Revolución de octubre, un compromiso para continuar la lucha para vivir con justicia, equidad, tierra y trabajo.
Más que un recuerdo de hace 57 años, hoy el cansancio de todo el
pueblo por la miseria y hambre originados por el desempleo, los bajos
salarios, concentración económica que promueve el enriquecimiento
exagerado de unos pocos a costa del empobrecimiento de la mayoría y
el entreguismo de los diferentes gobiernos hacia los países
industrializados, hace que la esperanza heredada de la Revolución del
20 de Octubre de 1944, continúe vigente para promover los cambios
necesarios en las estructuras económicas, políticas, culturales y
sociales del país.
Sin ninguna duda la década revolucionaria iniciada en 1944 significó
los 10 años de mayor prosperidad en toda la historia de Guatemala,
porque fue el único momento en que la política, la economía y los
servicios públicos estuvieron al servicio del pueblo, garantizando
sus derechos y la soberanía nacional. El Gobierno Revolucionario, a
través del Decreto 900 impulsó la única Reforma Agraria que ha habido
en el país, favoreciendo al campesinado guatemalteco que era
esclavizado por los terratenientes mediante trabajos forzados.
Esto vino a demostrar que sí es posible realizar transformaciones
profundas en la tenencia de la tierra y, que lo único que se requiere
es tener la voluntad política y capacidad del Gobierno para
realizarla en beneficio de las grandes mayorías marginadas y
excluidas durante más de 509 años .
Hoy se vive una situación diferente, después que los regímenes
posteriores a la revolución se dedicaron a favorecer la concentración
de riqueza de unos pocos que trajo aparejado el empobrecimiento de la
mayoría, ampliando las desigualdades sociales y disminuyendo la
atención de salud, educación, vivienda y demás servicios públicos de
la población.
Con la llegada del FRG al Gobierno, el país se ha sumido más en una
crisis política y social severa a causa de la consolidación de
sectores antidemocráticos que están a cargo de las principales
instituciones públicas y de poder, por la incapacidad del gobierno de
armonizar los intereses de los diferentes sectores y por la falta de
una estrategia de solución a los graves problemas de la población
guatemalteca especialmente en el área Rural. Como resultado de ello
la población vive cada día con mayores limitaciones económicas,
culturales y sociales en un clima de inseguridad permanente,
desinformación y marginación.
Nos enfrentamos a un gobierno corrupto, ineficiente e incapaz que no
atiende los reclamos por la tierra, el respeto a los derechos humanos
y laborales, mientras mantiene hundida a la mayoría de guatemaltecos
y guatemaltecas en una crisis económica y social, donde los índices
de desempleo y subempleo se han incrementado y los salarios no
alcanzan para cubrir las necesidades básicas, menos aún para poder
garantizar el desarrollo.
El futuro lo debemos enfrentar con ansias de libertad, democracia
y,esperanzas y realizaciones, para vivir en una sociedad más
equilibrada, moderna y justa que garantice una distribución
equitativa de los recursos, el acceso a los medios de producción,
principalmente dar la tierra a quienes la trabajan, acceso a
créditos, capacitación, comercialización, educación, salud, vivienda,
todo lo cual nos lleve a un verdadero Desarrollo Integral tanto en la
ciudad como en las áreas rurales que padecen en mayor proporción los
males sociales y económicos.
Hacemos un llamado para fortalecer la Unidad de todo el pueblo para
alcanzar la Libertad, el Bienestar, la Justicia Social, la
Democracia, la Paz, Tierra y Trabajo.
Mientras haya pueblo, habrá revolución
Coordinadora Nacional Indígena y Campesina, -CONIC-
Miembro del Foro del Pueblo Maya, Plataforma Agraria, CNOC, CLOC,
ASOCODE y Vía Campesina.
Guatemala, 19 de octubre de 2001