Fernando Henrique Cardoso: El Español ya tiene defensor

2000-11-29 00:00:00

(La concesión del Premio Príncipe de Asturias al Presidente de Brasil
Fernando Henrique Cardoso ha sido el detonante para poner nuevamente a los
movimientos populares brasileños en el punto de mira de los diversos
colectivos solidarios y alternativos que venimos desarrollando nuestro
trabajo en Asturias. En efecto, no es la primera vez que nuestras calles
conocen acciones de solidaridad con el pueblo brasileño ya que en
anteriores ocasiones respondiendo a llamamientos de organismos populares
como el MST, integrado en la coordinadora Internacional Vía Campesina, se
han desarrollado concentraciones diversas para denunciar la represión que
sufre el movimiento o para solidarizarse con sus luchas en contra del
neoliberalismo y los efectos perjudiciales de las políticas económicas
aplicadas en su contra. La próxima llegada de Cardoso a Asturias nos
obliga a quienes pretendemos ofrecer una respuesta alternativa al
funcionamiento cotidiano de nuestra sociedad a denunciar su presencia, lo
que el citado premio significa y en su lugar, abrir espacios para presentar
a la otra cara de Brasil, en este caso, el MST.)

La justificación esgrimida para conceder el premio a Cardoso ha sido su
apoyo a la difusión del castellano en Brasil. A lo que se ve, la oleada en
nacionalismo españolista no respeta nada. Por si fueran pocas vueltas de
tuerca, las ofrecidas por los académicos oficiales de la historia, de la
lengua, las proclamas para defender al castellano, amenazado por las
lenguas vernáculas etc. ahora se añade la búsqueda de paladines y
defensores de nuestra imperial lengua. En este sentido Cardoso, el
prestigioso izquierdista de los años sesenta que trabajó al servicio de
organismos internacionales, denunciando la pobreza y la dependencia,
reconvertido hoy a la política que ayer denunció y llamado a pasar a la
historia por ser el encargado de aplicar las recetas neoliberales en
Brasil, se ha convertido, y así nos lo presentarán, hasta que llegue el día
en que le entreguen el premio, en una especie de Robin Hood defensor del
oprimido y asediado castellano, tanto dentro de la fortaleza imperial como
fuera de nuestras fronteras. La señal está lanzada. Hágase usted defensor
y propagandista del español en el extranjero y recibirá como recompensa un
bonito Premio Príncipe de Asturias. Aprovechando la llegada de tan insigne
personaje, la celebración del IV Congreso del MST el pasado mes de agosto,
en el que estuvieron presentes varios miembros de los Comités de
Solidaridad con América latina (COSAL) así como una sensibilidad solidaria
manifestada en anteriores ocasiones hacia este movimiento, varios grupos
estamos intentando organizar una semana de actividades y la concesión de un
posible premio alternativo para la otra cara de Brasil, la que tiene como
protagonistas a los trabajadores sin tierra, el brasil indígena, negro y
popular. En definitiva el Brasil que sufre y lucha. Al cierre de esta
edición de GÜEI se estaban dando los primeros pasos de coordinación. Para
el próximo número ofreceremos propuestas concretas y resultados.

EL MST, una luz en un mundo oscuro.

El pasado mes de agosto se celebró en Brasilia el IV Congreso del
Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en el que
participaron mas de 10.000 delegados representando a 23 estados de Brasil.
Durante el transcurso del mismo se debatieron en profundidad diversos
aspectos relacionados con el impacto que causa entre el pueblo trabajador
la aplicación de la doctrina neoliberal, el imperialismo en el mundo
actual, la búsqueda de alternativas económicas viables, pensadas y
diseñadas en beneficio de la mayoría de la sociedad etc.

Durante estos últimos años el MST se ha consolidado como un grupo capaz de
movilizar a la población detrás de objetivos que ponen el acento en lo
colectivo y lo solidario frente al predominio de ideologías consumistas e
individualistas. Visto desde la rica y culta Europa no deja de ser
sorprendente que todavía se mantenga en activo un movimiento tan masivo con
una ideología claramente anticapitalista. Sin embargo, un simple dato
servirá para entender por qué en Brasil no hay tiempo para pensar en
terceras vías y modernidades tan al uso en occidente, que han llevado a
nuestros movimientos populares a la ruina. Allí las contradicciones y las
diferencias sociales se mantienen en niveles escandalosos. El 1% de la
población acapara el 53% de la riqueza. No es de extrañar, por tanto, que
las cifras de organismos internacionales hablen de 50 millones de pobres y
21 millones de miserables. El resultado de estas cifras tan escandalosas
son los millones de personas que sobreviven en las favelas, los meninos da
rua, el déficit de escuelas y viviendas etc. Sin embargo, y como ocurre en
otros muchos lugares, Brasil es un país inmensamente rico. De proporciones
gigantescas, con innumerables recursos naturales y minerales que,
desgraciadamente, no están al servicio de la población sino en manos de
grandes compañías multinacionales así como de la banca europea y
norteamericana.

La tierra es uno de los bienes mas importantes del país, de ahí que se
concentre en manos de unos pocos latifundistas que durante estos años han
conseguido incrementar aún mas, la extensión de los grandes latifundios en
diversas zonas del país. Este fue uno de los aspectos denunciados por el
IV Congreso del MST, que llamó la atención acerca del incremento de las
tierras en manos de los terratenientes, unos 80 millones de hectáreas entre
1992-98, frente a los 16 millones conseguidos para los movimientos
campesinos, después de años de lucha y represión. Una de las novedades que
abordó el Congreso fue la introducción de los cultivos transgénicos y sus
implicaciones para la agricultura brasileña. El Congreso señaló que los
mismos son una amenaza importante ya que representan una subordinación al
capital extranjero y a sus intereses inmediatos. Diversos oradores se
pronunciaron en contra, al igual que otros presentaron ponencias en las que
se abrían perspectivas de cómo sería un Brasil en el que estuviera limitada
la propiedad de la tierra, existiera un predominio de pequeños y medianos
propietarios y sin problemas de deuda externa.

Es importante señalar el protagonismo de los sectores cristianos populares.
Muy activos en toda América Latina durante los años setenta y ochenta,
golpeados por el actual Pontífice, pero no desarticulados. Por el
contrario, parece difícil explicar el surgimiento y desarrollo del MST sin
hacer mención al activo apoyo que a los mismos se presta desde diversas
instituciones eclesiásticas. Quizás la presencia en el Congreso de Frei
Betto y su alocución sean el símbolo de esta estrecha relación entre
cristianos popular y movimiento campesino. El MST se ha convertido en
estos años en un claro referente de lucha a nivel internacional, centenares
de representantes internacionales siguieron los debates y discusiones
congresiles. Fue el representante de los pequeños agricultores de Noruega
quien dijo que en esta época de globalización económica y luchas en busca
de nuevas alternativas el MST aparece como una luz en un mundo oscuro.