Valiosos y estratégicos recursos naturales
El V Encuentro Campesino Mesoamericano y III Encuentro del MOICAM, que
reúne a delegados y delegadas de organizaciones campesinas e indígenas
nacionales e internacionales (de Nicaragua, El Salvador, Guatemala,
Honduras, Costa Rica, Haití) está abordando, durante estos días
cuestiones de agenda común, soberanía alimentaria, tierra y territorio,
megaproyectos transnacionales, trabajo, democracia, recursos naturales...
La represión en Oaxaca ha suscitado debates. Cada quien trae experiencias
de represión de sus propios países y estados. Una cuestión que está
quedando patente es la necesidad de seguir articulándose, organizándose,
y no perder de vista la cada vez mayor criminalización que los gobiernos
hacen de las luchas sociales.
A nivel nacional ya son varias las acciones represivas contra el pueblo
por parte del gobierno. Los mineros de Pasta de Conchos, Sicartsa, San
Salvador Atenco, Oaxaca...
El presente encuentro mesoamericano tiene su sede en San Cristóbal de las
Casas, en el estado de Chiapas. El sureste mexicano, la zona más pobre
del país, donde la gente vive del campo, donde conviven numerosos pueblos
indígenas, también tiene una trayectoria de represión.
No es necesario, sin embargo, remontarse mucho en el tiempo para dar
muestra de ello. De hecho, hace apenas una semana, se produjo una matanza
en una comunidad indígena, conocida como Viejo Velasco, situada en los
límites de la Reserva de Montes Azules, estando el ejército mexicano, muy
cerca del lugar. Una matanza “anunciada”, que a nadie pilló por sorpresa
y de la que organizaciones de defensa de derechos humanos y ecológicos ya
habían advertido.
Hasta el momento, según informes de la comisión de observación civil que
está haciendo el seguimiento de los hechos, hay cinco personas muertas,
dos desaparecidas, una tomada como rehén (eran dos, pero una mujer
(enferma y discapacitada) fue liberada, tras sufrir agresiones y tortura)
y veintitrés desplazadas.
Un conflicto que se suscitó hace tres décadas cuando, por un decreto
irregular, se desconocieron los derechos agrarios de distintos poblados
indígenas y campesinos que reclamaban la tierra como suya y se la dieron
a la comunidad lacandona. En los últimos veinte años se han sucedido los
desalojos violentos en la zona, las reubicaciones forzosas. Un acuerdo de
mediados de los ochenta reconoce la propiedad agraria de la tierra a las
y los pobladores de varias comunidades de la zona. Los conflictos no
cesan y el pasado año, los gobiernos federal y estatal se comprometieron
a reconocer los derechos agrarios y a regularizar 28 poblados. Entre
ellos, Viejo Velasco. En abril de este año, se desconoció el mismo y
comenzaron las reubicaciones y las amenazas de desalojo violento en la
región por parte de los comuneros de Nueva Palestina, Frontera Corozal y
Lacanjá Chansayab (que, a cambio de migajas, buscan favorecer a intereses
empresariales biotecnológicos, “ecoturísticos” y madereros, con miras a
privatizar los ricos y estratégicos recursos naturales ahí existentes)
contra 4 poblados: Viejo Velasco, Flor de Cacao, Ojo de Agua Tsotsil y
San Jacinto Lacanjá. (15 nov. Reporte de la comisión de observación
civil, Maderas del Pueblo del Sureste).
Pese a las advertencias de las organizaciones civiles, el gobierno no
hizo nada y el pasado 13 de noviembre, estalló el conflicto.
Como en los no tan viejos tiempos.-
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, parte de la
comisión de observación afirma que el ataque parece ser premeditado.
Tiene características similares a los que se cometían en Chiapas entre
1995 y 2000, como fue el caso de la masacre de Acteal.
En esta ocasión también, un numeroso grupo de personas fuertemente
armadas y uniformadas, identificadas como comuneros tseltales y
lacandones… llegó a agredir a los pobladores tseltales de Viejo Velasco,
previo abandono de sus simpatizantes en ese poblado. La policía sectorial
acudió en helicóptero al lugar de los hechos minutos después de ocurrido
el ataque, sin detener a nadie y sólo a levantar los cuerpos.
Hechos como estos se han venido denunciando en las mesas de trabajo del
encuentro del Moicam, no sólo como una problemática común de los países
mesoamericanos en cuestión de tierra y territorio, sino también
relacionado con la cuestión de los recursos naturales de los que las
transnacionales ansían apropiarse.
Tierra y territorio, desalojos violentos y... recursos naturales.-
Maderas del Pueblo, organización ecologista integrante de la comisión de
observación civil explica las razones de este caso concreto:
En las 3000 ó 4000 has en disputa, existen todavía grandes manchones
compactos de selva alta, con importante cantidad de caoba. Eso explica,
según Maderas del Pueblo, por qué la "comunidad lacandona" y
específicamente los palestinos, aceptaron la expropiación de las tierras
donde estaban asentados los otros 24 ejidos, pero se negaron rotundamente
a aceptar estos 4. Tan rotundamente que terminaron orquestando esta
agresión violenta.
La organización tiene conocimiento de que, en esa zona, desde hace 5
años, los palestinos están tramitando un programa de manejo forestal,
para la explotación de madera (especialmente caoba) el cual posiblemente
esté a punto de ser liberado por la Secretaría de medio ambiente y
Recursos Naturales, Semarnat.
Si los subcomuneros de Palestina aceptaban la expropiación de ese
territorio se les daría el dinero en un solo pago de $6000 por ha (x 4000
hectáreas= $24 millones).
Pero, además, si obtienen el permiso de explotación maderera y lo
negocian con alguna empresa, recibirán ingresos anuales relativamente
cuantiosos, al menos por 10 años; y se quedan con los terrenos para poner
proyectos de "ecoturismo" cerca de Yaxchilán. Y, con los dineros
recibidos del derecho de monte, compran más ganado cebú para destruir los
terrenos de adentro (igual que ya hicieron con los casi 200 mil pesos que
recibió cada "comunero" y "subcomunero" por el negocio de la expropiación
aceptada de los otros 24 ejidos).
Problemas comunes para Mesoamérica.-
En los países mesoamericanos (Guatemala, El Salvador, Honduras,
Nicaragua, Guatemala...) se dan las mismas situaciones: construcción de
represas, proyectos ecoturísticos, maquiladoras, plantaciones, y otros
proyectos financiados por el Banco Mundial BM-, el Banco Interamericano
de Desarrollo -BID-, el Banco Centroamericano de Integración Económica -
BCIE-, las corporaciones transnacionales (como la Coca-Cola) y los
gobiernos.
En esta región también se busca desplazar a una gran cantidad de
comunidades por la construcción de represas, para el desarrollo de
proyectos hidroeléctricos y el aprovechamiento del agua dulce de las
cuencas hidrológicas. Además, se considera el desplazamiento de
comunidades y poblaciones dispersas para concentrarlas en zonas más
adecuadas (dotadas de infraestructura) para su aprovechamiento como mano
de obra barata en industrias maquiladoras, grandes plantaciones,
agroindustrias, embotelladoras y otros proyectos productivos.
Precisamente, en el encuentro, se dedicó una de las mesas de trabajo a la
discusión de propuestas para la defensa de recursos naturales, punto
importante en el plan de acción de la Plataforma Campesina Mesoamericana.