La trayectoria de los congresos del MST

2007-06-06 00:00:00

En 23 años de historia, los congresos del Movimiento de los Trabajadores Rurales
sin Tierra (MST) reflejan el contexto político y económico del país y señalan
los desafíos del movimiento, de las organizaciones de trabajadores y de la
sociedad brasileña con miras a la realización de la Reforma Agraria en Brasil.

El 5º Congreso del MST, que reunirá a más de 17.500 delegados y delegadas entre
el 11 y el 15 de junio, se enmarca dentro de una nueva coyuntura de la cuestión
agraria y de la sociedad brasileña, que sufrió cambios en la década de 90 con el
proceso de globalización capitalista.

Ese proceso implicó la desindustrialización en las ciudades y el llamado
agronegocio en el medio rural. Con esto, el país perdió soberanía popular y dejó
de lado los cambios en la estructura de la sociedad para garantizar la justicia
social.

Con el avance de las grandes empresas, bajo la hegemonía del capital financiero,
cambió la situación agraria en el país. A su vez, los movimientos sociales se
vieron obligados a crear nuevas formas de lucha para enfrentarse con esos
sectores, que se constituyen como obstáculos para la democratización del acceso
a la tierra y a la producción agrícola.

Un poco de historia

En la década de 1980, el modelo de desarrollo urbano-industrial, que empezó en
la década de 1930, entró en una etapa de agotamiento y, a la vez, las luchas
populares y sindicales (sobre todo en los grandes centros urbanos) exigían el
fin del régimen militar y las libertades democráticas. Surgieron sindicatos,
centrales sindicales, partidos y organizaciones de trabajadores en la
perspectiva de retomar la democracia, dentro de la campaña por las \"Directas Ya\"
(1984), la mejor expresión de la capacidad de la movilización popular.

En el sector rural, el gobierno militar había impuesto una política de
modernización de la agricultura para atender la demanda urbano-industrial y el
mercado externo sin hacer reformas en la estructura agraria. Eso profundizó la
exclusión social, aumentando el éxodo rural, y las desigualdades tecnológicas y
en las relaciones sociales en el campo.

En ese contexto, crecieron las luchas populares en defensa de la Reforma Agraria,
por la reorganización sindical y contra el gobierno militar. En ese clima de
enorme agitación política y de expectativa de crecimiento de la participación de
la sociedad, el primer Congreso Nacional del MST reunió a cerca de 1.000
delegados y delegadas en 1985, con el desafío de colocar la Reforma agraria en
la agenda del país y definir una forma de lucha contra los latifundios.

Posteriormente, en la segunda mitad de la década de los 80, se elaboró el Primer
Plan Nacional de Reforma Agraria (PNRA) y se promulgó la Constitución Federal
(1988), que reflejaba la efervescencia política del momento. Incluso, con la
derrota electoral de las candidaturas nacidas en el seno de las fuerzas
progresistas que lucharon contra la dictadura militar, la década terminó con la
sociedad movilizada.

El movimiento sindical seguía combativo y activo, y las fuerzas progresistas
buscaban presentar un proyecto de desarrollo para el país. En materia de Reforma
Agraria, la inclusión del concepto de función social de la propiedad agrícola en
la Constitución Federal dio un nuevo estímulo a la lucha. El MST, consolidado en
todas las regiones del país, asumió la ocupación de los latifundios
improductivos como forma de lucha.

En 1986, como respuesta, nació la Unión Democrática Rural, que pasó a usar
métodos violentos contra los trabajadores rurales. Luego, la elección de
Fernando Collor trajo dificultades para la lucha por la Reforma Agraria. En el
Congreso de 1990, el Movimiento definió que se debería volver a la organización
interna y elaboró una propuesta para el campo brasileño, teniendo como lema
\"Ocupar, Resistir y Producir\".

Década del 90

En la primera mitad de la década de 1990 se comenzó a adoptar políticas
neoliberales en el país, dando el primer paso para el proceso de privatización
de las empresas estatales y la desnacionalización de la economía. Ahí empezó el
descenso de las luchas populares y sindicales en nuestro país, teniendo como
excepción la movilización del pueblo brasileño, en especial de los estudiantes,
para expulsar al presidente Fernando Collor de Mello a causa de las denuncias de
corrupción.

En el campo, por el mismo agotamiento del modelo de desarrollo industrial, se
profundizó el proceso de modernización en la agricultura basado en el incremento
de la explotación de los trabajadores. En el periodo, desaparecieron miles de
unidades productivas de pequeños campesinos y, aquellos que se mantuvieron en la
tierra, pasaron a obtener parte de sus ingresos con el trabajo asalariado fuera
de sus propiedades. En diversos Estados, un gran número de trabajadores rurales
emigró a las pequeñas ciudades y periferias de las metrópolis.

En la lucha por la Reforma Agraria, el MST percibió que el apoyo de la sociedad
brasileña era fundamental para la realización de un programa de democratización
de la tierra. Por eso, puso especial atención a las articulaciones con otros
sectores sociales, inclusive de las ciudades, y escogió como consigna \"Reforma
Agraria, una lucha de todos\" para el Congreso de 1995.

En su primer mandato (1995-1998), el gobierno de Fernando Henrique Cardoso
promovió privatizaciones, desnacionalizaciones y la subasta de la estructura del
Estado sin precedentes en la historia de nuestro país. En 1995, la represión a
la huelga de los petroleros mostró que la adopción de las políticas neoliberales
exigía un gobierno fuerte y represivo. Por esto, las fuerzas conservadoras de
los estados se sintieron con libertad para aumentar la represión, provocando dos
masacres de campesinos: la de Corumbiara, en Rondônia (1995) y la de Eldorado de
los Carajás, en Pará (1996).

La violencia de los hacendados, la represión de las policías provinciales,
dentro de una política de criminalización de los movimientos del campo,
esclareció sobre las consecuencias que tiene la perpetuación del latifundio para
los campesinos y para la sociedad brasileña. La necesidad de la democratización
de la tierra para evitar más masacres hizo con que el lema del Congreso de 2000
fuese \"Reforma Agraria: por un Brasil sin latifundio\".

El 5º Congreso del MST, el mayor de la historia del Movimiento, tiene como lema
\"Reforma Agraria: por Justicia Social y Soberanía Popular\", que surge de la
comprensión de que el combate a las desigualdades y la garantía de la efectiva
participación política de la población dependen del cambio de la estructura
agraria en el país.

Para eso, el MST presenta a la sociedad su propuesta para el campo brasileño,
denominada \"La Reforma Agraria necesaria: Por un proyecto popular para la
agricultura brasileña\". El programa agrario tiene objetivos y propuestas
concretas para la resolución de la cuestión agraria, garantizando buena calidad
de vida y trabajo para los Sin Tierra y la superación de la brutal desigualdad
social en el campo.