Brasil: Tercer grito de la tierra

2001-05-31 00:00:00

Desde el pasado 27 de abril, las organizaciones del campo del Brasil se encuentran
desarrollando el Tercer Grito de la Tierra, consistente en un conjunto de acciones
y movilizaciones para llamar la atención de la sociedad y presionar al gobierno
brasileño para que resuelva los problemas del agro. El Grito de la Tierra se
prolongará hasta el 21 de junio, fecha en la que se celebrará el Día Nacional de las
Luchas, con una huelga general impulsada por la Central Unica de Trabajadores
(CUT).

En esta ocasión, las principales reivindicaciones presentadas ante el gobierno por los
sin tierra, trabajadores rurales, indígenas, afectados por las represas y demás
categorías del sector, son:

* Castigo para los autores intelectuales y materiales y autoridades responsables de la
masacre de Eldorado de Carajas en el estado del Pará;

* Asentamiento inmediato de las 37 mil familias que están acampadas en todo el
país;

* Aprobación por el Congreso Nacional de tres leyes que agilizarán el proceso de la
reforma agraria y frenarán la violencia rural.

* Revocatoria del Decreto 1775, que restablece la demarcación de los territorios
indígenas.

Además de esas reivindicaciones específicas, también se protesta contra la política
económica del presidente Fernando Henrique Cardoso, que ha agravado la crisis
social.

La política neoliberal de FHC

El Tercer Grito de la Tierra se produce en circunstancias en que el gobierno de
Fernando Henrique Cardoso sigue implantando la política neoliberal, caracterizada
por el desmantelamiento del Estado, la privatización de las empresas lucrativas, las
reformas administrativas y recortes en los gastos sociales.

Esta política es la responsable de la quiebra de las pequeñas y medianas empresas,
del aumento del desempleo, y de la disminución de la producción agrícola y del
consumo al por mayor.

De otro lado, la deuda externa, aún con el pago de 21 billones de dólares en
intereses, se incrementó de 115 a 150 billones de dólares. La deuda interna, como
consecuencia de las más altas tasas de interés de nuestra historia, se duplicó de 60 a
120 billones de dólares. Con el propósito de atraer al capital extranjero, el gobierno
está pagando una tasa de interés del 33% anual, mientras que en los Estados Unidos
ésta no pasa del 5.7%. Con esa política, el gobierno atrajo 55 billones de dólares.
Pero tan sólo 2 billones son inversiones, el resto es capital especulativo, que podrá
salir del país en forma instantánea.

Las fuerzas que se oponen a esta política han sido duramente golpeadas y se
encuentran dispersas. El único punto en el cual estamos tomando la iniciativa es en el
campo de la Reforma Agraria.

La lucha por la Reforma Agraria

En este escenario, la lucha por la reforma agraria se ha ubicado en el centro de la
lucha de clases. Eso solo fue posible porque:

* Se evidenció que la lucha por la reforma agraria no se restringe a la reivindicación
corporativa de los trabajadores rurales sin tierra, sino que es de interés para toda la
sociedad.

* Es una lucha que alcanza el ámbito nacional y no se limita una región o estado del
país.

* Es una lucha masiva que tienen un acumulado de 15 años.

* Es una lucha que apunta hacia los problemas estructurales del país, como la
concentración de la tierra, el desempleo y el hambre.

* Por ser una lucha que promueve la democratización de la propiedad de la tierra,
adquiere un cierto grado de radicalidad y enfrentamiento con las clases dominantes
y con el Estado.

La actuación del MST

En el marco de estas luchas, el MST continúa trabajando para que la reforma
agraria sea realmente una lucha de toda la sociedad. En abril, con el objetivo de
divulgar nuestros planteamientos en el ámbito urbano y de atraer la insatisfacción
dispersa de la población, realizamos marchas prácticamente en todas las capitales
brasileñas.

El conflicto ocurrido en el Dorado de Carajas, el día 17 de abril, cuando 19
trabajadores rurales fueron asesinados por la Policía Militar, sensibilizó aún más a la
sociedad sobre la necesidad de la reforma agraria.

