Elementos para el análisis de la situación política internacional

2009-10-28 00:00:00

INtroDuccion:
 
En aras de mantener el pulso de los acontecimientos que a diario configuran los escenarios de la acción política que viven los Pueblos en Revolución, intentamos dar seguimiento a los eventos que aceleradamente van transformando la realidad GEO-política y GEO-estratégica del planeta.
 
Si bien, en nuestro último documento marcábamos los rasgos de la crisis del sistema de dominación capitalista, sobretodo en sus características económicas y financieras, que hacían los elementos principales de aquella coyuntura, hoy debemos trasladar el centro de nuestra reflexión y análisis a la fisonomía esencialmente política y militar, que pasa a sobresalir como la fundamental en este momento.
 
SITUACIÓN POLÍTICA INTERNACIONAL
 
EL IMPERIO CONTRA ATACA.
 
En medio de su más grande crisis, el sistema capitalista de dominación y su epicentro hegemónico -el Imperio estadounidense- vuelca sus esfuerzos en retomar su iniciativa táctico-estratégica en función de resguardar y revitalizar sus posiciones globales, proyectando un plan general de mediano y largo alcance.
 
Se trata pues, de construir nuevas relaciones de fuerza que aseguren la hegemonía global de los intereses imperiales a escala planetaria, definiendo claramente los centros de gravedad que permitirían la dominación del capital transnacional bajo la dirección y conducción del Imperio norteamericano.
 
En esa dirección, el establecimiento estadounidense muestra el alto consenso logrado en sus filas, más allá de las contradicciones tácticas en su interior, situando sus prioridades en áreas, zonas y territorios desde los cuales pretenden mediante el dominio político-militar, enfrentar los grandes desafíos que afectan a su dominación hegemónica.
 
Pero la contraofensiva Imperial no se desenvuelve en un Teatro vacío de contraposiciones, muy por el contrario, es la primera vez que los EEUU tienen que maniobrar y disputar la iniciativa en diversos campos, y donde las intensidades y los niveles de confrontación son extremadamente variables, pudiendo en cualquier momento transitar de un combate táctico a uno operacional o de consecuencias estratégicas. Es muy difícil sostener bajas o medianas intensidades en el curso de las disputas actuales, donde no sólo el manejo de medios técnicos de combate y fuerzas militares es impredecible, sino que “los contagios” pueden extender los Teatros de Operaciones con extrema facilidad y sin capacidad de limitar los espacios y los tiempos, asuntos determinantes a la hora de los hornos.
 
Esto se debe no sólo a la “globalización”, a la interdependencia económico-financiera o a la velocidad de las comunicaciones, sino que es un producto concreto de los cambios que vive el planeta en dirección a la constitución de un mundo multipolar. Es ya un hecho histórico, que lo que está dibujando en esta fase, es la organización del mapa resultante de las correlaciones y construcción de fuerzas concretas de cada bloque o polo de poder.
 
Los desafío:
 
1.- La crisis económica-financiera.
 
2.- La crisis energética.
 
3.- La crisis del agua.
 
4.- La crisis ecológica (biodiversidad).
 
5.- La crisis alimentaría.
 
6.- La crisis demográfica.
 
7.- El calentamiento global.
 
Estos son los componentes principales que enfrenta la humanidad desde el punto de vista de su desarrollo y supervivencia.
 
Para los intereses de la dominación capitalista, el hambre que afecta a millones de seres humanos, la pobreza estructural que aflige a las amplias masas desposeídas a lo largo y ancho del planeta, la falta de seguridad social, de educación, de salud, del derecho a la recreación, la enorme brecha que separa a la minoría enriquecida de los enormes contingentes de pobres y excluidos, no representan un desafío de orden estratégico. Es la lógica de la acumulación y reproducción ampliada del capital la única que rige y orienta su credo ideológico-espiritual.
 
Por ello construyen y ejecutan planes de largo alcance que permitan desde su posición de Poder en crisis, revitalizar su potencial hegemónico, asegurando de esta manera la continuidad de la dominación global alcanzada desde el fin de la segunda guerra mundial (1945).
 
Debemos insistir en este punto, de que no se trata de Presidentes norteamericanos buenos o malos, de más demócratas o republicanos, de si Obama traiciona o no las expectativas que mucha gente de buena voluntad ha colocado en él, sobretodo después del tormentoso período de George W. Bush, sino, de la realidad y las exigencias del Imperio más grande y poderoso que ha conocido la humanidad a lo largo de su historia. A veces pecamos de coyunturalismo en el análisis, de una suerte de subjetivismo que trasluce en nuestra reflexión más bien la voluntad de traslucir una conciencia colectiva que debiera existir en base a la razón, más aún cuando la humanidad vive momentos cruciales en su devenir histórico, cuando la amenaza de extinción nos pende sobre la nuca como especie y a escala global. Pero la racionalidad está determinada por intereses de clase que se superponen a la “buena voluntad” de la gente. Y asoma con toda la crueldad, con fiera frialdad la lucha de clases que como nunca antes en la historia está asociada a la supervivencia del género humano, la vieja consigna de la gran Rosa Luxemburgo que retumba desde las catacumbas en un grito ensordecedor: Socialismo o barbarie!
 
