Mujeres, agua y energía no son mercancias!
En un día más de debates y estudios, la segunda mesa del Encuentro con el tema “Energía ¿para que y para quien?” tuvo la presencia de Lúcia Ortiz, de la organización Amigos de la Tierra, Soniamara Maranho, de la coordinación nacional del Movimiento de los Afectados por Represas (MAB) y Andrea Zhouri, socióloga de UFMG e integrante del Grupo de Estudios Temáticos Ambientales (Gesta) y de Miriam Nobre, de la Marcha Mundial de las Mujeres.
La investigadora Lúcia Ortiz presentó un rescate histórico de las materias primas que habían sido utilizadas a lo largo de los tiempos para la generación de energía. Como primera fuente la madera, después los combustibles fósiles. Lo que se configura en este último momento es una tensión con respecto a la posibilidad de agotamiento de estos recursos, y el límite de las capacidades del planeta en mantener este patrón de consumo establecido por los países centrales.
Según Lúcia, en tiempos de pre-sal, hay que discutir a que precio los combustibles fósiles vienen siendo extraídos. “La cuestión no es sólo discutir cuáles son las fuentes ideales de energía, pero sí el modelo en que esa energía está basado. Necesita tener una preocupación ecológica y social, prioritariamente”. Ella complementa, hablando de la importancia de que las mujeres se apropien de un tema todavía bastante masculinizado, como el de la energía. “Con el nuevo mirar de las mujeres tendremos más poder para acabar con esa crisis global”.
Soniamara también destacó la importancia de que las mujeres se involucren en el debate. Necesitamos transformar la vida que vivimos, que no es la que queremos. No se produce más alimentos, se produce energía para suplir la estructura capitalista”, resalta. Actualmente, existen 45 mil represas, que alcanzan 80 millones de personas en el mundo. En Brasil, son más de dos mil ya construidas y un millón de personas afectadas.
Todo este movimiento del capitalismo con respecto a la energía, según Soniamara, agrava significativamente la superexplotación del trabajo y avanza, cada vez más, sobre el campo brasileño con el control del agua y de las semillas por grandes empresas. “Las hidroeléctricas son una forma muy barata de producir energía, y para las grandes empresas una forma muy gananciosa”, afirma. Hoy, 70% de la energía producida en el mundo es consumida por los países centrales, que ya no poseen más reservas. Y en Brasil, las empresas Vale, Alcoa y Odebretch consumen 16% de la energía producida.
De acuerdo con Andréia Zhouri, cuando el asunto es energía, en Brasil, existe una estructura administrativa y política que impide el pueblo de cuidar de lo que es de él y de elegir lo que él cree ser lo mejor para sí. “No existe un canal para oír el conocimiento popular, falta transparencia en el proceso”. Ella todavía critica los consejos ambientales. “Los consejos fueron un logro de las luchas populares, de los movimientos, pero en la práctica, ellos no son democráticos”.
Para Andréia, las consecuencias de estas construcciones son desastrosas con desplazamiento compulsorio de familias afectadas, desestruturación de los modos de vida de los pueblos locales y la inundación de las tierras más fértiles.
Ella apunta también la negligencia del Estado para con las comunidades en el proceso de liberación de estas obras. “Raramente una represa no recibe la licencia de los consejos ambientales. Los proyectos reciben medidas compensatorias, pero no son impedidos. Quien tiene que adecuarse es la sociedad y lo medio ambiente”, resalta.
Con el papel de rescatar el debate de la mesa de ayer y hacer la relación con el tema de la energía, Miriam Nobre destacó la necesidad de las mujeres conozcan el discurso capitalista para poder argumentar contra ese modelo. “Necesitamos mirar el discurso de allá [del capitalismo] para definamos nuestro discurso en contrapunto.”