No al ALCA y al plan Cavallo
A 25 años de la instauración de la dictadura más sangrienta que haya conocido
nuestro país, que le abrió el camino a la implementación del modelo
neoliberal del sistema capitalista, hoy se viven otras formas de darle
continuidad.
En Argentina, en medio de una crisis económica, política y social, quienes
detentan el Poder real y son los responsables de la pobreza y la recesión en
que vivimos, ahora, a través del gobierno de turno, han dado un verdadero
golpe de Estado civil, Colocando a Cavallo como Superministro.
Se trata de la misma persona quien, como funcionario de la dictadura,
estatizó la Deuda de grandes empresarios para que la pagara el Pueblo, dando
inicio así, a la monstruosa e impagable DEUDA EXTERNA que hoy nos agobia. Es
el mismo que, como ministro de Economía del gobierno de Menem, implantó la
trampa del Plan de Convertibilidad, entregó el Patrimonio nacional
(Aerolíneas, ENTEL, YPF, Ferrocarriles Argentinos, etc.) a través de las
privatizaciones. Impulsó la entrega y la concentración de la economía,
deteriorando los ingresos de los trabajadores, campesinos, indígenas, y demás
sectores populares, llevando la desocupación a la cifra récord del 18%, y
eliminando a 100.000 productores en 10 años de convertibilidad.
Ese mismo Cavallo vuelve hoy para defender a los mismos intereses que
defendió antes -y que nunca dejó de defender-, como funcionario de aquella
maldita dictadura, y como ministro del menemismo. Hoy ya como Superministro,
con los poderes especiales que le ha delegado un Parlamento funcional a las
utilidades e intereses que comparten.
Dichos poderes, serán utilizados para descargar una vez más la crisis sobre
el Pueblo, y profundizar la dependencia de nuestro país. Ahora, con la
puesta en marcha del ALCA que impulsa EEUU para someter a América Latina bajo
su "paternal mandato".
No es casual que se designe a Cavallo y se convierta al Parlamento en un
adorno para poder decir que aquí hay democracia y un gobierno de unidad
nacional.
La crisis, la imposición de ajuste tras ajuste, ahora el ALCA, se constituyen
en imposiciones inconsultas que responden a los dictados de EEUU, y traerán
mayor miseria, desigualdad, pérdida de soberanía económica. Siendo que para
salir de la crisis y la recesión, y reactivar la economía, son necesarias
medidas como el aumento de los salarios, de las jubilaciones, la eliminación
del IVA a los alimentos y a otros productos básicos, la construcción de obras
públicas, el aumento del empleo, garantía de precios sostén a la producción
de pequeños y medianos productores, créditos y ayuda a las PYMES, salud, y
educación.
Es imperativamente necesario limitar las superganancias de los grandes grupos
económicos, eliminar los pagos de la usura global, y recuperar de ese modo la
soberanía nacional.
En síntesis, el ALCA constituye una estrategia norteamericana acompañada por
los gobiernos de la región, orientada a asegurar la hegemonía de EEUU en
América Latina.
También debemos señalar que nuestra producción agropecuaria, no es
"complementaria", sino potencialmente competitiva, y que EEUU es la
superpotencia agroalimentaria del mundo, que basa en este sector, en los
alimentos, gran parte de su poderío, y que aún con el ALCA en marcha, se
reserva el derecho de conservar los subsidios a los productos agrícolas, las
cuotas y las normas antidumping que le permiten deprimir los precios de los
productos latinoamericanos y cerrarle así las puertas del mercado del mundo.
Por otra parte, en la medida en que se agudicen los problemas de su economía
-que no son pocos actualmente-, crecerá la agresividad de su política
agroexportadora y de penetración de sus productos, no sólo en América Latina
sino en todo el globo, arrebatando importantes espacios de nuestros
deprimidos mercados internos. Esto acrecentará la quiebra y destrucción de
nuestra producción, provocando el cierre de fuentes de trabajo, para lo que
se valdrán de las relaciones carnales que vienen practicando nuestros
gobiernos.
Aclaramos que el objetivo capitalista e imperialista de EEUU de llevar estas
políticas a cabo, se viene desarrollando hace años dentro de las Iniciativas
de las Américas, incluso donde preveían posibles resistencias a este plan,
como ser levantamientos y movilizaciones indígenas, campesinas, y hasta
posibles estallidos sociales, implementándose dichas medidas de igual modo y
a cualquier precio, como lo demostraron con el Plan Colombia, en el que
desarrollan intervenciones militares y entrenamientos "conjuntos" de las
fuerzas armadas de distintos países, haciendo total caso omiso de las
reprobaciones que se levantaron y se siguen levantando en el mundo entero.
Desde COCITRA entonces, como lo vienen señalando la Vía Campesina y la CLOC
(Coordinadora Latinoamericana de organizaciones del Campo), debemos actuar
con fuerza en la coordinación, articulación y desarrollo de iniciativas
movilizadoras, ya a nivel local, nacional, o internacional, para poder
confrontar con este modelo, que por su propia naturaleza se revela incapaz de
resolver los problemas del pueblo deparándonos nuevos sufrimientos.
Que por todo ello es que debemos enfrentar los argumentos "conciliadores":
aquellos que sostienen aún que este modelo y sistema puede brindarnos
soluciones, aquellos que siguen creyendo que sólo debemos limitarnos a
reclamos puntuales y de sectores específicos, sin atacar la raíz del
problema, que es el modelo impuesto por otros a nuestra sociedad.
Por ello creemos que debemos trabajar por la acumulación de fuerzas, de
organizaciones campesinas, indígenas, trabajadores rurales, junto a las
fuerzas populares de las ciudades, no sólo para resistir, sino principalmente
para ir construyendo juntos, una propuesta alternativa de poder.
Buenos Aires, 03 de abril de 2001
C.O.C.I.T.R.A.(Coordinadora de Organizaciones Campesinas, Indígenas y
Trabajadores Rurales de Argentina)