515 años de Resistencia Maya e Indígena

2007-10-12 00:00:00

LOS 515 AÑOS DE RESISTENCIA MAYA E INDÍGENA ANTE LA POLÍTICA DE INVASIÓN, DESTRUCCIÓN Y COLONIALISMO.

DÍA OOB’ AQ’AB’AL: significa amanecer, atardecer, grano. Simboliza las dos polaridades de la energía luminosa, luz y oscuridad. Día propicio para pedir porque no se apague el fuego sagrado.

Quienes celebran esta fecha como el “encuentro de dos mundos”, o el “día de la hispanidad”, son unos ignorantes mal intencionados de la historia.

Hace 515 años se produjo la invasión sangrienta mediante la cual se irrumpió la puerta de América Latina, en donde se encontraba el territorio maya, que fue invadido por los invasores que venían en eso entonces, usando la fuerza brutal de sus armas para cometer todo tipo de agresiones y violencia que les permitió incursionar a las tierras que ocupaban nuestros abuelos y abuelas. Para nosotros los pueblos indígenas, fue el origen de la pobreza, miseria, exclusión y el racismo, que persisten hasta hoy día, todo es producto de la política de colonización impuesta por los invasores. Sometieron a nuestro pueblo a la esclavitud y se apoderaron de nuestros territorios, tierras, y de toda la riqueza que la naturaza conservaba, como pago a los supuestos vencedores. No son vencedores de ninguna manera, sino más bien son invasores y agresores de un pueblo y de culturas diversas y milenarias.

Los invasores desconocieron a los pueblos mayas e indígenas y destruyeron nuestra organización social, nuestra cultura incluyente y colectivo que estaba bastante avanzada en aquel entonces, basada en el respeto de la palabra y la persona, las leyes de convivencia y el respeto a la Madre naturaleza.

Desde la invasión Española, se implantó la política de genocidio, etnocidio, persecución, amenaza, muerte, robo y el saqueo, la discriminación, racismo, reparticiones de tierras y “reparticiones de indios”, para generar mano de obra al servicio de los agro exportadores.

Han pasado 515 años, el Estado guatemalteco sigue siendo colonialista, viendo al pueblo maya e indígena servidor de la mano de obra regalada o barata en las fincas, para generar riqueza en beneficio de la oligarquía parásita, explotadora. Persiste y se sigue reproduciendo la política de invasión institucionalizada y legal en contra de los pueblos y nacionalidades indígenas, toda vez que hoy en día sufrimos despojos de nuestras tierras por los grandes finqueros, por las empresas mineras, petroleras, hidroeléctricas, sin importar el derecho humano de las personas, familias y pueblos indígenas. Todas estas situaciones se reflejan en la Constitución Política de la República, en tanto su contenido es racista y colonialista, tal como se establece en los 4 artículos referentes a los pueblos indígenas, en los que se indican que representamos el 68% de la población total del país, en su sección tercera “Comunidades indígenas” (66, 67, 68 y 69). Y lo peor del caso, es que nos hacen creer que los indígenas estamos únicamente para vivir como peones en las fincas y nos siguen utilizando solamente para la mano de obra, como lo menciona el siguiente artículo 69: “Traslación de trabajadores y su protección. Las actividades laborales que impliquen traslación de trabajadores fuera de sus comunidades, serán objeto de protección y legislación que aseguren las condiciones adecuadas de salud, seguridad y previsión social que impidan el pago de salarios no ajustados a la ley, la desintegración de esas comunidades y en general todo trato discriminatorio”. En este artículo refleja el pensamiento racista del Estado Guatemalteco referente a los pueblos indígenas, da el respaldo a los finqueros y personas que se dedican al maltrato de las personas indígenas en las fincas, en las empresas explotadoras, en este mismo, se evidencia que la intención del Estado de Guatemala, es tenerlo a los pueblos indígenas para ser explotados por su trabajo en forma regalado.

Somos pueblos Maya, Garífuna, Xinca y Ladina, por lo que es preciso que la Constitución Política de la República lo debe reconocer y desarrollar en el artículo 70 el reconocimiento de estos pueblos excluidos, desconocidos y marginados, que solo nos imponen obligaciones y restringen el ejercicio de nuestros derechos de distintas formas en toda la historia.

Recientemente la Organización de las Naciones Unidas, declaró y aprobó oficialmente para todo el mundo los derechos de los Pueblos Indígenas, el 13 de septiembre del 2007, por lo que para el Estado de Guatemala, no debe ser una simple declaración, ya que fue uno de los países firmantes de dicha declaración, debe convertir en una ley y política de carácter nacional para el respeto y cumplimiento a los derechos de los pueblos indígenas y consecutivamente a reformarse la constitución, las leyes y normas legislativas, administrativas y judicial, y consecuentemente el estado de Guatemala debe sufrir una modificación profunda para acabar con el racismo, la discriminación y exclusión de los pueblos indígenas.

El desarrollo económico y social debe ser un derecho inalienable de la persona, no exclusivo a un grupo oligárquico como lo que sucede actualmente en nuestro país. El desarrollo no implica la destrucción de nuestra madre naturaleza, y menos aún dejar en concesiones nuestro territorio nacional a las empresas extranjeras y mucho menos endeudar más al Estado de Guatemala. El modelo de desarrollo que hoy día impulsa el estado guatemalteco sigue siendo destructor ya que obedece únicamente a la satisfacción del interés de una minoría, que empobrece a las grandes mayorías. Los destructores siguen invadiendo y agrediendo nuestros territorios, tierras y madre naturaleza y los están entregando a manos extranjeras, sin respetar a nuestro derecho humano, porque nunca gozamos del beneficio de este supuesto “desarrollo”.

En las elecciones generales recién pasadas, quedó demostrado que nosotros los pueblos indígenas somos ciudadanos por la simple y sencilla razón que únicamente tenemos el derecho a elegir y no para ser electos. Las leyes y normas electorales no abre la oportunidad a los pueblos indígenas y no nos da ventaja para entrar en el juego electoral, y así, no tenemos la posibilidad de salir electos porque no tenemos la misma capacidad económica que tienen los partidos tradicionales respaldados y financiados por empresarios e incluso haciendo valer una serie de anomalías para utilizar fondos del estado para sus campañas políticas. Y las personas que salen electos de los partidos políticos, no representan a los pueblos indígenas porque que siempre quedan sumiso bajo el mando de la oligarquía. En esta segunda vuelta a realizarse el 4 de noviembre, los pueblos indígenas y no indígenas pobres no tenemos ninguna opción por ninguno de los candidatos presidenciables, ya que hacen caso omiso de nuestras demandas y planteamientos como Mayas y campesinos y campesinas. Sin embargo cualquiera que salga electo tiene la obligación de atender nuestras demandas, planteamientos del pueblo maya y campesino, principalmente en la problemática agraria y el desarrollo, pero no mano de obra barata y regalada para las fincas y maquiladoras.

El Levantamiento Maya y Popular es permanente, mientras persista el racismo, la explotación, discriminación y la exclusión. Porque solo un pueblo unido y luchador puede enfrentar estas políticas del Estado colonial.

Guatemala, 11 de octubre de 2007.

¡LOS PUEBLOS INDÍGENAS EN PIE DE LUCHA POR LA DEFENSA DE NUESTRAS TIERRAS Y TERRITORIOS ANTE LAS NUEVAS FORMAS DE INVASIÓN!

COORDINADORA NACIONAL INDÍGENA Y CAMPESINA – CONIC –
Miembro de UASP, Waqib’ Kej, Vía Campesina Internacional y CLOC.

Coordinadora Nacional Indígena y Campesina (CONIC)