Al desencadenar coordinadamente una acción represiva y desmoralizadora contra
el MST, el Gobierno Federal decidió al fin abandonar el simulacro de reforma
agraria, con el cual se venía exhibiendo ante las autoridades políticas y
religiosas en el plano internacional.

Solamente en lo que va del año, 10 integrantes del MST fueron asesinados,
mientras se entablaron procesos criminales contra 180 líderes del movimiento.
Además, seis militantes cumplen la inusitada pena de ocho años de reclusión
por un crimen de daño a un bien público (instalaciones de un puesto de peaje
en la autoruta estadual paulista).

No contento con esto, el Gobierno Federal acaba de condenar a la miseria a
250 mil familias de labradores ya asentados, o sea, más de un millón de
personas, al rechazarles en tiempo hábil el indispensable crédito para la
zafra 2000-2001, el cual había sido demandado desde comienzos de año. Fue
solamente el 20 de octubre, o sea, después de pasada la época de plantío, que
el Gobierno anunció la asignación de ese crédito. Se trata, con todo, de un
ardid. Tales recursos no son disponibles en la práctica, porque las nuevas
modalidades de crédito fueron meticulosamente talladas a fin de impedir que
la gran masa de asentados y de pequeños agricultores tenga acceso al dinero.
El Gobierno pasó a exigir que los pedidos de crédito sean individuales y los
bancos solo los atiendan en la medida en que tengan en caja recursos
disponibles, lo que siempre sucedió.

En razón de esa mala fe gubernamental, la Conferencia Nacional de Obispos de
Brasil, el Consejo Nacional de las Iglesias Cristianas y la Orden de Abogados
de Brasil se retiraron de la mesa de negociaciones.

Podemos afirmar que en ningún otro momento de nuestra Historia se vio a un
Gobierno condenar 250 mil familias a la súbita miseria, por razones puramente
políticas.

En respaldo a esa acción represiva, el Gobierno orquestó, con la oportuna
colaboración de periodistas bien situados, una campaña de desmoralización del
MST, imputando a sus dirigentes de desvío de recursos públicos en provecho
propio. De inmediato, la Policía Federal fue instruida para abrir decenas de
investigaciones en todo el país, para investigar tales denuncias.

El objetivo evidente de esa operación estratégica es liquidar al MST, de la
misma forma como fueron liquidadas las Ligas Campesinas en los primeros meses
del régimen militar.

El momento no da para más tergiversaciones. Los signatarios están seguros de
que todos los partidos políticos decentes, todas las organizaciones
religiosas y entidades de defensa de los derechos humanos se van a movilizar
para repudiar el comportamiento indigno del Gobierno Federal en el episodio,
y defender el derecho a la sobrevivencia de las familias trabajadoras en todo
el Brasil.

São Paulo, 25 de octubre de 2000.

Fábio Konder Comparato - Doutor Honoris Causa da Universidade de Coimbra,
Doutor em Direito da Universidade de Paris e Professor Titular da USP;

Milton Santos - Doutor, Geógrafo e Professor Emérito da USP;

Plínio de Arruda Sampaio - Professor, ex-Deputado Federal Constituinte e
Consultor da FAO

Dom Tomás Balduíno - Bispo e Presidente Nacional da CPT (Comissão Pastoral da
Terra)