Declaración de los presos políticos del MST en huelga de hambre

2000-12-15 00:00:00

Hoy, jueves 14 de diciembre, a las 10h15, comunicamos al director de la
Penitenciaría de Itapetininga que entramos, a partir de este momento, en huelga
de hambre por tiempo indeterminado. No aceptaremos ningún alimento hasta que
nuestra apelación al Tribunal de Justicia sea considerada por los jueces
paulistas. Esperamos por varias semanas que ese derecho sagrado fuese
finalmente respetado, con la rapidez debida a los presos que el propio
Ministerio Público considera ilegalmente encarcelados. Pero la única respuesta
que obtuvimos fue el silencio. El camino que nos quedó fue ofrecer la vida como
precio a pagar por nuestra dignidad de ciudadanos que continua pisoteada por la
indiferencia de los jueces.

Somos militantes del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra. Participamos
del Día Nacional de Paralización y Protesta realizado el 10 de noviembre del año
pasado. Estábamos, entonces, en una manifestación realizada en la avenida
Castelo Branco, en el interior de Sao Paulo, delante del peaje cercano al
municipio de Boituva. Una multitud convocada por diversas organizaciones,
además de exigir cambios en la política económica del Gobierno Federal,
reclamaba por los valores absurdos cobrados a quien pasa por las carreteras. La
policía militar intervino contra la manifestación y los manifestantes
reaccionaron. Las cabinas del peaje acabaron destruidas. Nosotros seis fuimos
detenidos y acusados por diversos crímenes: daño, robo calificado, incendio
doloso. Recibimos, en primera instancia, después de siete meses de
encarcelamiento, penas que van de ocho a once años de reclusión en régimen
cerrado. La intensión de usarnos como ejemplo de punición contra el MST no
podía ser más clara.

Las irregularidades del proceso eran tan evidentes que el Dr. José Ricardo
Peirão Rodrigues, procurador de Justicia del Estado de Sao Paulo, responsable de
sustentar la denuncia contra los acusados en el tribunal, emitió una providencia
reconociendo la ilegalidad de nuestra prisión, acatando los argumentos de
nuestros abogados. Su conclusión no deja dudas: "deberán ser expedidos a favor
de los reos los edictos correspondientes de excarcelación, una vez que ya
cumplieron ellos las penas privativas de libertad referentes a la condena por
daño calificado". De todas las acusaciones, solo mantuvo la que nos sancionaba
por la destrucción de las cabinas del peaje, por la cual habíamos sido
sentenciados a seis meses de prisión. El hecho es que estamos injustamente
detenidos desde hace siete meses.

Bastaría que el tribunal de segunda instancia juzgue nuestro caso con la debida
celeridad para que se haga justicia. Un notorio ladrón de los fondos públicos,
además de famoso fugitivo de la ley, como el exjuez Nicolau dos Santos Neto,
logró que su pedido de habeas-corpus sea analizado en pocos días. Pero nosotros
estamos siendo tratados con la arrogancia y la arbitrariedad con que los
poderosos acostumbran tratar a los luchadores sociales. Esa es una situación
inaceptable y, por eso, decidimos recurrir a la única arma que poseemos los
presos políticos cuando sus derechos son pisoteados. Solamente interrumpiremos
la huelga de hambre cuando el Tribunal de Justicia juzgue el recurso presentado
por nuestra defensa. Estamos seguros de contar con al solidaridad de los
brasileños de bien en nuestra batalla por la libertad.

Penitenciaría de Itapetininga, 14 de diciembre del 2000

Valquimar Reis Fernanades, Rosalino Bispo de Oliveira, Elvis Ferreira Lima,
Odair Moraes da Rosa, Benedito Ismael Alves Cardoso y Edmar Pereira dos Santos.