Elecciones y Soberanía

2002-07-24 00:00:00

Aunque fueron hechas en la pausa concedida por la copa del mundo de fútbol, no podemos pasar de largo las afirmaciones de George Soros sobre la situación del Brasil frente a las elecciones presidenciales del mes de octubre.

Declaró, simplemente, que el sistema financiero mundial ya había escogido
su futuro presidente del Brasil. Y tenía que ser uno de ellos si el país
quería evitar el caos. Sin ningún tipo de ceremonia ni forzamiento ,
explicó que "en el capitalismo global sólo votan los americanos, los
brasileños no votan". Justificó su afirmación añadiendo que esto también
pasó durante el Imperio Romano , aclarando que "en la Roma Antigua sólo
votaban los romanos", las provincias no votaban.

Por consiguiente, según este ilustre "megainversor" o "megaespeculador",
representante típico del nuevo imperio de los poderosos que se
enriquecieron recogiendo los fabulosos beneficios de la crisis financiera
en que se encuentran los países estrangulados por la deuda, nosotros no
tendríamos nada a decidir el mes de octubre. Las elecciones brasileñas no
serían decisivas, nada cambiarían, sólo se justificarían para ratificar una
decisión ya tomada por los señores del Imperio, y cumplir con el ritual de
vasallaje de los esclavos de los tiempos de Roma, de los cuales la historia
registra algunos refinamientos de crueldad. Sabemos, por ejemplo, que los
condenados a muerte tenían que pasar frente al César y con reverencia,
postrarse delante de él, en la macabra liturgia que incluía la famosa
expresión :"Ave, Caesar, morituri te salutant". Sólo faltaría que la
justicia electoral exigiera de los electores que llevasen esa frase como
marca, en latín, o en la traducción adaptada a las circunstancias :"Salve,
Bush, los que van a morir te saludan".

Las declaraciones de George Soros no merecerían ni ser citadas si no fueran
más de lo que son: expresión de prepotencia y arrogancia de quien piensa
que el dinero todo lo compra, hasta la dignidad de los pueblos y la
soberanía de las naciones.

Pero pasa que Soros no está solo. Él es la expresión de un sistema que
aparenta neutralidad y que se justifica como el fruto de una realidad
económica irreversible, abogando para él mismo una lógica determinista que
estaría por encima de la libertad humana. Pero que, en realidad, es el
resultado de tramas muy bien planificadas, que aplanaron el camino para que
el capital financiero disfrutase de toda la protección para actuar segura y
libremente, removiendo todos los ítems de la estructura jurídica
penosamente construida por las democracias modernas de protección del
trabajo y de defensa de los derechos humanos. Los especuladores piensan que
lo único que vale es el dinero y defienden para él vía libre para obtener
lucro a voluntad, aunque para ello se sacrifique la soberanía nacional,
como el propio Soros propone para el Brasil.

Pero el asunto es aún más serio. Él exige un posicionamiento de los
candidatos. Por lo tanto, la dignidad nacional nos empuja a votar por
nuestros candidatos , no de los americanos o de otros especuladores. Un
candidato elegido por el voto de los especuladores internacionales no
tendría ninguna legitimidad para gobernar Brasil.

El tema exige también un posicionamiento del actual gobierno, ya que la
soberanía nacional no puede quedar comprometida por ninguna dependencia
financiera. Del mismo modo como no se vende el alma al diablo para hacer
ningún negocio, tampoco se aliena la soberanía de un país por motivos
financieros.

Las elecciones se van a celebrar y queremos que sean decisivas. Es
imprescindible estar atentos. Más que nunca, será oportuno el "Grito dos
Excluidos", programado para la Semana de la Patria, con el lema
providencial escogido con acierto : la Soberanía no se negocia . Ningún
"Soros" especulador, ni otros "soros caseros" tienen derecho a imponernos
ningún candidato, sea quien sea.

* D. Demétrio Valentini es obispo en Jales (Estado de São Paulo)

* Publicado en MST Informa Año I - nº17