¿Por qué es importante discutir el tema del cambio climático?
Cabe resaltar, que el cambio climático no representa un riesgo únicamente para el pueblo ecuatoriano; es un riesgo para toda la humanidad; se trata básicamente de seguir existiendo o desaparecer como especie, esta es la mayor crisis que enfrentamos, y no es una crisis coyuntural, es una crisis estructural del sistema. El cambio climático solo puede revertirse, si la humanidad logra recomponer esa armonía entre el ser humano y la madre tierra.
Este proceso de calentamiento global y cambio climático es tan contradictorio, que los países llamados del primer mundo, que son los principales causantes del desequilibrio ambiental del planeta, no son los primeros perjudicados, todo lo contrario, los países con mayor pobreza y los sectores donde más se ha acentuado la pobreza, que somos los pobladores rurales, somos quienes estamos evidenciando las implicaciones de esta alteración climática, somos nosotros quienes estamos sufriendo con mayor fuerza los nefastos efectos de este llamado cambio climático. En Ecuador hemos arrastrado una larga sequía en la región sierra y grandes inundaciones en la costa, varios estudios concuerdan en que este año tendremos una severa crisis alimentaria, puesto que debido a estos fenómenos se perdieron las principales cosechas del año. Además, otro factor alarmante es que los pequeños campesinos que perdieron su producción, con certeza van a migrar a las grandes ciudades a engrosar los ya conocidos cordones de pobreza.
Al presente, existen dos visiones de cómo superar este problema:
1. La primera plantea abordar el cambio climático, desde una concepción de la conservación, y es a la cual las organizaciones sociales como FENOCIN apostamos.
2. La segunda, que proviene desde las grandes empresas transnacionales de la industria y el agronegocio, de que las soluciones serían promover las energías alternativas, los agrocombustibles; y por otro lado, generar el comercio de carbono, lo que ya hemos visto incluso en nuestro país; esto para nosotros significa simplemente un 'saludo a la bandera'.
Consideramos que esta segunda visión, es una salida fácil, porque no va a resolver el problema del cambio climático, porque se orientan por una parte a atacar los efectos y no las causas; de esta forma, el efecto es el cambio climático, pero la causa para nosotros es un modelo extractivista, productivista de los agronegocios, de los monocultivos, de los transgénicos, que nos ha conllevado solo a calentar el planeta, sino también a la pobreza y al hambre.
Por eso es fundamental diferenciar en esta propuesta, la convocatoria que hizo el hermano Presidente de Bolivia Evo Morales, que implica una discusión más allá de una respuesta de mitigación, con una mirada de conservación ambiental; implica discutir profundamente un cambio de un sistema económico y político que privilegia la ganancia, el lucro y el capital, y no asegura la permanencia de la Pachamama. Debemos enfocarnos en dar fuerza a la reafirmación y construcción de un nuevo modelo productivo y de relacionamiento, que ahora se viene llamando Sumak Kawsay.
Debo recalcar en la lógica de revertir el cambio climático desde la visión del agro negocio y las grandes empresas transnacionales, que han implicado a nivel mundial, la concentración de grandes extensiones de tierra en pocas manos y han presionado para la extensión de la frontera agrícola, y esto ha implicado disminuir los espacios de biodiversidad que son necesarios para reproducir el ciclo reproductivo natural de la tierra.
Estas falsas soluciones también vienen a decirnos ahora, que la solución son estos mecanismos comerciales para la venta de carbón; esto para nosotros no resuelve el problema fundamental; la consigna no es cambiar el clima, sino cambiar el sistema capitalista que es el causante del calentamiento global.
Para nosotros la única vía, es la de la vía campesina indígena que viene planteando la necesidad de defender la agricultura de los pequeños y medianos productores, porque estamos convencidos que nosotros, con nuestras prácticas y nuestros códigos productivos ancestrales de equilibrio, armonía y respeto a la madre tierra, podemos disminuir el cambio climático y enfriar el planeta para salvar la vida y asegurar la sobrevivencia de nuestra especie.
