VC discute Reforma Agraria y globalización de la lucha

2006-03-07 00:00:00

La Reforma Agraria debe ser un instrumento que proporcione una relación
sustentable entre los campesinos y el medio ambiente, no limitado
solamente a la conquista de la tierra. Ese fue el tono que permeó las
discusiones del Encuentro Internacional de los Sin Tierra, organizado por
la Vía Campesina Internacional, en Porto Alegre (RS), el 4 y 5 de marzo.

Cerca de 150 campesinos de movimientos sociales de Europa, Asia, África y
Américas hablaron sobre sus realidades locales y discutieron una nueva
visión sobre la actividad agrícola y la función social de la tierra.
Además, los activistas describieron sus estrategias de lucha y de
resistencia a las políticas neoliberales, principalmente de la
Organización Mundial del Comercio (OMC) y del Banco Mundial.

Según Peter Rosset, integrante del Comité Internacional de Planificación
para la Soberanía Alimentaria, que organiza el Foro Tierra, Territorio y
Dignidad, los conceptos de la cuestión agraria están siendo alterados con
el paso del tiempo. En ese sentido, él destaca el papel de la Vía
Campesina, que trabaja para mostrar la amplitud del tema. "La lucha por
la Reforma Agraria no se limita solamente a la cuestión de la tierra, que
es uno de los medios físicos utilizados por la agricultura para producir
alimentos. Trae a la mesa la importancia del territorio, evidenciando una
nueva relación de respeto del hombre con el medio ambiente", afirma
Daniel Pascual Hernandez, del movimiento indígena de Guatemala, quien
alerta que la discusión sobre el concepto de territorio, soberano entre
los pueblos indígenas, no debe ser visto como algo restringido a una
única cultura. "Los pueblos indígenas reconocen que tanto la fauna y la
flora, como los seres humanos, forman parte, y no son los dueños del
espacio", defiende Hernandez. Él lanzó a los movimientos campesinos el
desafío de desarrollar una nueva relación entre blancos e indios, llena
de conflictos desde la colonización europea en América Latina.

Otro asunto debatido durante el encuentro fue las estrategias de lucha y
de defensa de los territorios. La más utilizada, y que acaba dando más
resultados, son las ocupaciones de los latifundios, siendo muy
practicadas por campesinos americanos y asiáticos, a fin de presionar los
gobiernos a que hagan la Reforma Agraria.

Egídio Brunetto, de la coordinación nacional del Movimiento de los
Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), en Brasil, resalta la importancia
de las acciones locales siempre que estén interrelacionadas con una lucha
global. "Necesitamos luchas internacionales y anti-imperialistas, que
convoquen a los jóvenes y cambien la relación con la naturaleza. Tenemos
que producir alimentos, y no mercancías", argumenta.

Neoliberalismo

El encuentro de los Sin Tierra señaló la divergencia entre la Reforma
Agraria propuesta por el Banco Mundial, que será defendida en la II
Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural, y el
proceso defendido por los movimientos sociales del campo. Para los
panelistas, la primera conferencia de la organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sobre Reforma Agraria,
en 1979, en Roma (Italia), fue marcada por puntos positivos y negativos.
Al la vez que inició el debate en defensa de la biodiversidad,
considerando a las semillas como un patrimonio de la humanidad, adoptó la
política de Reforma Agraria propuesta por el Banco Mundial. "Es en ese
momento que ocurre la ruptura entre las instituciones mundiales y los
movimientos sociales", analiza Brunetto.

El Banco Mundial entrega recursos a los gobiernos para que compren las
tierras a los campesinos y las revendan a los sin-tierra vía préstamos,
en lugar de expropiar las áreas que no son productivas, como prevé la
Constitución brasileña, por ejemplo. "El Banco Mundial desconoce la
función social de la tierra, transformándola en mercancía", anota.