Un llamado al pueblo brasileño
Esta semana diversos movimientos sociales y entidades están realizando un plebiscito popular para cuestionar la subasta, que en 1997, permitió la venta de la Compañía Vale do Río Doce. Esta transacción se ejecutó durante el gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso (FHC) y estuvo ensombrecida por irregularidades que van desde subvalorar la Compañía -vendida por 3,3 mil millones de reales, cuando su patrimonio en la época era valorado en 40 mil millones de dólares- hasta favorecer , en forma ilícita, a determinados grupos. Hoy, la empresa Vale es avaluada en cerca de 100 mil millones de dólares.
La privatización de la Vale significó la privatización del patrimonio del pueblo brasileño. Junto con la Compañía también fueron vendidos los patrimonios materiales sobre los cuales la misma tenía concesión. La Vale tenía concesiones públicas sobre la mayor parte de las reservas minerales del país, concesiones de amplias extensiones de nuestro territorio. Solamente alrededor de la reserva mineral de Carajás tenía una concesión de 700 mil hectáreas de bosque amazónico. La Compañía también tenía una concesión sobre los tres mayores vías férreas del país: la que une Carajás con Sao Luiz, Belo Horizonte con la Victoria y otra que une el interior de Sergipe con el puerto de Sergipe; además de ser concesionaria de tres grandes puertos.
Todas esas obras no eran propiedades de la empresa. Fueron construidas con dinero público, es decir, con el presupuesto de la Unión a través de los ministerios, por lo tanto, no cabía que sean privatizadas. La Vale no constituía una empresa comercial de propiedad del Estado, era en verdad una empresa pública perteneciente al patrimonio de todo el pueblo brasileño. Por esa razón es que jamás el gobierno FHC tenía el derecho de vender una cosa que no era suya sino del pueblo.
Durante los últimos diez años, se viene librado una intensa batalla en la Justicia por la nulidad de la subasta de la Vale do Río Doce. Las irregularidades cometidas en la venta de la Compañía motivaron más de cien acciones populares en la Justicia, 69 de ellas todavía están en curso. Incluso antes de la realización de la subasta, muchos juristas intentaron cancelar la venta. Pero en la época, tanto el Superior Tribunal de Justicia (STJ), como el Supremo Tribunal Federal (STF), eran totalmente complacientes con los intereses del gobierno de Fernando Henrique Cardoso y la subasta solamente pudo ejecutarse mediante providencias adoptadas en el silencio de la noche.
Los movimientos sociales, las entidades y las pastorales sociales, articulados en la Asamblea Popular, a fines del año de 2006, percibieron que, además de la lucha institucional, hay que librar una batalla cotidiana con la participación efectiva del pueblo. Por que, a fin de cuentas, el pueblo no fue consultado sobre la venta de su propio patrimonio, ni siquiera el Congreso Nacional aprobó la venta de la Compañía. No se respetó un principio básico de nuestra Constitución de 1988, que garantiza al pueblo brasileño el poder tomar decisiones relativas a la vida y al futuro del país.
Además de la cuestión de la Vale, el plebiscito también incluye otros tres temas: si el gobierno debe continuar priorizando el pago de los intereses de la deuda externa e interna; si la energía eléctrica debe seguir siendo explotada por el capital privado y si usted está de acuerdo con una reforma de las pensiones que elimine los derechos de los trabajadores. La idea es hacer del plebiscito popular una acción cívica para el ejercicio de la ciudadanía del pueblo brasileño.
El plebiscito forma parte de la Campaña Nacional por la Nulidad de la Subasta de la Vale do Río Doce, campaña que es organizada por más de 60 entidades y movimientos sociales. La votación ya comenzó. En todo el país, están colocadas urnas para la recepción de los votos entre los días 1° y 7 de septiembre, la Semana de la Patria. La fecha fue elegida con motivo del Grito de los Excluidos, que ese año tiene como lema “La Vale es nuestra – Queremos participación en el destino de la Nación”.
Nuestro objetivo es presionar por la nulidad de la subasta que privatizó la Vale. No podemos permitir que nuestras riquezas naturales, como el suelo, minerales, agua y aire sean privatizados. No podemos permitir la entrega de nuestro patrimonio material. No podemos estar de acuerdo con la premisa neoliberal de que el alto valor atribuido a la Compañía hoy, sea fruto de su privatización. Al contrario, tenemos pruebas concretas de que es posible una empresa pública eficiente, como sucede con Petrobras. Además, estamos claros de que una empresa estatal no tiene como principal objetivo generar lucro. El objetivo de ella es el bienestar de la población.
Por todo esto, queremos consultar al pueblo y convocamos a cada amigo y amiga del MST a acompañar también esta lucha. Vote a favor de Brasil, la Vale es nuestra, ¡es del pueblo brasileño!
¡Una lucha exitosa para todos y todas!
¡Saludos!
Dirección Nacional del MST
MST Informa
Año V - n º 141
Martes, 4 de septiembre de 2007.