En Ocasión del Día Mundial de la Mujer Rural

2002-10-11 00:00:00

La promulgación del 15 de octubre como el Día Mundial de la Mujer Rural, surgió
en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada por la ONU en Pekín
en septiembre de 1995, como resultado de las propuestas de la Federación
Internacional de Productores Agrícolas (FIPA), la Red de Asociaciones de
Mujeres Campesinas Africanas (NARWA) y la Fundación de la Cumbre Mundial de
Mujeres (FCMM); significando el reconocimiento mundial de los múltiples roles
que juegan las mujeres productoras, campesinas y obreras agrícolas en la
economía y la sociedad en general.

Los diversos análisis y estadísticas confirman que la mayoría de los pobres del
mundo son las mujeres rurales. Según las Naciones Unidas, a nivel mundial, de
mas de 550 millones de pobres de zonas rurales, el 70% son mujeres y en América
Latina y el Caribe las mujeres rurales son mas de 86 millones, de las cuales el
50% viven en extrema pobreza.

En Nicaragua el 54% de la población se encuentra en extrema pobreza, el 28% en
pobreza relativa y solo un 18% satisface sus necesidades humanas. En cuanto a
las mujeres rurales tenemos que un 40% de mujeres son jefas de hogar, un 46% de
analfabetas, una atención de partos apenas de un 50% y la imposibilidad de
accesar a los servicios de salud o a una vivienda digna, bajo acceso al crédito
y a la tierra y un desempleo galopante que supera ya el 60%; y a las pocas que
tienen empleo ni siquiera se les paga los 22 córdobas diarios establecidos por
el gobierno como salario mínimo y en materia de seguridad social ni siquiera
son sujetas de la Ley aprobada por la Legislatura anterior de esta Asamblea
Nacional.

En medio de esta situación dramática las mujeres del campo buscan como
alimentar a sus familias con niños hambrientos. Las que pueden cultivan,
cosechan, pescan, llevan agua y leña a la casa para preparar la comida y las que
no, emigran a los cinturones de miseria en las ciudades, se prostituyen,
mendigan o se organizan en los conocidos plantones, como es el caso de
Matagalpa, donde el hambre ha cobrado la vida a 33 personas.

En ocasión del Día Mundial de la Mujer Rural se hace necesaria una reflexión
nacional para dar una repuesta de nación al agro y a las familias rurales
nicaragüenses que producen el gallopinto que comemos a diario, de lo contrario
en poco tiempo Nicaragua se convertirá en un Gran Plantón de Miseria, que creo
ya lo es.

Nuestra producción campesina tiene la capacidad de producir la cantidad
suficiente de alimentos básicos, sin embargo el modelo neoliberal impuesto nos
lleva a la desarticulación productiva y la dependencia externa. La apertura
comercial que promueve el gobierno para la firma de un TLC provocará la
invasión de productos externos subsidiados a precios que no permitirán la
competencia de nuestra producción: aceite, maíz, frijol, carne, leche,
verduras, frutas y cereales, lo que impactara severamente en los productores y
campesinos.

Por otra parte tenemos las reglas injustas en cuanto a los precios
internacionales y las sobreproducciones que nos han afectado, primero fue el
algodón, luego en sorgo y granos básicos, el tabaco, el cuoteo en el banano y
mas recientemente el café.

En medio de este desastre productivo y el drama social, nos venden el TLC entre
EEUU y Centroamérica y el llamado Plan Puebla Panamá, este último es parte de
los mecanismos que necesita el TLC para expandirse en nuestra región y acabar
con nuestra soberanía y por ende con nuestras riquezas: aguas, bosques, tierras
y los recursos que conlleva cada uno de ellos.

Es urgente una salida nacional a la crisis del agro, en este sentido es
necasario que el gobierno del Ing. Bolaños cumpla con los Acuerdos de Las Tunas
firmados el 12 de septiembre con representantes locales de la Asociación de
Trabajadores del Campo (ATC), la Unión Nacional de Productores Asociados
(UNAPA), la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG), dirigentes de
los Plantones y alcaldes de los municipios de Matagalpa, San Ramón y Tuma-La
Dalia; en donde fuí garante junto a la diputada Irma Dávila y el diputado Nelson
Artola. El cumplimiento a los Acuerdos de las Tunas significará para el campo
producción alimentaria, autoconsumo, fomento a la producción, tierra, crédito,
empleo, atención a las mujeres embarazadas, establecimientos de servicios
infantiles, educación, salud, construcción de viviendas y caminos.

Insto a la Junta Directiva y al Plenario de la Asamblea Nacional a asumir con
responsabilidad la necesidad de legislar a favor del agro nicaragüense.
Particularmente dar repuesta a la crisis cafetalera e impulsar con perspectiva
de género leyes que beneficien a las familias rurales:

- Ley General de Cooperativas, en proceso de consulta.

- Ley de Seguridad Alimentaria, en proceso de dictamen.

- Ley de Reforma a la Seguridad Social, que asegure a los obreros y
obreras agrícolas.

- Un Código Civil y Penal que resguarde loa derechos de la herencia y
propiedad a la mujer y sus hijos, así como el castigo severo a la violencia
sexual e intrafamiliar.

- Una Ley de Propiedad que resguarde el derecho a la propiedad de las
mujeres campesinas, productoras y cooperativistas.

- Ley de Salario Mínimo que no continúe discriminando a los obreros y
obreras agrícolas.

- Ley de Indexación Salarial para el campo y la ciudad.

- Reglamentación de la Ley de Autonomía de la Costa Atlántica.

- Ley de Igualdad de Oportunidades que contempla políticas de Desarrollo
para las Mujeres Rurales y de las Regiones Autónomas: igualdad salarial,
educación de adultos, cultura, salud integral, acceso a los recursos
productivos, crédito, asistencia técnica, comercialización, titulación de la
propiedad y el uso y control de los recursos naturales y del ambiente.

A levantar la esperanza!!
La esperanza tiene nombre de mujer!!
Viva el Día Mundial de la Mujer Rural!!
Vivan mis hermanas campesinas y obreras agrícolas!!

Managua, 11 de octubre del 2002.

Alba Palacios, Unión Nacional de Productores Asociados ( UNAPA), Nicaragua