IV Congreso del MST
El proyecto popular para el Brasil
El análisis del capitalismo y el imperialismo en el actual
período y el proyecto popular para el Brasil fueron los temas
centrales en el segundo día del IV Congreso del Movimiento de los
Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), que se está desarrollando
en Brasilia con la participación de más de 10 mil delegados de 23
Estados del país.
La jornada se abrió con una representación referida a la
dominación del pueblo brasileño por el FMI y USA. Acto seguido,
intervino Berger Führ, de la Unión de los Pequeños Agricultores
de Noruega, que al igual que el MST hace parte del movimiento
Internacional la Vía Campesina, quien trató el tema de la
"globalización económica", señalando los problemas generados con
la implantación del neoliberalismo y las acciones de resistencia
que su pueblo está implementando contra los productos
transgénicos y otras "novedades" de la globalización. "El MST es
una luz en un mundo oscuro, es una organización realmente de los
pobres y de los excluidos, que actúa para cambiar la situación",
resaltó.
El sociólogo y profesor universitario Emir Sader, señaló que es
necesario comprender el significado del sistema capitalista pues
Brasil esta integrado a este sistema. Criticó a los países ricos
que detienen el 85% de la riqueza mundial y afirmó que la
"tercera Vía" no es nada más que un capitalismo "humanizado".
Para Sader, "estar en el congreso del MST es estar del lado
correcto en el país. No solo porque lucha por la tierra, sino
porque cuestiona y enfrenta al capitalismo".
"Nuestra esperanza es que el espíritu de lucha y coraje del MST
penetre en las venas de la sociedad, despertándola a la lucha
política contra el gobierno de Fernado Henrique Cardoso y el
neoliberalismo que devora a Brasil", señaló, por su parte, Tilde
Santiago, Diputada Federal (PT), quien intervino en
representación de Itamar Franco, gobernador de Minas Gerais.
El panel sobre el proyecto popular para el Brasil se inició con
la intervención del profesor Plinio Arruda de Sampaio Jr., quien
señaló que se trata de un trabajo de voluntad política
colectiva para poner la economía nacional al servicio del
conjunto de los brasileños, sin exclusiones. Brasil precisa
realizar una revolución, acotó, no solo para romper la
dependencia del capital extranjero, sino también para romper el
individualismo, la asimilación cultural y el consumismo
impuestos. A su juicio, las demandas básicas pasan por resolver
las demandas de tierra, techo y trabajo.
Retomando la perspectiva de una revolución cultural, Frei Betto
en su alocución resaltó igualmente que no basta cambiar el país,
sino que es preciso cambiar a sí mismo. Y ese es el gran
desafío. En Brasil, donde el 1% de población acapara el 53% de
la riqueza, el sueño de los 167 millones de habitantes es poner
fin a las desigualdades sociales, para que los niños no se
queden sin escuela, los ancianos sin retiro digno y los adultos
sin empleo. Tenemos 50 millones de pobres y 21 millones de
miserables en un país sin catástrofes naturales y con grandes
áreas ociosas, expresó, para luego acotar que el proyecto
popular para el Brasil pasa por las manos callosas de los
trabajadores rurales, insistiendo que en ese camino tiene que
haber reforma agraria.
El dirigente nacional del MST Joao Pedro Stedile, a su vez, se
ocupó de clarificar cómo construir tal proyecto. De acuerdo con
él, es un largo camino que será construido por la unión de
fuerzas de todo el pueblo, no por un grupo de iluminados,
insistiendo que es una tarea de millones. No es el MST, este
grupo o aquel partido solito, sino el pueblo organizado, formando
una gran fuerza popular, que hará los cambios, dijo. En esta
perspectiva, añadió, la tarea pasa por retomar el trabajo de
base, priorizar la formación política de nuestros militantes,
implementar la pedagogía del ejemplo en la práctica diaria y
consolidar el proceso de la consulta popular cuyo propósito es
alterar la actual correlación de fuerzas, para introducir cambios
en el rumbo de la política económica y social en curso. En lo
inmediato, precisó, nuestros esfuerzos tienen que volcarse a
lograr la mayor participación popular en el plebiscito nacional
sobre la deuda externa y el Grito de los Excluidos.