Colombia: Todos somos hijos de la Madre Tierra
Medellín, diciembre 2 de 2005
Han pasado muchos años desde que decidimos unir fuerzas. Hemos perdido la cuenta de los muertos desde el día en que optamos por luchar de manera conjunta por el respeto a nuestra condición de agricultores. Por miles se cuentan los huérfanos, los desaparecidos y las madres viudas desde el momento en que antepusimos el sentir colectivo al vibrar individual. Son cientos las hectáreas recuperadas desde cuando hicimos la primera toma a fincas y haciendas. Nuestra sangre ha teñido los territorios que reclamamos desde que decidimos sumarnos y ser partes de un todo.
Son muchas más las causas que nos unen que las diferencias que nos distancian. Los campesinos, negros e indígenas somos todos hijos de la madre tierra, a ella le debemos nuestra existencia y por ella, de ser necesario, moriremos. Nuestra causa es indisoluble y por nada debemos permitir que se interponga entre nosotros la cizaña, la duda y la desconfianza que desean sembrar quienes ostentan el poder; y quieren hacerlo porque saben que unidos somos poderosos, quieren hacerlo porque saben de nuestra fuerza...que puede desestabilizarlos.
En el Cauca, Guambianos, Coconucos y el pueblo Nasa están recuperando haciendas y fincas con el consabido precio de vidas y dolor, y lo venimos haciendo no solo para nosotros sino también para recuperar la tierra de todos los agricultores, cuya causa también es nuestra. No podemos dejarnos engañar por el gobierno que quiere enemistarnos con el argumento de que en el Cauca los indígenas venimos atentando contra la propiedad privada; efectivamente luchamos contra la propiedad privada, pero contra aquella en manos de terratenientes, latifundistas y políticos que han empobrecido al departamento del Cauca, a tal extremo que hoy por hoy es una de las regiones más deprimidas del país.
Hermanos campesinos, desde el gobierno central y departamental desean fraccionar al movimiento popular, nada más conveniente para sus intereses que desarticularnos hasta hacernos caer. Queremos recuperar el país de las manos de los terratenientes, queremos que la última hectárea de tierra regrese a sus dueños tradicionales, que no son los indígenas, ni los campesinos, la madre tierra no le pertenece a nadie porque se pertenece a sí misma, nosotros, tan solo, somos sus guardianes. Hay razones por las cuales vale la pena morir...y la tierra es una de ellas. Nuestra lucha es la suya. Ahora y siempre.
COMITÉ EJECUTIVO OIA