Noti-Vía Campesina # 3
Rechazo a los acuerdos de la FAO
La IV Conferencia Internacional de Vía Campesina expresó
con firmeza su posición de condena e indignación frente
al Informe anual de la FAO (Organización de las Naciones
Unidos para la alimentación y la agricultura); por
considerarlo un apoyo descarado a la industria bío-
tecnológica, que tiene en los transgénicos uno de sus
principales aspectos y que atenta contra la soberanía
alimentaria de los pueblos, en especial de los países
pobres.
Vía Campesina, el movimiento mundial más importante de
organizaciones campesinas y de pequeños agricultores,
sentó su posición con la aprobación unánime de los
participantes en la IV Conferencia; la misma que había
sido expresada a través de una carta abierta dirigida
al Director General de la FAO, Jacques Diouf, que ha
recibido el apoyo de más de 850 movimientos y
organizaciones de la sociedad civil.
El informe 200 de la FAO, titulado "Biotecnología:
respondiendo a las necesidades de los pobres?", elaborado
sin ninguna consulta a las organizaciones campesinas y
de pequeños agricultores, es considerado como un apoyo
político a la industria bío tecnológica, a los
transgénicos y promotor de un mayor desvío de
financiamiento para investigaciones de ese tipo, en
desmedro de los métodos sanos y ecológicos que practican
los pequeños agricultores y campesinos.
"Estamos profundamente decepcionados porque la FAO y
usted personalmente, rompió su compromiso de consultar y
mantener un diálogo abierto con las organizaciones de
agricultores de pequeña escala y con la sociedad civil.
Al no consultar a estas organizaciones el citado
informe, la FAO dio la espalda a aquellos que son los
más directamente afectados por las tecnologías que el
informe promueve", remarca la carta abierta.
Agrega que en vez de recomendar el fortalecimiento del
papel de los agricultores en el manejo de su bío
diversidad agrícola y en el mejoramiento de sus cultivos
vitales para su sobrevivencia, el informe propone un
arreglo tecnológico de cultivos que promueve el
desarrollo transgénico de la yuca, la papa, el grabanzo,
entre otros cultivos.
Destaca igualmente el hecho de que el hambre en el mundo
aumenta a pesar del crecimiento de la producción global
de alimentos; y que si "algo hemos aprendido de la
revolución verde es que los avances tecnológicos en
genética de cultivos para que las semillas respondan a
los insumos externos, van de la mano con el incremento
de la polarización de socioeconómica, el empobrecimiento
rural y urbano y una mayor inseguridad alimentaria".
La FAO no parece haber aprendido nada del fracaso de la
revolución verde y no entiende que la estrecha vision
tecnológica ha fortalecido las propias estructuras que
provocan las hambrunas. La carta subraya que la propia
historia demuestra que los cambios estructurales en el
acceso a la tierra, a la producción de alimentos y al
poder político –combinados con sólidas tecnologías
ecológicas, sustentadas en la investigación basada en el
conocimiento campesino- reducen el hambre y la pobreza.
El Informe de más de 200 páginas es sumamente tendencioso
al ignorar los impactos adversos de los cultivos
transgénicos; y afirmar que estos han resultado de
enorme beneficio económico para los agricultores y que
han servido para reducir el uso de plaguicidas. Estas
afirmaciones no obedecen a fuentes científicas
independientes y ni siquiera en una comparación de
diferentes datos disponibles, sino en estudios de las
propias empresas bío tecnológicas. Por ejemplo, afirma
que el algodón transgénico insecticida (Bt) en la India
ha sido un éxito, basado en datos parciales de ensayos
de la empresa transnacional Monsanto en el 2001, pero no
toma en cuenta los datos reales de la liberación de
algodón transgénico en el 2002 que muestra que fue un
fracaso.
Las voces contra los transgénicos han sido unánimes en la
IV Conferencia. "Las multinacionales quieren manipular
nuestros cultivos para poder controlar toda la cadena
alimentaria a nivel global, obligándonos a dejar la
producción de alimentos y a tener que consumir sus
productos en todo el mundo. Con este informe, la FAO le
proporciona la justificación para seguir contaminando
nuestros cultivos, por eso rechazamos el informe y
revisaremos nuestras estrategias respecto a este
organismos y otras agencias de la ONU, que les hacen el
trabajo de legimitación a las emrpesas transnacionales
que promueven la agricultura industrial y la expulsión
de campesinos", afirmó el dirigente campesino vasco y
miembro del Comité Internacional de la Vía, Paul
Nicholson.
El informe de la FAO ha puesto en cuestión la valoración
que Vía Campesina ha tenido sobre esta organización, al
considerar ha roto el compromiso de realizar consultas
con las organizaciones campesinas, pues se ha
deslegitimado como foro para debatir temas como la
agricultura y la alimentación. El camino para Vía
Campesina está claro: no sólo se trata de exigir que su
voz sea escucha en instituciones como la FAO, sino
seguir trabajando desde las bases, en redes horizontales
y diversas, integrando campesinos, indígenas,
comunidades negras, mujeres y jóvenes; promoviendo la
desobediencia civil, afirmando la diversidad cultural y
la denuncia de las imposiciones de las instituciones
multilaterales. En pocas palabras: globalizando la
lucha, globalizando la esperanza.