El capitalismo es incapaz de quebrar su lógica depredadora, ya que la acumulación y reproducción del capital la requieren inexorablemente para su realización. La exclusión, la marginalidad son daños colaterales inherentes al funcionamiento de su sistema. No podemos esperar ningún cambio al respecto. La contaminación ambiental, el calentamiento global, el ecocidio, son elementos constituyentes de dicha lógica, tan así como el dominio que se impone y ejecuta desde la ocupación y la invasión militar. Estas últimas son, mecanismos que el Imperio utiliza en función de la construcción y ampliación de su Poder real.
 
En medio de la crisis que afecta al sistema capitalista, el componente militar reaparece con vigor, tanto como elemento de control en función de evitar la sublevación que amenaza su dominación, como también como medio de resolución de la crisis propiamente económica, ya sea mediante la enorme liberación de recursos que impone el complejo militar-industrial en la realización de los conflictos bélicos y todo lo que ello arrastra (contratistas, logística, reconstrucción, etc.), como el la ocupación material de zonas, áreas y territorios desde los cuales la superación de la crisis se haga viable (hidrocarburos, materias primas, agua, alimentos, otros).
 
Que el Imperio defina hoy en día dos grandes Teatros de Operaciones principales –Asia Central y América Latina- tiene que ver exactamente con eso.
 
EL TEATRO DE OPERACIONES N°1
 
La definición de este espacio GEO-político y GEO-estratégico no tiene aún límites exactos, esto sobre todo por la resistencia activa que enfrenta el Imperio en la región. Hasta ahora Irak, Afganistán y Paquistán son los territorios específicos donde se desenvuelve la estrategia Imperial en su fase militar, sin embargo, las fronteras territoriales pueden abrirse hacia todo el oriente medio y hacia la profundidad de Asia. Se trata de hidrocarburos para enfrentar los retos de la crisis energética (el 75% de los mismos se encuentran allí), pero también de controlar las riquezas de Asia y de arrinconar a Rusia, la India y China, sus crecientes competidores antes de que éstos alcancen mayor grado de desarrollo. Coloca el Imperio de esta manera, sus líneas exteriores en el borde delantero de la defensa de estos países. En paralelo los organismos y sistemas de inteligencia imperiales realizan actividades sediciosas y conspirativas en países que desafían su poder (caso Irán, Líbano y Siria), al mismo tiempo que intentan retomar la acción de control sobre países de estructura de poder débiles o casi inexistentes para sumarlos a su esfera de influencia. Pero el que mucho abarca, poco aprieta. Veamos caso por caso.
 
En Irak, el Imperio ha considerado que parte sustancial de su misión estaría cumplida. Ha logrado instalar un gobierno dócil, dividió a la resistencia reconociéndole un enorme espacio de poder local a los sunnitas a través de las milicias “despertar”. Ello desmovilizó a un elevado número de combatientes que ahora fungen como autoridades para policiales y reciben salario de parte del ocupante gringo. De esta manera resolvió dos contradicciones, al menos temporalmente, estableció una suerte de equilibrio entre sunnitas y sus rivales shiitas, al mismo tiempo que permitió aislar a las bases pro al-qaeda. Pero en la práctica esto ha significado relegar a las tropas norteamericanas a sus fortificadas bases, perdiendo toda movilidad operacional y posibilidad de accionar con iniciativa táctica. Esto ha concluido en un proceso de fragmentación territorial, donde cada fuerza hegemónica ejerce el control específico en su zona de influencia. Y esto se traduce incluso en el ámbito energético, donde las fuerzas se asignan las cuotas petroleras y los contratos en base al control que ejercen en las zonas productoras. Los mayores beneficiados de este “arreglo” han sido los kurdos, las diversas fracciones shiitas, Irán y por supuesto las transnacionales que pragmáticamente aceptan el dominio persa en la región (particularmente los rusos y los chinos). Estados Unidos espera la ratificación del acuerdo de retirada pactado con el gobierno de Al Maliki para fines del 2011. Este se haría como referéndum paralelo a las elecciones presidenciales programadas para enero del 2010. Todo hace suponer que nadie apoyará la salida estadounidense para la fecha inicialmente programada, por lo cual esta pudiera verse obligada a acelerar su partida para fines del 2010. Todos los candidatos harán sus campañas con un fuerte discurso nacionalista y apostarán a la rápida salida de las tropas extranjeras de suelo iraquí.
 