Desde el pasado 27 de abril, las organizaciones del campo del Brasil se encuentran
desarrollando el Tercer Grito de la Tierra, consistente en un conjunto de acciones
y movilizaciones para llamar la atención de la sociedad y presionar al gobierno
brasileño para que resuelva los problemas del agro. El Grito de la Tierra se
prolongará hasta el 21 de junio, fecha en la que se celebrará el Día Nacional de las
Luchas, con una huelga general impulsada por la Central Unica de Trabajadores
(CUT).

En esta ocasión, las principales reivindicaciones presentadas ante el gobierno por los
sin tierra, trabajadores rurales, indígenas, afectados por las represas y demás
categorías del sector, son:

* Castigo para los autores intelectuales y materiales y autoridades responsables de la
masacre de Eldorado de Carajas en el estado del Pará;

* Asentamiento inmediato de las 37 mil familias que están acampadas en todo el
país;

* Aprobación por el Congreso Nacional de tres leyes que agilizarán el proceso de la
reforma agraria y frenarán la violencia rural.

* Revocatoria del Decreto 1775, que restablece la demarcación de los territorios
indígenas.

Además de esas reivindicaciones específicas, también se protesta contra la política
económica del presidente Fernando Henrique Cardoso, que ha agravado la crisis
social.

La política neoliberal de FHC

El Tercer Grito de la Tierra se produce en circunstancias en que el gobierno de
Fernando Henrique Cardoso sigue implantando la política neoliberal, caracterizada
por el desmantelamiento del Estado, la privatización de las empresas lucrativas, las
reformas administrativas y recortes en los gastos sociales.

Esta política es la responsable de la quiebra de las pequeñas y medianas empresas,
del aumento del desempleo, y de la disminución de la producción agrícola y del
consumo al por mayor.

De otro lado, la deuda externa, aún con el pago de 21 billones de dólares en
intereses, se incrementó de 115 a 150 billones de dólares. La deuda interna, como
consecuencia de las más altas tasas de interés de nuestra historia, se duplicó de 60 a
120 billones de dólares. Con el propósito de atraer al capital extranjero, el gobierno
está pagando una tasa de interés del 33% anual, mientras que en los Estados Unidos
ésta no pasa del 5.7%. Con esa política, el gobierno atrajo 55 billones de dólares.
Pero tan sólo 2 billones son inversiones, el resto es capital especulativo, que podrá
salir del país en forma instantánea.

Las fuerzas que se oponen a esta política han sido duramente golpeadas y se
encuentran dispersas. El único punto en el cual estamos tomando la iniciativa es en el
campo de la Reforma Agraria.

La lucha por la Reforma Agraria

En este escenario, la lucha por la reforma agraria se ha ubicado en el centro de la
lucha de clases. Eso solo fue posible porque:

* Se evidenció que la lucha por la reforma agraria no se restringe a la reivindicación
corporativa de los trabajadores rurales sin tierra, sino que es de interés para toda la
sociedad.

* Es una lucha que alcanza el ámbito nacional y no se limita una región o estado del
país.

* Es una lucha masiva que tienen un acumulado de 15 años.

* Es una lucha que apunta hacia los problemas estructurales del país, como la
concentración de la tierra, el desempleo y el hambre.

* Por ser una lucha que promueve la democratización de la propiedad de la tierra,
adquiere un cierto grado de radicalidad y enfrentamiento con las clases dominantes
y con el Estado.

La actuación del MST

En el marco de estas luchas, el MST continúa trabajando para que la reforma
agraria sea realmente una lucha de toda la sociedad. En abril, con el objetivo de
divulgar nuestros planteamientos en el ámbito urbano y de atraer la insatisfacción
dispersa de la población, realizamos marchas prácticamente en todas las capitales
brasileñas.

El conflicto ocurrido en el Dorado de Carajas, el día 17 de abril, cuando 19
trabajadores rurales fueron asesinados por la Policía Militar, sensibilizó aún más a la
sociedad sobre la necesidad de la reforma agraria.