Brasil: Cambios a favor del pueblo
MST Informa, Año IV - nº 94, lunes, 18 de julio de 2005.
Todos nosotros estamos acompañando con atención la gravedad de la crisis política instalada en el país, que se produjo luego de las denuncias de corrupción. Defendemos vehementemente la necesidad de investigación y castigo para los responsables e involucrados, inclusive para los empresarios corruptos, porque al final usualmente la gran prensa olvida decir quien dio el dinero y porque dio el dinero a los políticos.
Pero esta crisis es también reflejo de otros factores: del método de hacer campañas de los partidos políticos, de la naturaleza del Estado brasileño, que siempre funcionó al servicio de grupos de las élites, y del mantenimiento de una política económica neoliberal, que sólo atiende los intereses de los banqueros, de las grandes empresas y del sector exportador.
En el último mensaje, planteamos que la sociedad brasileña y todos sus sectores organizados deberían aprovechar la situación de crisis para sacar lecciones y debatir propuestas concretas sobre la reforma política, los cambios económicos y la forma de garantizar los derechos sociales de nuestro pueblo. Debatir, en fin, un nuevo proyecto de desarrollo para el país. En aquella ocasión, divulgamos un texto del diputado provincial Fray Sérgio Görgen (PT-RS) con una serie de propuestas para que pudiéramos construir una sociedad más democrática.
Ahora, queremos compartir con vosotros diez puntos elaborados por economistas sobre cambios emergentes que el gobierno debería hacer, si quiere, de hecho, alterar la política económica neoliberal, poniendo en el centro de las prioridades la atención a las necesidades de la población, la generación de empleo, la distribución de renta, el mercado interno y la soberanía nacional.
Propuestas de cambios en la política económica, a FAVOR del pueblo brasileño y de la soberanía nacional.
Contra las actuales políticas que consolidan el modelo neoliberal.
1. Bajar los tipos de interés real (Selic) en el nivel practicado en Estados Unidos y en países vecinos de América del Sur, como Venezuela y Argentina, o sea, alrededor del 2,5% al año, y no el actual 19,75%. Controlar las tasas de interés cobradas por los bancos a los comerciantes y consumidores, que llegan a más del 100% al año.
2. Cambiar la actual política de superávit primario en el presupuesto de la Unión, que destina voluminosos recursos públicos sólo para pagar intereses. Destinar los 80 mil millones de reales recogidos por el gobierno este año a inversiones que generen empleo, en educación, agricultura familiar, Reforma Agraria, salud y vivienda.
3. Duplicar el valor del salario mínimo y de las jubilaciones para llegar a 454 reales mensuales en 2005. En mayo de 2006, ampliar ese valor a 566 reales, apuntando a distribuir la renta y mejorar las condiciones de vida de los más pobres, honrando así los compromisos asumidos por el gobierno Lula en la campaña electoral.
4. Recuperar el control gubernamental y público sobre el Banco Central y sobre la política monetaria. Impedir la autonomía del Banco Central, que ya está siendo adoptada por sus directores en contubernio con los intereses de los banqueros y del capital financiero internacional.
5. No suscribir el acuerdo del ALCA (Area de Libre Comercio de Américas) y no aceptar reglas de la OMC (Organización Mundial del Comercio) que afecten la economía brasileña y los intereses del pueblo.
6. Realizar una auditoría pública de la deuda externa, como determina la Constitución, y renegociar su valor, ya pagado varias veces. Usar los recursos enviados al exterior para su pago para invertir en educación y derechos sociales.
7. Cambiar las actuales reglas de reajuste de las tarifas de servicios públicos fundamentales como energía eléctrica, agua, teléfono y transporte público. Revisar y reducir las actuales tarifas que alcanzaron valores prohibitivos y de despojo de todo el pueblo brasileño, en provecho de grupos oligopólicos que pasaron a dominar estos sectores después de la privatización.
8. Paralizar de inmediato las rondas de subastas de explotación de las áreas petroleras. Cambiar la ley 9478/97 y garantizar la nacionalización del petróleo con la exclusividad de la explotación por la Petrobrás.
9. Garantizar la participación de representantes de la sociedad brasileña y de los propios trabajadores en todos los consejos de administración de las empresas públicas y autarquías, en todos los niveles: federal, provinciales y municipales.
10. Adoptar una política que proteja la riqueza nacional, combatiendo la remesa de dólares hacia el exterior, en forma de transferencias, sobrefacturación de las transacciones, utilidades, royalties, etc., garantizando su inversión en Brasil. Promover la repatriación de los recursos enviados de forma legal, sin embargo ilegítima. Adoptar medidas que protejan nuestra economía de la vulnerabilidad externa. (Traducción ALAI)