Hemos insistido en todos los análisis de la fuerte influencia que Irán mantiene y refuerza en Irak. Esta ha continuado incrementándose tanto a nivel del gobierno central, como con sus aliados de Al Hakim y de Muqata Al Sadr. Probablemente el más favorecido al mediano plazo será el reforzamiento de las posiciones GEO-políticas y GEO-estratégicas de coloso persa.
 
Si EEUU se ve obligado a salir apresuradamente de Irak, lo que es altamente probable, le permitiría contar con mayor número de tropas disponibles para sus operaciones en Afganistán, pero significaría un enorme desprestigio para sus fuerzas e intereses. El mundo oprimido ha ido perdiendo el miedo al otrora omnipoder estadounidense y las campañas de la resistencia en Afganistán y las sorpresivas complicaciones que ha encontrado en Paquistán siguen arrinconando a los planes estratégicos del Imperio y ponen en la cuerda floja la posibilidad de su realización.
 
Veamos el caso de Afganistán. Los altos mandos norteamericanos se han propuesto construir fuerzas militares locales de aproximadamente 400.000 integrantes, para garantizar la seguridad y el control del País. Hasta la fecha (desde el año 2001) contabilizan 90.000 los instruidos en los campos manejados directamente por las fuerzas armadas yanquis y las empresas contratistas privadas. De estos, nadie puede garantizar el número exacto que se mantienen en filas, ya los grados de deserción son altos y secretos.
 
El año 2009 ha sido sorprendentemente alto para los objetivos de la resistencia, que logra controlar cerca del 75% del territorio del país. Se han incrementado sus acciones ofensivas, las bajas ocasionadas a las fuerzas ocupantes han sobrepasado por creces las de los años anteriores, y se logra divisar una estrategia de largo aliento que no necesita acelerar sus ritmos, sino que transita en base al desgaste de las fuerzas de ocupación, habiendo adquirido un alto nivel de manejo táctico y operacional que han minimizado los efectos de la superioridad técnica y tecnológica de las tropas invasoras.
 
Debemos resaltar los componentes étnicos y culturales de la resistencia afgana. Recordemos que es el cuarto País más pobre del planeta, que ha vivido en permanentes guerras y que la conformación tribal le otorga una particularidad muy propia a la base étnica principal de los talibanes: los Pastunes. Que además de ser mayoritarios y esencialmente rurales, también habitan en el vecino Paquistán. Son hombres de campo, acostumbrados a la montaña y desde siempre a la guerra. Y que estos ya no sólo operan como un cuerpo de resistencia local, sino que, han logrado forjar un movimiento que atraviesa todas las fronteras de influencia musulmana, que alcanza la nada despreciable cifra de 1300 millones de personas, son definitivamente un enemigo formidable.
 
Por último algunos aspectos a considerar con respecto a Irán. La ampliación de su influencia política y militar (que va desde Irak, pasando por Siria, Líbano hasta Palestina), es producto de un certero plan estratégico que se ha ido materializando de manera organizada y sistematizada. De una parte la industrialización del país, la independencia tecnológica alcanzada, el fortalecimiento militar (con un alto grado de auto sustentación), el uso de la riqueza energética con un fin nacional, le ha permitido a Irán consolidar la unidad del país e irradiar hacia el exterior la fortaleza de quien enfrentando en el campo diplomático y político al Imperio y en la guerra conspirativa a Israel, no sólo no ha sido derrotado, sino que se ha fortalecido de tal manera, que impone en la agenda internacional, no sólo temas como el de la proliferación nuclear, sino que otorga a la fuerza militar un papel clave a la hora de la negociación política.
 
La inteligencia israelí y la norteamericana lograron asestar un primer y peligroso golpe a Irán en los últimos años, mediante el desencadenamiento de actividades subversivas a raíz de las elecciones presidenciales últimas. Una vez más la estrategia “naranja” volvió a inundar los grandes medios de comunicación, intentando promover una revuelta que paralizara la esfera gobernante iraní, aislándola internacionalmente bajo el pretexto de la “represión” y potenciando la conspiración con el papel estelar de las operaciones de guerra sicológica. Pero al igual que China (Tiannanmen), Irán a través de la acción coercitiva del estado y la movilización de masas logró derrotar este intento golpista. No perdamos de vista que esta vez, en la estrategia “naranja” el acompañamiento de acciones operativas armadas y militares fue continuo y se dispersaron por varias regiones de Irán. Se intentó fomentar el separatismo, conflictos sectarios, étnicos, es decir, fue más global que en experiencias pasadas.
 
Uno de los elementos fundamentales que evitó que la estrategia contrarrevolucionaria tuviera éxito, fue la enorme votación alcanzada por Ahmadinejad principalmente en áreas rurales y en la población de estratos de menores ingresos y ese caudal se movilizó a la hora de la confrontación. Un segundo elemento, fue la lealtad de las fuerzas militares al proceso revolucionario iraní y la cohesión político-ideológica del liderazgo persa.
 
En el escenario del TO N°1 también los papele