MERCOSUR-UE: Negociadores brasileños están traicionando los intereses del pueblo

2004-10-26 00:00:00

MST Informa, Año IV - nº 75 lunes, 04 de octubre de 2004.

Negociadores brasileños están traicionando los intereses del
pueblo brasileño en las negociaciones MERCOSUR-Unión Europea

Durante la semana del 20 al 24 de septiembre se reunieron en
Bruselas los negociadores del MERCOSUR, entre ellos, Brasil,
y los negociadores de la Unión Europea para presentar las
ofertas de aranceles y procesos de integración. Si en las
negociaciones con el ALCA los diplomáticos brasileños
tuvieron prudencia, ahora, en el caso de la Unión Europea,
los llamados "negociadores" se comportaron como mercaderes
de segunda categoría, "vende-patrias', que no respetaron ni
consultaron a ningún sector de nuestra sociedad. Los
resultados de la negociación se discuten a continuación:

1. Naturaleza del acuerdo que está siendo negociado El
Acuerdo bilateral entre el MERCOSUR y la Unión Europea
presenta, desde su concepción, un "trueque" entre los
intereses ofensivos del MERCOSUR en agricultura, que sueñan
con ampliar sus ventas en Europa y la entrega de nuestros
mercados a las empresas industriales y de servicios
europeos. El interés ofensivo de los negociadores brasileños
se concentra en algunas materias primas agrícolas, como
carnes, azúcar, alcohol y café. Por su lado, el interés de
los europeos se encuentra en los productos de mayor valor
añadido y se concentra en los temas de inversión, servicios,
compras gubernamentales, propiedad intelectual, vinos y
bienes industriales. No se mantuvieron diálogos sectoriales
con los principales afectados por el acuerdo ni hay estudios
técnicos que evalúen el impacto de éste sobre el mercado de
trabajo brasileño.

2. En acceso a mercados Brasil ofreció el 90% de acceso a
nuestro mercado, lo que implica, a la práctica, que los
productos europeos entrarán sin pagar aranceles, o sea, con
tasa cero de importación a Brasil durante 10 años. Uno de
los casos más preocupantes y patéticos es el caso de la
leche, que es considerado producto sensible por el MERCOSUR,
y que mantiene hoy en día unos aranceles del 27% para la
entrada de leche europea a Brasil y al MERCOSUR, en general.
Sin embargo, la lista de productos reconocidamente sensibles
del MERCOSUR, que habrían de quedar fuera de las
negociaciones, no está siendo aplicada en el acuerdo
bilateral. La agricultura familiar/campesina brasileña
representa el 82% de los 1'8 millones de los
establecimientos productores de leche en Brasil y de, por lo
menos, el 80% de la producción total. Si el acuerdo fuese
firmado hoy, el arancel de importación de la leche, que es
del 27%, pasaría a ser del 0%. La importación, que ya hoy es
alta, sobretodo de leche en polvo y suero en polvo, sería
desastrosa y afectaría mucho los precios nacionales y la
vida de millones de pequeños agricultores.

Seguramente más de un millón de pequeños agricultores que
producen hoy en torno a 30 litros por día no podrían
competir en productividad con los europeos, e irían a la
quiebra, perdiéndose puestos de trabajo que engrosarían los
números del éxodo rural. De este modo, con el acuerdo
MERCOSUR-UE, se produciría un incremento del éxodo rural en
Brasil.

3. Sector de servicios En el sector de servicios del
MERCOSUR la gravedad es aún mayor, y nos interesa, como
brasileños, aunque no esté relacionado directamente con la
agricultura. Brasil está abriéndose totalmente en los
sectores de telecomunicaciones, servicios ambientales,
financieros, bancarios y seguros. Eso significa que las
empresas transnacionales podrán operar sin ninguna
restricción o condicionante en todas esas áreas, controlar
esos mercados, que son estratégicos para el futuro del país.

4. Área de inversiones El acuerdo MERCOSUR-UE sería el
primer compromiso internacional que Brasil asumiría en el
sector de inversiones. A pesar de que hoy Brasil es un país
abierto a la inversión extranjera, un acuerdo en ese sentido
acabaría con el poder de decisión del Gobierno de legislar y
controlar, para proteger los intereses nacionales cuando así
fuera necesario.

5. Propiedad intelectual La propuesta comunitaria ya excede,
y mucho, los parámetros establecidos en las TRIPs (Trade
Related Intellectual Property o Acuerdo sobre los aspectos
de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el
comercio), acordados en el ámbito de la OMC. Por ejemplo: la
UE presiona para que sea incluido en el acuerdo la
protección de productos como el queso parmesano. Quieren
obligarnos a seguir reglas de propiedad intelectual más allá
de lo que el país tiene condiciones de aceptar.

6. Compras gubernamentales El MERCOSUR ha dado preferencia a
los europeos, en comparación con otros países y regiones,
para compras públicas por medio de mecanismos de consulta y
transparencia. Esto significa que cada vez que haya una
compra pública, los europeos tienen el derecho de solicitar
una consulta. Si la participación de los europeos fuese
negada en la licitación, deberán ser informados formalmente.
A primera vista el mecanismo parece inofensivo pero, ¿será
capaz Brasil de soportar la presión de los europeos para la
apertura de nuestras compras gubernamentales después de
varios rechazos?

7. Conclusiones Si la diplomacia brasileña supo parar las
negociaciones del ALCA porque quedaban lejos de atender los
deseos y necesidades brasileñas como proyecto de desarrollo
sostenido e independiente, ¿por qué dejamos que siga
adelante el acuerdo con los europeos, que en la práctica
está siendo bastante peor que el ALCA? Pero más que
comparaciones con el ALCA, este acuerdo pone en riesgo
sectores importantes de la agricultura familiar, sectores
importantes de nuestra industria y servicios. Pone en riesgo
el empleo de millones de brasileños. ¿Para no ganar nada,
con tan sólo la ilusión del libre comercio? Se trata, en
verdad, de un neo-colonialismo vergonzoso, que exige la
inmediata reacción de la sociedad brasileña, de los sectores
sociales organizados. En Nueva York, el Presidente Lula
afirmó la importancia de la seguridad alimentaria y de la
justicia social. Sin embargo, el acuerdo MERCOSUR-UE afecta
a nuestra seguridad alimentaria. Y, por tanto, a nuestra
soberanía. Esperamos que el gobierno brasileño honre sus
compromisos de campaña con el pueblo y defienda, por lo
menos, nuestro trabajo. Lo que está en juego es nuestra
soberanía y nuestro futuro como país. Está en juego un
proyecto de desarrollo nacional. Con la palabra queda el
gobierno brasileño.

Brasilia, 28 de septiembre de 2004.