Declaração da III Assembléia Continental de Mulheres do Campo

2005-10-09 00:00:00

Declaración de la III Asamblea Continental
de Mujeres del Campo

La Guatemala indígena, cuna de saberes, culturas y resistencias,
recibió con alegría y entusiasmo a sus hermanas de América Latina
y el Caribe, convocadas a la III Asamblea Continental de las
Mujeres del Campo, para consensuar nuestra agenda política frente
a las desigualdades que imponen la globalización y el patriarcado
a nuestras vidas y las de nuestros pueblos.

Aquí, donde la madre naturaleza reaccionó herida en lo más
profundo por la feroz depredación ambiental impuesta por la
insaciable avidez del capital, nos sumamos a su reclamo ante estas
prácticas de maltrato, que rompen con el principio de equilibrio
armonioso entre ella y los seres que la habitan. Nos
solidarizamos con los miles de mujeres indígenas y campesinas
empobrecidas, sus comunidades y pueblos, que enfrentan las crudas
consecuencias de una situación de injusticia, impuesta a nombre de
la modernidad y el progreso, cuyas consecuencias de pauperización
extrema provocan una aguda vulnerabilidad material y humana de
ellas frente a la catástrofe. Nos aunamos a las expresiones de
dolor e ira de las mujeres de la región mesoamericana como también
a su fuerza y resistencia ante esta situación, compartimos con
ellas sus rebeldías y reafirmamos nuestras solidaridades.

Nosotras, las hijas de la tierra, provenientes de 19 países de
nuestra América, reunidas para dar un paso adelante en el proceso
de articulación y acción que las mujeres del campo hemos venido
construyendo en la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones
del Campo -CLOC-.

Llegamos a esta III Asamblea llenas de entusiasmo y convicción de
que nuestra activa participación ha sido y es fundamental para el
avance del movimiento campesino, de los movimientos sociales y del
movimiento de mujeres en el continente, impulsando nuevas formas
de lucha, acciones y reivindicaciones de nuestros derechos y de
transformación de la sociedad.

Reafirmamos nuestra oposición al neoliberalismo, nos oponemos al
dominio autoritario de las Instituciones Financieras
Internacionales, especialmente del Banco Mundial, del Fondo
Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo,
que imponen una visión mercantilista de la producción y la
agricultura, cuyas prácticas depredadoras ponen en riesgo la vida
del planeta y de las personas.

Nos declaramos en movilización permanente contra el libre
comercio, la imposición de las reglas de la Organización Mundial
de Comercio -OMC-, los Tratados de Libre Comercio impuestos por
los Estados Unidos y la Unión Europea, y todos los instrumentos de
dominación económica que se afianzan bajo el pretexto de generar
el desarrollo, más que al contrario generan más pobreza, agudizan
el despojo y la expulsión del campo, redoblan el hambre y la
discriminación contra las mujeres.

Nos declaramos en resistencia activa y permanente frente al modelo
agroexportador y la transnacionalización del agro que se ha
apoderado de la producción agrícola, los mercados y nuestras
tierras, que nos han convertido en trabajadoras sobreexplotadas,
coartas en nuestros derechos sexuales y reproductivos, privadas
del acceso a la salud, la seguridad social, expuestas al flagelo
de los agrotóxicos, convertidas en trabajadoras desechables.

Insistimos en la urgencia de la aplicación de reformas agrarias
integrales y con igualdad entre los géneros, que permitan el
desarrollo de modos de vida campesinos solidarios, de intercambios
justos, y respetuosos del medio ambiente, el agua, los recursos
naturales y mineros donde nosotras podamos continuar desarrollando
nuestros conocimientos históricos de descubridoras de la
agricultura, generadoras y custodias de las semillas.

Exigimos la aplicación de medidas inmediatas para la erradicación
del hambre agudizada por las prácticas mercantilistas de los
alimentos. Deben desarrollarse urgentemente políticas basadas en
los principios de la soberanía alimentaria, los derechos de los
pueblos a producir sus propios alimentos y realizar intercambios
basados en principios de justicia y solidaridad.

Nos sumamos a todos los propósitos expresados en la Declaración de
Quisqueya de la Vía Campesina, y exigimos nuestro derecho a
participar y encaminar nuestras perspectivas en todo lo
concerniente al futuro del campo. Reivindicamos “el derecho a
desarrollar modelos de agricultura sustentable y de participar en
el diseño de políticas y medidas para fomentarlos; el de conservar
la biodiversidad entendida desde una concepción integral que
engloba tanto la interrelación armónica entre la naturaleza y lo
viviente como la misma diversidad humana; el de generar prácticas
de comercio agrícola basadas en relaciones de igualdad y de
intercambio justo; el de vivir de la agricultura y acceder a la
tierra, el agua y las semillas sanas; el de decidir sobre el
futuro de los recursos genéticos; el de acceder a la tecnología
apropiada y participar al diseño y gestión de los programas de
investigación y desarrollo de conocimientos; el de tomar
decisiones sobre el control y manejo de los beneficios derivados
del uso, conservación y gestión de los recursos y conocimientos
asociados; el de participar al diseño, elaboración de políticas
relacionadas con el futuro del campo y de la humanidad en
general”.

Denunciamos la militarización del campo, la criminalización de la
lucha social, los desplazamientos forzados, la invasión de
tierras, la apropiación de los recursos naturales y la
biodiversidad por parte de capitales transnacionales y
financieros.

Ratificamos la solidaridad con las mujeres campesinas y
cooperativistas cubanas y con su heroica defensa del socialismo y
la revolución, ellas representan un ejemplo de resistencia y de
inquebrantable valor en su lucha contra el imperialismo
estadounidense.

Nos declaramos en una campaña permanente de lucha contra todas las
formas de violencia sexista hacia las mujeres y las niñas del
campo: la violencia doméstica y sexual, el acoso sexual, el
tráfico de mujeres, y la más cruda expresión del patriarcado como
es el feminicidio.

Mujeres del Campo en Lucha y Resistencia

Cultivando un Milenio de Justicia, Igualdad y Libertad!

Guatemala, 7 y 8 de octubre de 2005.