CONACAMI Perú frente al debate:

Reiteramos, 3% es insuficiente, exigimos porcentaje mayor

Las regalías mineras no compensarán la extracción de los recursos

En la década pasada, durante el llamado "boom minero", las
exportaciones de los minerales crecieron hasta alcanzar el 47% de
las exportaciones nacionales. Sin embargo, ni el Estado ni mucho
menos las poblaciones del entorno recibieron un aporte
proporcional por la explotación de estos recursos; al contrario,
las empobrecieron al afectar su salud y su vida, sus tierras y el
agua, su identidad y su cultura. Es así que entre 1992 y el 2002,
las exportaciones mineras alcanzaron los 29 mil millones de
dólares. Frente a tan impresionante cifra, los ingresos que las
regiones percibieron por concepto de canon apenas llegaron a 208
millones de dólares en diez años, es decir, el equivalente al 0.7%
del monto de las exportaciones.

El fujimorismo, además, tuvo a la minería como a la niña de sus
ojos y le dio toda clase de privilegios, como exoneraciones
tributarias, devolución del Impuesto General a las Ventas (IGV)
pagado en exploraciones, el no pago de tributos a los gobiernos
locales y los convenios de estabilidad tributaria. Gracias a estos
convenios, las exoneraciones y la tasa de Impuesto a la Renta
vigentes a la fecha de la firma del contrato se mantienen estables
mientras duren los trabajos mineros. El retorno de la democracia
no significó el recorte de privilegios para la industria minera.
En el 2002, sus exportaciones alcanzaron 3.734 millones de
dólares, equivalentes a más de 13 mil millones de soles, y solo
pagó por canon 136 millones de soles.

¿Qué aporta, entonces, la industria minera al Estado peruano? Su
"gran" contribución es un dólar barato para el pago de la deuda
externa, a través de lo que el Estado recauda, en soles;
prácticamente el único impuesto que paga esta industria extractiva
es el Impuesto a la Renta. Como el Estado peruano no cobra IGV a
las exportaciones y las empresas mineras venden toda su producción
al exterior, lo que pagan por IGV es insignificante: 5% del total
de tributos que recauda el Estado.

¿Por qué estos privilegios para una actividad que gana miles de
millones de dólares anuales? Si comparamos a la minería con una
pequeña industria de confección de calzado –por citar un ejemplo–,
vemos que el pequeño industrial compra el cuero, le da el valor
agregado con la confección y luego vende el producto. Las mineras,
en cambio, no pagan por la extracción del recurso, simplemente lo
explotan y lo venden en el mercado internacional.

La minería, entonces, no contribuye al desarrollo del país ni al
de sus áreas de influencia. Las poblaciones afectadas y los
gobiernos locales exigen un aporte de estas empresas al desarrollo
regional y terminan disputándose ese pequeño porcentaje del canon
minero.

Es en este contexto que la Comisión de Energía y Minas del
Congreso de la República aprueba el Proyecto de Ley de Regalías
Mineras, que grava con un 3% las ventas anuales de las compañías
de este sector. Estas regalías no significan un impuesto a las
actividades de esta industria, sino más bien una compensación por
la extracción de recursos naturales no renovables. Retomando el
ejemplo anterior, es algo así como el precio que paga el
confeccionista de calzado por el cuero, su materia prima.

Para CONACAMI Perú, sin embargo, ese 3% fijado en el dictamen
aprobado, continúa sin representar un verdadero aporte por la
extracción de un recurso natural no renovable. Por ello exigimos
que el porcentaje sea mayor, para que de esa manera las Regalías
Mineras signifiquen realmente una justa compensación a la
explotación de nuestros recursos. Asimismo, el Gobierno, debe
recortar todo los privilegios que tiene la minería.

Lima, mayo del 2003.