Retos del Movimiento Campesino Latinoamericano
Luego de hacer un balance del impacto del neoliberalismo y de las alternativas
que se están construyendo para hacerle frente, el Congreso definió los desafíos
del movimiento campesino latinoamericano.
Desde el principio de nuestras articulaciones continentales, de nuestras relaciones
bilaterales, de nuestros intercambios y reuniones hemos avanzado en la comprensión
de los problemas comunes de nuestros pueblos y de los problemas comunes a
nuestras organizaciones. Hemos compartido y debatido muchas ideas sobre como
enfrentarlos. Hemos avanzado, con muchas conquistas sociales, con el desarrollo de
muchas luchas. Logramos incluso hacer luchas conjuntas continentales. En fin,
hemos avanzado en el desarrollo de muchas ideas de cómo enfrentar los problemas.
Sin embargo, en función del modelo económico implantado por el imperialismo en
toda latinoamérica, en función de la marginación de la agricultura, nuestro
movimiento campesino enfrenta, de manera general, en cada país, algunos retos, que
creemos son comunes, aunque el orden de importancia o prioridad sea
necesariamente distinto, de acuerdo, con nuestras realidades nacionales.
Nuestros planes de acción, de organización, nuestro debate debe por lo tanto tener en
cuenta siempre, si las medidas que tomamos, contribuyen o no, para el
enfrentamiento de esos retos.
Vincular nuestras luchas inmediatas, reivindicativas, relacionadas con las
necesidades del campo, con un proyecto estratégico nacional, de largo plazo.
El neoliberalismo es un modelo económico común a nuestros países, implantado por
el imperialismo. Ante eso necesitamos desarrollar también luchas comunes
continentales.
El peso social del campo disminuye cada día con ese modelo. Por eso es
fundamental que llevemos la lucha a las ciudades. Tenemos que hacer luchas junto
con otros sectores sociales de los excluidos, de los trabajadores urbanos.
Las clases dominantes siguen con sus métodos de cooptación, división o represión
de nuestros movimientos. Para enfrentarlos es necesario elevar el nivel de
consciencia política de nuestras bases.
Necesitamos crear alternativas de participación de la juventud y de la mujer, tanto en
alternativas económicas de trabajo y renta como en alternativas de participación en la
dirección política de nuestras organizaciones.
La necesidad de formación de cuadros es una necesidad urgente y permanente, si
queremos que nuestras organizaciones crezcan y avancen.
Perfeccionar nuestro método de organización y de dirección. Debemos tomar en
cuenta la experiencia histórica de la clase obrera a nivel universal. En esa experiencia
identificamos los principios organizativos fundamentales que deben marcar nuestros
métodos: dirección colectiva, vinculación permanente con las masas, organización
de la base, disciplina, crítica y autocrítica.
Solamente eso permitirá fortalecer a las organizaciones y combatir los desvíos que
todavía tenemos, como por ejemplo, el centralismo, burocratismo, personalismo,
sectarismo,etc.
Debemos mejorar nuestro método de práctica política. Estamos acostumbrados a
hacer buenos discursos, documentos, reuniones, congresos, pero somos todavía
débiles en hacer y realizar planos de lucha masivos.
Recuperar la práctica cotidiana de los valores éticos de una nueva sociedad, que va
creando el hombre y mujer nueva. El neoliberalismo con su hegemonía en la
sociedad predica solamente el individualismo, el egoísmo y el consumismo.
Recuperar nuestra cultura popular nacional como un valor fundamental. No caer en la
trampa de praticarla sólo como folclore o recuerdo de los antepasados. La cultura es
el elemento fundamental de integración y unidad social de los pobres. Debemos
utilizar la cultura como un instrumento de pedagogía de las masas.