Por qué hicimos esa jornada?

2004-06-15 00:00:00

MST Informa, Año III - nº 64 viernes, 14 de mayo de 2004

Queridos amigos y queridas amigas del MST

Todos siguieron a través de la prensa nuestra Jornada de
Luchas, la cual acabó siendo, involuntariamente, bautizada
como abril rojo. La Jornada movilizó a millares de
trabajadores Sin Tierra en todo Brasil que realizaron diversos
tipos de actividades: manifestaciones, actos públicos y más de
140 ocupaciones de tierra.

¿Por qué hicimos esa jornada? Por motivos obvios: el papel del
MST como movimiento social es seguir paciente y
permanentemente organizando a los pobres del campo para que se
movilicen por sus derechos. Sin movilización social no habrá
como nunca hubo conquista o cambio alguno, ni en Brasil, ni en
toda la historia de la humanidad.

Lo que nos choca es el comportamiento de la llamada "gran
prensa brasileña" que transformó nuestra Jornada en algo de
otro mundo. Pero entendemos su posición. En Brasil cerca del
80% de todas las noticias son monopolizadas por apenas siete
grandes grupos. Estos grupos defienden, a cualquier precio,
los privilegios económicos y políticos de una minoría de la
sociedad brasileña. Varias tesis y estudios realizados en
Brasil demuestran cómo la gran prensa se comporta igual que un
partido político de la clase dominante, haciendo lucha
ideológica para hegemonizar a la sociedad con sus ideas.

Por eso hubo en estas últimas semanas tantas aberraciones,
mentiras y difamaciones. Llegaron a decir que el 40% de los
lotes (parcelas distribuidas por la Reforma Agraria en Brasil)
ya habían sido vendidos. Estos datos no son verdad. Les
replicamos con el censo realizado por la Universidad de São
Paulo en los últimos meses del gobierno de Fernando Henrique
Cardoso. Este censo demostró que hay desistencia, y no venta,
que es muy distinto, tan sólo en el norte de Brasil,
principalmente en la Amazonia. En el nordeste la desistencia
es del 5% mientras que en el sur y sureste, hay un aumento del
número de familias que pasan a vivir en el asentamiento. Pero
nadie aclaró esa cuestión.

También dijeron que el Movimiento quiere impedir la entrada de
capital extranjero porque ocupamos la hacienda Veracel en el
sur del estado de Bahia, aunque esta movilización se hizo para
denunciar la injusticia que hay en el proyecto de una
multinacional con capital de Suecia, Noruega e Inglaterra que
impone el monocultivo de eucaliptos en Brasil, financiado con
dinero público del BNDES (Banco Nacional de Desarrollo
Económico y Social) y luego se lleva la celulosa, dejando aquí
la pobreza y la degradación del Medio Ambiente.

Todos nos condenaron. Pero nadie quiso explicar por qué la
Veracel desalojó a más de 400 pequeños y medios productores de
la región o por qué la multinacional financia la campaña de
todos los partidos de Bahia. Critican la ocupación de áreas
consideradas productivas pero no se preguntan qué beneficios
reciben aquella región y el pueblo brasileño de una plantación
homogénea de eucaliptos sobre 70 mil hectáreas de selva
atlántica en la que ahora ¡no hay ni pájaros! Queremos que la
sociedad brasileña discuta esas cosas, reflexione sobre lo que
significa este modelo agrícola.

Esos medios de comunicación también olvidaron que la
constitución determina que todas las grandes propiedades deben
cumplir su función social, relacionada con la productividad,
con el bienestar de la población local, con el medio ambiente
y con las relaciones sociales dentro de la región.

Por eso nos preguntamos: ¿la propiedad de una empresa
canadiense que tiene 25 mil hectáreas en São Paulo para criar
ganado de forma extensiva es productiva? Desde el punto de
vista de la prensa, ¿cumple ésta una función social para el
pueblo brasileño o es sólo fuente de lucro para una
transnacional?

Nosotros queremos discutir con la sociedad por qué la Reforma
Agraria es una forma de construir un modelo más justo de uso
de la tierra y una forma de afrontar los mayores problemas de
nuestra sociedad: el desempleo y la pobreza. Mientras haya
latifundio, habrá pobreza y desempleo y continuará el éxodo
rural que alimenta la miseria en las ciudades.

La Reforma Agraria puede ser una gran medida masiva para que
el gobierno consiga, a bajo coste, generar millones de empleos
en el campo e influir en la ciudad. Los Sin Tierra, al ser
asentados, pasan a comprar bienes producidos por la industria
en la ciudad, fomentan el comercio local y producen más
productos alimenticios. El asentamiento de una familia cuesta
30 mil reales y genera 2'5 empleos. Es la forma más barata de
generar un empleo ya que en el comercio cuesta 40 mil reales
crear un empleo y la media para la industria es de 80 mil
reales por persona.

El Pueblo sabe que el MST tiene razón y que el latifundio sólo
genera injusticia y pobreza y que si los Sin Tierra no se
movilizan, nada cambiará en este país.

Un fuerte abrazo a todos y a todas

Secretaría nacional del MST