Desafíos sindicales frente al libre comercio

2004-07-27 00:00:00

En un taller organizado por la Organización Regional
Interamericana de Trabajadores (ORIT), que reunió a
dirigentes sindicales de América Latina, Estados Unidos,
Canadá y España, se discutieron esta tarde importantes
derroteros para el sindicalismo de nuestra región frente al
avance del libre comercio, en el marco del 1° Foro Social
de las Américas.

Cerca de un centenar de dirigentes sindicales de América
Latina, junto con representantes sindicales de Estados
Unidos, Canadá y España, discutieron esta tarde sobre los
desafíos y las estrategias del movimiento sindical
latinoamericano para enfrentar con éxito el avance del
libre comercio en sus distintas manifestaciones: ALCA,
TLC's bilaterales entre Estados Unidos y diversos países
(Centroamérica, Comunidad Andina), OMC y otros mecanismos
semejantes.

En horas de la mañana, se verificó la participación de
Andrés Mellado y Cameron Duncan, representantes de
Comisiones Obreras de España y de la Internacional de
Servicios Públicos, respectivamente. Ambos panelistas
hicieron una valoración de las políticas de la Comunidad
Europea y de los Estados Unidos en materia comercial hacia
América Latina, así como las perspectivas que se abren, en
el caso norteamericano, con las elecciones presidenciales
de noviembre próximo.

En horas de la tarde, se realizó un panel con la
participación de Rafael Freire (CCSCS, Brasil), Jaime
Alciniegas (CEOSL, Ecuador), Daisi Montero (COMUT,
República Dominicana), Lincoln Lewis (CCL, Caribe
angloparlante), Israel Salinas (Centroamérica) y Sandra
Sorensen (CLC, Canadá). Estos / as dirigentes hicieron
referencia a las acciones desarrolladas por el movimiento
sindical frente a las negociaciones comerciales en marcha
(TLCEUCA, TLC Andino, MERCOSUR), así como a la forma en que
dichas organizaciones han participado junto a otros
sectores sociales, en la lucha contra el libre comercio.

Integración con los movimientos sociales, principal desafío

En el caso del sindicalismo latinoamericano, el principal
desafío identificado es la urgente necesidad de articular
al movimiento sindical, con los demás movimientos sociales
que han surgido en las últimas dos décadas a lo largo de la
región, y que tienen gran capacidad de movilización e
incidencia políticas.

Esto pasa por la constatación de que el movimiento sindical
ha sufrido fuertes embates durante las décadas del ajuste
estructural bajo el Consenso de Washington, así como del
hecho de que solamente el desarrollo de solidaridades y
agendas comunes podrá poner al movimiento sindical en
capacidad de dar la lucha contra el libre comercio. Así, la
alianza con el movimiento campesino, con el movimiento
indígena y con diversas redes existentes en el continente,
surge como un imperativo para el movimiento sindical.

El movimiento sindical sigue siendo un actor de primer
orden en el contexto político latinoamericano, pero no
puede solo. Esta experiencia ha sido constatada por
sindicalistas de Canadá y Estados Unidos, que llevan ya 15
años de enfrentar el libre comercio en el marco del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Asimismo,
surge como una realidad para el sindicalismo de la región,
que enfrenta varios procesos simultáneos de negociaciones
comerciales, las cuales impactan severa y negativamente el
mundo del trabajo, en especial por la creciente
flexibilización y precarización del empleo.

El el caso del MERCOSUR, la estrategia sindical se ha
centrado en participar en las negociaciones comerciales,
disputando espacios para una integración distinta, en
palabras de Rafael Freire, líder de la Coordinadora de
Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS). En su criterio,
la creación de la Comisión Sociolaboral ha permitido
integrar en el marco del MERCOSUR, una serie de normas y
protecciones para los trabajadores, así como mecanismos que
aseguren el respeto de los derechos laborales.

Para Freire, el tema de las estrategias sindicales frente
al libre comercio pasa por una contextualización del mismo,
en especial en el tema de las alianzas. En el contexto de
un sector informal muy grande, con fuerte precarización más
los altos índices de desempleo abierto, se pregunta qué
puede hacer el sindicalismo para seguir siendo un actor de
primer orden en los procesos sociales. En primer lugar,
colocar la agenda sindical en el marco de la discusiones
sobre el libre comercio; en segundo lugar, establecer
alianzas fuertes para oxigenar y fortalecer el movimiento
sindical, partiendo del hecho de que el sindicalismo aún
tiene gran capacidad de intervención.

Se señala la necesidad de fortalecer espacios como la
Alianza Social Continental, reforzando una mirada común a
pesar de las diferencias existentes en su seno, ya que
todos y todas nos vemos afectados por las políticas
neoliberales y de libre comercio. Esto significa "cambiar
una cultura existente entre nosotros y nosotras en el
movimiento sindical, el movimiento sindical tiene una
responsabilidad muy grande y no podemos quedar fuera,
forjando alianzas a partir de nuestros puntos de
encuentro".