Manifiesto del MST al pueblo brasileño

2000-08-14 00:00:00

Compañeros y compañeras, de nuestro inmenso y querido Brasil:

Estuvimos acampados en Brasilia, con más de 11 mil delegados llegados de
23 estados del país, hombres y mujeres, niños, jóvenes y adultos, del
medio rural, compartiendo sacrificios, alegrías y esperanzas. Estuvimos
reunidos en el 4to Congreso Nacional del Movimiento de los Trabajadores
Rurales Sin Tierra (MST).

Nuestro país vive una grave crisis. Más esta crisis no afecta a todos. Los
más ricos continúan ganando mucho dinero, explotando. Las grandes empresas
multinacionales continúan enviando billones de dólares al exterior. Los
bancos nunca ganaron tanto dinero como ahora. Pero, para quien vive de su
sudor, son cada vez más precarias las condiciones de vida. No hay trabajo;
quien tiene empleo gana muy poco; los jóvenes no tienen escuela de
calidad; y la universidad dejó de ser pública y gratuita. Mucha gente se
ve forzada a salir del interior para ir a las periferias de las grandes
ciudades. Allí encuentran miseria y violencia.

¿Dónde está la causa de eso?

Es verdad que nuestra sociedad siempre fue injusta. Como en toda sociedad
capitalista, el pobre fue siempre explotado y humillado. Mientras la clase
rica, cada vez más gananciosa, reprimía al pueblo y se sometía a los
intereses del capital internacional.

Sin embargo, desde 1994, con la política neoliberal del gobierno de
Fernando Henrique Cardoso, los problemas se agravaron todavía más. Esta
política económica representa tan sólo los intereses de los bancos y de
las empresas multinacionales. A éstas, el gobierno garantiza altas tasas
de interés, mercado y ayuda financiera. Basta decir que, en el año
pasado, el gobierno gastó 64% del presupuesto de la unión en pagos de
intereses de las deudas interna y externa. Y el gobierno de las elites
brasileñas, a pesar de todos los problemas sociales, tiene el coraje de,
todos los años, enviar 50 mil millones de dólares hacia los países ricos.
Por eso falta dinero para la educación, salud, transporte colectivo, casa
popular, y generación de empleos.

En la agricultura, la situación es todavía más grande. El gobierno de FHC
quiere "modernizar" el medio rural otorgando estímulos solamente a las
grandes haciendas exportadoras; entregando el control del mercado agrícola
a las empresas multinacionales; y permitiendo a las agroindustrias
controlar el abastecimiento de alimentos.

Acabó con sus centros de investigación y desarrollo tecnológico. Así, las
conquistas de la ciencia, que pertenecen a la humanidad, hoy son
monopolizadas por las multinacionales que detentan sus propios centros de
investigación. Ahora, este mismo gobierno, está poniendo toda la
investigación de la biotecnología bajo control de las multinacionales, que
van a hacer cambios genéticos en las plantas y alimentos, sin ningún
control, buscando únicamente aumentar sus ganancias. Poniendo, así, en
riesgo el medio ambiente, la salud de los agricultores y de los
consumidores.

Lo más grave, para favorecer la explotación y especulación sobre los
pequeños agricultores y consumidores, el gobierno acabó con las reservas
reguladoras de alimentos. Éstos también son monopolizados por las
agroindustrias multinacionales. La población es rehén de la ganancias de
esos grupos.

En la política, proliferan, todos los días, noticias de corrupción y
latrocinios con el dinero y patrimonio del pueblo. Hay un sector, cada vez
mayor, de las clases dominantes que se está enriqueciendo apenas con el
desvío del dinero público, con el narcotráfico, con el contrabando. Esos
sectores son tan poderosos e influyentes, que involucran a magistrados,
jueces, comandantes de la Policía Militar, diputados, senadores, dueños
de medios de comunicación, banqueros, militares... y llegó hasta el
ex-secretario de Planalto (la casa presidencial). Éste, considerado el
brazo derecho del gobierno, está sindicado de pertenecer al grupo que
promovió el robo de 169 millones de reales, destinados a la construcción
del edificio del Tribunal de Justicia del Trabajo de São Paulo.

¿Nuestro país tiene sentido?

Nosotros respondemos que sí. Pero será necesario que el pueblo brasileño
se levante, se organice y salga a las calles, para luchar por sus derechos
históricos. Es posible, sí, construir otro proyecto para Brasil. Un
Proyecto Popular, orientado a las necesidades del pueblo. Vamos a
necesitar de cambios radicales. Es preciso impedir que los bancos, las
multinacionales y los ladrones del pueblo continúen enriqueciéndose. Es
preciso suspender el pago de la deuda externa. Es preciso controlar el
sistema financiero y la tasa de intereses. Es preciso determinar que los
bancos usen el dinero para financiar la producción, y no la especulación.
Es preciso renegociar la deuda interna y priorizar el presupuesto público
en educación, salud y agricultura. Retomar las riendas de la política
económica, que sea administrada por brasileños en favor de nuestro
pueblo, rompiendo el acuerdo con el FMI. Es preciso implementar una
reforma agraria, asociada con un nuevo modelo agrícola, que garantice
renta a los agricultores y futuro para quien vive en el medio rural.

Con os recursos que dejarán de ser enviados al exterior y a los bancos,
se deberá formar unfondo nacional de inversiones sociales, para la
generación de empleos y el aumento del poder adquistivo de la población.

En fin, no hay ninguna razón económica o social que impida a nuestro
pueblo tener acceso a tierra, trabajo, vivienda digna, escuela pública de
calidad, y alimentación para todos los brasileños. Pero es preciso tener
coraje para cambiar el gobierno, cambiar la política económica y enfrentar
a la ganancia de los poderosos.

Los próximos meses y años serán decisivos para el futuro de nuestro país.
O recuperamos nuestra soberanía o seremos condenados a ser una nueva
colonia del gobierno de los Estados Unidos, que está con el ojo puesto
hasta en nuestra Amazonia.

Por eso, como un movimiento social de los trabajadores rurales sin tierra,
nos comprometemos, y convocamos a todas las organizaciones del pueblo
brasileño, a organizarse y luchar por esos cambios.

Precisamos exigir la instalación de una Comisión Parlamentaria de
Investigación para aclarar los casos de corrupción, que involucran a altas
autoridades del gobierno. Proponemos que todos se impliquen en el
plebiscito popular contra el pago de la deuda externa, a realizarse en la
semana de la Patria, del 2 al 7 de septiembre. Precisamos derrotar a ese
gobierno y a los ricos en las próximas elecciones, y elegir candidatos
progresistas que estén realmente comprometidos con el Proyecto Popular.
Precisamos discutir, en todo lado, en la casa, en el trabajo, en las
escuelas, en los sindicatos y parroquias, un Proyecto Popular para
Brasil.

Y seguir luchando siempre.

Todas las conquistas sociales fueron resultantes de grandes luchas
populares. Esperamos, junto con todo el pueblo brasileño, construir un
Proyecto Popular que conquiste la soberanía de nuestro país, la dignidad y
el bienestar de toda la población.

Un fuerte y solidario abrazo.

Delegados del 4to Congreso Nacional del MST.

Brasilia - DF, 11 de Agosto de 2000