Es así, que nuestras principales propuestas a nivel internacional están encaminadas a:
• Salir del modelo de desarrollo extractivista, hacia un modelo que construya a varios niveles (comunitario, local, nacional, regional y mundial), una matriz basada en la soberanía energética, revolución agraria y soberanía alimentaria para alcanzar el verdadero Sumak Kawsay.
• Fortalecer la Tribuna Internacional de la Justicia Climática Internacional y promover una propuesta de deuda ambiental de los países del norte.
• Fortalecer o declarar los bosques y la biodiversidad de los países andinos como pulmón de la humanidad.
• Exigir a los estados una política de interacción regional mas allá de una concepción comercial.
• Impulsar formas de producción y consumo respetuosas de los derechos humanos, colectivos y de la naturaleza.
• Apoyar la propuesta de dejar el crudo en el subsuelo modelo “Yasuní-ITT”* Ecuador, e impulsar propuestas similares en otros países.
• Solidaridad con las comunidades locales en resistencia a las industrias extractivas, reconociendo que éstas son luchas contra el cambio climático. (Ejemplo: caso Texaco, Ecuador)
• Exigir que los Estados favorezcan un modelo de vida comunitaria, armónica con la naturaleza, antes que un sistema capitalista basado en la mercantilización de la naturaleza y la explotación de los recursos naturales.
• Rechazar los proyectos de conservación en el marco de REDD y que busquen mercantilizar nuestros territorios a través de la conversión de la Naturaleza en mercancía como servicios ambientales.
En el ámbito nacional: se ha planteado con claridad promover una política de soberanía alimentaria vinculada con fortalecer la agroecología como modelo productivo:
• Exigir al Estado planes de reversión de la minería pequeña y artesanal hacia actividades limpias y sustentables, impulsando formas propias de economías solidarias y comunitarias.
• Recuperar la semilla y combatir las semilla transgénicas
• Reconocer el rol productivo y reproductivo de la mujer en el soporte de la agricultura, como guardiana de la semilla y de saberes ancestrales.
• Exigir una inmediata reforma agraria que permite la democratización de la tierra y de los medios de producción
• Construcción de una agenda de unidad popular
• Participar articuladamente en los eventos de cambio climático
Anexo
RESUMEN EJECUTIVO
ASAMBLEA INTERCULTURAL Y PLURINACIONAL SOBRE EL CAMBIO CLIMATICO Y LOS DERECHOS DE LA MADRE TIERRA.
Nosotros, los pueblos indígenas, afroecuatorianos/as, campesinos/as, mestizos/as, organizaciones, activistas sociales y académicos/as, entre otros sectores progresistas, autoconvocados por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (FENOCIN), la Coordinadora Nacional Campesina “Eloy Alfaro” (CNC-EA) y la Confederación de Pueblos Kichwas del Ecuador “ECUARUNARI”, junto a delegados/as de los pueblos hermanos de Bolivia y Chile, con ocasión de la “Asamblea Intercultural y Plurinacional sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra”, reunida en la ciudad de Kito, Ecuador, en respuesta a la fracasada XV Cumbre Mundial de Cambio Climático de Copenhague, en diciembre del 2009, y acogiendo el llamado mundial de nuestro hermano presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma, Planteamos que:
Las causas para el calentamiento global son estructurales y el modelo económico actual no es compatible con los derechos de la naturaleza. No se podrá construir o reconstruir el Sumak Kawsay, si no retornamos y volvemos la mirada a lo nuestro, al sistema comunitario.
La propuesta es deconstruir este sistema, para así poder reconstruir el Buen Vivir o el Bien Vivir; tal como establece la Constitución Ecuatoriana, la construcción del Estado unitario, Intercultural y Plurinacional.
