se maneja con cierta cautela todavía desde la organización.
Algunos de los grupos de trabajo que empezaron a funcionar esta mañana son el de Tribunal de Justicia Climática, Causas estructurales del cambio climático, Agricultura y soberanía alimentaria, Mercado de Carbono, Protocolo de Kioto, entre otros. Además se realizó la Asamblea de los Movimientos Sociales con unos 200 participantes, entre los que se destacó la presencia de la Vía Campesina, con una gran delegación.
También se empiezan a llevar adelante a partir de hoy las conferencias con panelistas invitados y especialistas en diversas áreas relacionadas al cambio climático, y las actividades autogestionadas por los movimientos y organizaciones sociales.
La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) circuló un comunicado en el que afirma que “las secuelas del calentamiento global y el cambio climático las estamos viviendo dramáticamente cada día”. Cita como ejemplos el “deshielo acelerado de los polos y de las montañas; huracanes, inundaciones, sequías o deslaves; islas y poblaciones costeras amenazadas por marejadas y tifones, y por las aguas de los mares; desertificación creciente y urbanización acelerada que invade las tierras agrícolas; migraciones forzadas de poblaciones enteras”.
Frente a esta realidad, la CLOC plantea que “la agricultura campesina de pequeña escala es una solución clave para el cambio climático”. “La producción local sostenible de alimentos utiliza menos energía y retiene carbono en la tierra, al mismo tiempo que aumenta su biodiversidad”, explica el comunicado. Agrega que las semillas locales se adaptan mejor a los cambios del clima, que la agricultura familiar da empleo a 2.800 millones de personas y que sigue siendo la mejor manera para combatir la actual crisis alimentaria. “Si a los pequeños campesinos se les da acceso a la tierra, al agua, a la educación y a la salud, y son apoyados con políticas que pretendan la soberanía alimentaria, seguirán alimentando el mundo y protegiendo el planeta”, asegura la CLOC.