Lo que no se nombra no existe

2004-07-30 00:00:00

Cómo hablar del poder, la democracia y las diversidades si no se les nombra, si
no se les incorpora a la vida cotidiana, social, cultural, política y humana de las
gentes y de los pueblos que formamos esta América toda. Cómo defender la
pluralidad de sentidos, saberes, prácticas y sueños si no incorporamos a
nuestra forma de ser americana esa diferencia que nos convoca cada vez más
a la unidad.

El panel de síntesis “Poder, democracia y diversidades”, que sesionó hoy en el
Teatro de la Casa de la Cultura Ecuatoria, en los epílogos del 1 Foro Social
Américas, se convirtió en un espacio abierto y plural para reflexionar sobre
aquellos asuntos que marcaron la atención de jóvenes, campesinos, mujeres,
indígenas, pueblos afrodescendientes, comunidades de gays, lesbianas,
transexuales, transvestis, economistas, sociólogos, sindicalistas e integrantes
de redes y movimientos sociales de todo el continente que se pronunciaron por
construir una agenda común y transversal que oriente el trabajo hacia una
auténtica defensa de la diversidad ejercida desde y para el poder ciudadano.

Tomando como perspectiva el Foro Social Mundial, los participantes en el
debate expresaron que los acuerdos y las propuestas derivados de este FSA
sobre este tema del poder, la democracia y las diversidades deben ser
asumidos más que como una promesa, como un eje que atraviese todo el
quehacer de las agendas de discusión nacionales y regionales.

Otro aspecto importante fue cómo articular, dentro de los movimientos sociales
y redes, la diferencia como concepto y como sentido de vida, no para generar
contradicciones, sino para abrir procesos de diálogos que permitan incluir esas
diversidades como parte de nuestra propia naturaleza. Al propio tiempo,
trabajar por los derechos de las personas que tiene otra opción sexual, sean
gays, lesbianas, transexuales y otros quienes ven limitadas sus posibilidades
como ciudadanos, así como denunciar los abusos tanto legales como policiales
que se comenten contra ellos.

En cuanto al tema de las migraciones los participantes en los talleres y
seminarios sobre este tópico expresaron sus coincidencias en cuanto a seguir
exigiendo los derechos de los migrantes, promover el desarrollo de las zonas
fronterizas, luchar contra las injustas políticas migratorias restrictivas y
selectivas que traen como consecuencia el aumento del tráfico ilegal de
personas, las deportaciones colectivas y la violación de los derechos humanos
de cientos de miles de personas migrantes de todo el mundo y, en especial, de
nuestra región.

Por otra parte, demandaron la adopción de una agenda migratoria a nivel
mundial tomando en cuenta la responsabilidad compartida de los estados y los
múltiples factores económicos, políticos y humanos que generan este proceso.

Otro de los temas que recabó una atenta mirada fue el de la vejez de la
población latinoamericana. En este sentido se habló de la necesidad de
incluirlo en la agenda de los foros de la sociedad civil teniendo en cuenta el
acelerado envejecimiento de la población y las débiles políticas de seguridad
social de los estados sobre este sector. Reclamo común fue hacer más visible
los problemas, preocupaciones y derechos de la gente de la tercera edad
desde la perspectiva de las redes de jubilados nacionales y regionales.

Por otro lado, las organizaciones que sesionaron en distintos seminarios y
paneles en el foro urbano expresaron la necesidad de reconstruir los espacios
urbanos para articular las diferentes fuerzas que los integran desde los
universos juveniles, de trabajadores, campesinos, mujeres, indígenas y otras
fuerzas populares en una construcción permanente de la democracia
verdaderamente participativa, respetando las identidades y las diferencias.

La sudáfricana Phumi Mtetwa, coordinadora de Dialogo Sur- Sur, a nombre de
LGBT, Marcha Mundial de Mujeres, REMTE y el área de mujeres de ALAI, se
refirió al lanzamiento de la convocatoria al Primer Foro Social por la Diversidad
Sexual, que tuvo como propósito generar un espacio de debates y propuestas
para encarar los urgentes cambios sociales y personales y el reconocimiento
completo de los derechos sexuales como derechos humanos, a la vez, que
este tema fue colocado —casi inéditamente— en las discusiones de los
movimientos sociales, otorgándole el reconocimiento que merece no solo en
sus discursos sino también en sus prácticas.

En este sentido, en los diferentes talleres, paneles y seminarios se discutió
sobre género y diversidades, diversidad sexual y globalización, derechos
sexuales y diversidad, y sobre perspectivas de las luchas LGBT. En cuanto a
esto dijo “nos parece importante que este tema haya estado presente en este
foro”.

Entre las propuestas concretas que resultaron de las reflexiones sobre este
asunto se encuentran la necesidad de revisar los compromisos ya acordados
sobre el tema que fueron base de las discusiones en la ONU, además de que
se fortalezcan la participación y las propuestas acordadas por ese organismo
internacional, de modo que sean visibilizados como derechos no solo colectivos
sino individuales.

Democratizar la democracia

Roberto Regalado, de Cuba, al hacer la síntesis de este tema alertó sobre los
peligros que entraña hablar sobre “democratizar la democracia”, pues es cierto
que en América Latina la izquierda logra accesos a determinados espacios
funcionales que no tenían en el pasado, pero también hay que reflexionar en
qué coyuntura se llega a esos espacios, cuál es el papel del ejercicio del poder
político y cuál es la capacidad de esos movimientos de izquierda para hacer
posibles esos espacios de poder, de modo que, hablando de poder y
democracia, de lo que se trata es de crear una sociedad donde los seres
humanos tengan reales oportunidades para ejercer ese poder político y
participar de las decisiones que a ellos le competen como ciudadanos”.