La lucha para enfrentar esta amenaza global, requiere de la más amplia alianza y consensos de los movimientos y sectores populares; en esta línea, asumimos el compromiso de fortalecer progresivamente procesos de unidad y coordinación del movimiento campesino, indígena, afrodescendiente y sectores urbanos a nivel local, nacional e internacional; en función de una agenda estratégica, que se centra en articular acciones y propuestas en defensa de la Madre Tierra, atacando las causas que generan su desestabilización, principalmente el cambio climático.
Los saberes y prácticas milenarias de las colectividades han sido la garantía del equilibrio del ser humano con la naturaleza, la agricultura practicada por los pequeños productores en todo el mundo puede enfriar el planeta, por ello nos mantenemos y exigimos a los gobiernos políticas de estado para recuperar y reproducir estos saberes impulsando la agroecología, la misma que podrá hacerse realidad con una verdadera y profunda revolución agraria que significa la redistribución y desprivatización de la tierra y el agua, democratización de los medios de producción que permita garantizar la soberanía alimentaria para todos y todas.
El sistema Capitalista causante del calentamiento global del cual hay responsabilidad directa de personas, gobiernos, transnacionales y nosotros mismos por nuestra inactividad, por esta realidad que es urgente superarla apoyamos e impulsamos la constitución de un Tribunal Internacional de Defensa de la Naturaleza para sancionar a los responsables y evitar su impunidad, seremos parte activa del referéndum mundial sobre cambio climático, así como, de la construcción de una Declaración Universal de los Derechos de la Naturaleza, que contengan mecanismos, estrategias que permitan disminuir y evitar las emisiones de carbono, el reconocimiento de los refugiados climáticos, la aplicación de planes soberanos de adaptación y mitigación, conservación de ecosistemas, el ejercicio de los derechos colectivos y el respeto de los derechos de la Madre Naturaleza.
La crisis climática se ha convertido en un problema de seguridad internacional y de crisis humanitaria, debido a la migración forzada y a las guerras por escasez de recursos, ante esta situación es necesario promover una justicia climática que implica restituir las condiciones de supervivencia y el buen vivir en los lugares donde ha migrado la población, es decir que los pueblos logremos soberanía energética y alimentaria lo que implica el reconocimiento de los derechos de la naturaleza incluida su reparación integral.
Construir un nuevo modelo de desarrollo económico que sustituya el modelo neoliberal extractivista por uno basado en la reciprocidad y el principio del ayni (solidaridad y condescendencia), con profundo respeto a la naturaleza y los pueblos, que sea la base para la construcción de los nuevos Estados Interculturales y Plurinacionales, de una nueva sociedad que tiene como objetivo el Sumak Kawsay, de acuerdo a lo que dicta la Constitución.
Los bosques y la biodiversidad de Latinoamérica son el pulmón de la humanidad. No permitiremos que sean tratados como sumideros de carbono, como se pretende hacer a través de propuestas como REDD o programas como Socio Bosque o Socio Páramo, a través de los cuales se usurpa a las comunidades locales el derecho de decidir sobre el uso y manejo de sus ecosistemas y se mantiene la lógica mercantil de los bienes de la naturaleza.
Las mujeres signadas por el rol del cuidado a las familias nos vemos obligadas a redoblar las jornadas de trabajo para sostener la producción agropecuaria y la alimentación adecuada de nuestros/as hijos/as. Resguardar el páramo y las semillas, conseguir alimentos sanos y nutritivos culturalmente apropiados, conservar y transmitir los saberes y prácticas tradicionales, obtener agua limpia y segura, entre otras, son tareas que hacen que las condiciones de vida de las mujeres urbano – marginales y del campo se endurezcan. A esto se suma la violencia estructural que se ejerce sobre las vidas y cuerpos de las mujeres.
La única forma de enfrentar el cambio climático es iniciar una transición hacia una sociedad postpetrolera, que de ninguna manera puede basarse en una simple sustitución de una forma energética por otra.
Marlon Santi Luis Andrango
Presidente CONAIE Presidente FENOCIN
Romelio Gualán Delfín Tenesaca
Presidente CNC-EA Presidente ECUARUNARI