Marcha Nacional por la Reforma Agraria

2005-05-23 00:00:00

MST Informa Año IV - nº 90, viernes 20 de mayo de 2005.

En 17 de mayo, después de caminar más de 230 kilómetros, los 12 mil trabajadores y trabajadoras que participaron de la Marcha Nacional por la Reforma Agraria concluyeron su movilización en Brasilia (DF).

Por la mañana, 200 marchantes fueron al Congreso Nacional para participar de una ceremonia en homenaje al obispo Luciano Mendes de Almeida. Después, mantuvieron audiencias con los presidentes de la Cámara de Diputados, Severino Cavalcanti, y del Senado, Renan Calheiros, que saludó la Marcha "por su organización y serenidad, demostrando de una vez por todas que es posible reclamar civilizadamente". En los dos encuentros, el Movimiento expresó su apoyo a la creación de la Comisión Parlamentaria de Investigación para la auditoría de las deudas interna y externa y al anteproyecto elaborado por la Orden de los Abogados de Brasil (OAB) y por la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), que garantiza al pueblo el derecho de convocar plebiscitos, además de defender el referendo prohibiendo la venta de armas.

A la tarde, acampados en las cercanías del estadio Mané Garrincha, los marchantes salieron en dirección a la Explanada de los Ministerios. El primer edificio visitado fue la Embajada de Estados Unidos. Allí arrojaron simbólicamente la basura de nuestra sociedad como productos de McDonald's, de la Coca-cola y armas de juguete. Dejaron clavados dos carteles: "Bush: jefe mundial de los terroristas" y "Estamos devolviendo vuestra basura".

Enseguida, los Sin Tierra se dirigieron al Ministerio de Hacienda para realizar una protesta contra la política económica. Al mismo tiempo, en el Banco Céntrico, la tasa de intereses pagada por el gobierno a los bancos era aumentada del 19,5% al 19,75% anual, lo que significa un costo de más de 900 millones de reales al pueblo brasileño.

En este acto, Plinio Arruda Sampaio, presidente de la ABRA (Asociación Brasileña de Reforma Agraria) dio una clase a los marchantes sobre la política económica. "Nosotros no necesitamos de interferencia extranjera en Brasil para apoyar la economía. Necesitamos hacer el modelo del estómago lleno, del cambio digno, de la escuela eficiente, del hospital que recibe a las personas. Y nosotros tenemos condiciones de cambiar con lo que ya existe en Brasil", afirmó Sampaio.

Cuando todos ya se dirigían al Congreso para iniciar el acto político de cierre, donde los partidos y las entidades hablarían, vino la provocación organizada y planeada por la policía del gobierno del Distrito Federal.

Primero, un vehículo de la policía civil, sin motivo aparente, intentó entrar en medio de la multitud, lo que llevó a algunos a cercar el coche de la policía. Inmediatamente, la caballería de la policía militar arremetió contra los manifestantes, mientras el helicóptero daba vuelos rasantes, haciendo volar sombreros y banderas. Según un reportaje del Jornal do Brasil, la Policía Militar infiltró en medio de la multitud 18 soldados, como si fueran manifestantes.

El resultado fue 50 heridos y los titulares en los periódicos del día siguiente. Era todo lo que la derecha y el agronegocio querían.

Lo extraño es que esto sucede ahora, en pleno régimen democrático. Eso prueba que las fuerzas reaccionarias actúan deliberadamente en el Estado brasileño, ignorando cualquier poder.

Al contrario de los policías viales federales, que durante los 15 días de caminada mantuvieron una buena relación con los marchantes, garantizado su seguridad, la policía militar del Distrito Federal parecía estar orientada a dificultar la manifestación legítima. Desde la salida en Goiânia hasta la llegada en Brasilia ningún contratiempo fue registrado. En estos 21 años, el MST nunca ha adoptado principios violentos para resolver el problema de la Reforma Agraria en Brasil.

A pesar de la tentativa de desfigurar la Marcha, el acto de cierre fue realizado como estuvo planeado: con la participación de muchos simpatizantes del MST, artistas, cantantes y parlamentarios que recordaron la urgencia de la Reforma Agraria.

A la noche, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva recibió a 50 líderes del MST e invitados del Movimiento. Lula volvió a prometer y garantizar los recursos necesarios para cumplir la meta de asentar 400 mil familias hasta el 2006. "Si no cumpliéramos las metas de la Reforma Agraria, tendremos un problema de conciencia con nosotros mismos", afirmó. Al día siguiente, en una reunión con el ministro del Desarrollo Agrario, Miguel Rosseto, se acordó la contratación de 137 servidores para el INCRA (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria) y la apertura de un concurso para 1.300 plazas, además de ocho puntos más relacionados con medidas concretas para acelerar la Reforma Agraria. Entre ellos, el cambio de los índices de productividad, que definen si una propiedad es productiva, un nuevo crédito especial para las familias asentadas, la garantía de reestructuración del INCRA, cestas básicas y la prioridad para asentar las 120 mil familias acampadas hasta el final de este año.

Sobre los 16 puntos que el MST discutió con la población a lo largo de la Marcha, el gobierno mantuvo silencio.

El MST hace un balance positivo de los resultados de la Marcha. Conseguimos colocar la Reforma Agraria de nuevo en la agenda política de la sociedad y del gobierno. Conseguimos, a lo largo de la Marcha, poner en agenda el tema de la necesidad de cambiar la política económica del gobierno. Y dimos un ejemplo de organización y espíritu de sacrificio para cambiar el país, esperando ver una reactivación del movimiento de masas. Ahora se trata de seguir organizándose en las bases, sabiendo que solamente la lucha social conseguirá los cambios necesarios.

En los diversos actos públicos y en la prensa, el MST recordó todo el tiempo que la Marcha de los Sin Tierra sólo fue posible gracias a la solidaridad. Contamos con el apoyo de los ayuntamientos de Anápolis y Goiânia, y del gobierno del estado de Goiás (PSDB), que cedió servicios higiénicos, ambulancias y agua potable, y también de miles de personas anónimas, entidades, religiosos, ONGs, partidos políticos y parlamentarios, en una gran esfuerzo colectivo nacional que viabilizó la Marcha. A todos y todas, les agradecemos orgullosos.