Base para la Transformacion de la Sociedad Ecuatoriana
“La interculturalidad constituye una búsqueda expresa de superación de prejuicios, de racismo, de desigualdades y asimetrías que caracterizan al país”, dijo Manuela Cobacango, Dirigente Nacional de la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras, FENOCIN, al tiempo que sostiene que estos son los principios que mantiene esta organización en su propuesta presentada a la Asamblea Constituyente, y que sin duda contribuirá a la transformación de la sociedad ecuatoriana bajo condiciones de respeto, igualdad y desarrollo de espacios comunes.
La dirigente indígena campesina, precisó que a diferencia de la plurinacionalidad que plantean otros sectores del país, el alcance y precisión de la interculturalidad permitirá una salida de largo plazo para el país, porque reconoce al mismo tiempo el derecho a la diferencia y la diversidad, pero enfatizando la necesidad de construir la unidad reconociendo y estableciendo mecanismos que posibiliten un encuentro creativo y equitativo entre todos los pueblos que conforman el Estado ecuatoriano.
Insistió en que la interculturalidad parte de la idea de que los humanos comparten muchos elementos y que cada cultura tiene, lo que permite el diálogo intercultural, en el que intervienen sus propios medios de interlocución, concepciones, visiones, intereses económicos, sociales y políticos que deben ser negociados en un marco de entendimiento mutuo, equitativo, transparente y fluido.
Finalmente sostiene que la construcción de una sociedad intercultural no solo reconoce la diversidad y el respeto a la igualdad, sino que además plantea la necesidad de desterrar el racismo de manera activa, promover relaciones permanentes entre los diversos pueblos a fin de lograr una comprensión plural de la realidad, canalizar los conflictos y construir un futuro equitativa e influyente, por que exige que la Asamblea Nacional Constituyente se pronuncien al respecto, a fin de que orienten de manera transparente y real a quienes tienen la difícil tarea de redactar la nueva Constitución en la que debe primar la justicia, pues pocos ecuatorianos son quienes se han aprovechado de los recursos valiosos del país y que cada vez son más escasos.