Para que tengamos una nueva Ley de Tierras y enfrentemos la injusticia en el campo

Ecuador: Iniciamos la ruta por la tierra

2011-10-14 00:00:00

Hoy 12 de octubre, mal nombrado día del descubrimiento de América o día de la raza; las organizaciones, los pueblos indígenas, hombres, mujeres, trabajadores del campo y la ciudad gritamos al mundo que no vamos a festejar la invasión, el despojo y la explotación que hace 519 años consolidó el exterminio, la dominación y exclusión de los pueblos originarios de esta América Latina. Hoy, queremos gritar y convocar a conmemorar el 12 de octubre como Día Continental de la Resistencia Campesina, Indígena, Negra y Popular contra el saqueo del capital y del imperio.
 
América Latina, hoy más que nunca unida, firme y construyendo su libertad. Y desde esta América Latina, madre de tantas raíces y diversidad, Continente de esperanza, tierra de Zapata, tierra de Bolívar, tierra de Bartolina Sisa, tierra de Transito Amaguaña, y de tantos luchadores y luchadoras de los pueblos campesinos, mestizos, indígenas, afrodescendientes, a quienes desde aquí rendimos un homenaje y en nombre de ellos saludamos la presencia de los delegados y delegadas de las diferentes organizaciones sociales aquí presentes desde los diferentes destinos de nuestra patria, que han llegado a éste, nuestro Congreso por la Tierra, el Agua y la Revolución Agraria. Un saludo al Presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Cordero; al Coordinador del grupo parlamentario Ecuador sin Hambre, Pedro de la Cruz; al grupo de parlamentarios socialistas, al representante del Ministro de agricultura y al Presidente del Consejo Nacional Electoral.
 
Nos hemos convocado aquí para consolidar un proceso sostenido y sistemático de unidad de las organizaciones campesinas, indígenas y populares comprometidas en la construcción de la Revolución Agraria, la Soberanía Alimentaria y el Buen Vivir. Estamos aquí para  advertir sobre, como hace 519 años, los intentos de los nuevos conquistadores –otros rostros pero los mismos intereses– de saquear nuestros países; el capital y el imperio tras adueñarse de nuestros bienes naturales, por mercantilizar la vida, por especular con nuestros  alimentos, por acaparar nuestras tierras y despojarnos de ellas, por patentar nuestras semillas siguen siendo la ofensiva del capitalismo y su formula de lucro y acumulación.
 
Pero estamos aquí también para decir con orgullo que en el campo y la ciudad seguimos cultivando la esperanza, alimentando la resistencia, incentivando la unidad y combatiendo  lo injusto. Y una de las grandes  injusticias contemporáneas es la especulación  de las tierras que provoca el “acaparamiento de tierras”. Grandes empresas transnacionales y países poderosos, compran o alquilan tierras en terceros países, generalmente pobres y dependientes, para cultivar agrocombustibles, no biocombustibles, pues en la CLOC hemos reflexionado que bio significa vida y de ninguna manera el sustituir la producción  de alimentos  para la gente por combustibles para los autos es una apuesta por promover la vida. Este modelo de los agrobusiness, de los agronegocios, que para muchos es la nueva panacea de la humanidad frente a los altos costos del petróleo, encierra en si mismo las contradicciones  irremediables
 
 La primera contradicción es que fomenta una agricultura sin campesinos y sin campesinas, a eso le dan el nombre de agroindustria: la segunda contradicción es que esta agricultura se sustenta en los paquetes químicos que, justamente, son derivados del petróleo, y terminan destruyendo la naturaleza; la tercera contradicción es que mientras el mundo exigen formas de producción menos contaminantes, el agrobusiness se sustenta en el uso intensivo de agrotóxicos; y, la cuarta contradicción fundamental es que este modelo avanza acaparando los bienes naturales y las naciones.
 
Todo esto activa las luchas sociales por la defensa de sus territorios, por  el combate al latifundio y al acaparamiento, por la soberanía de nuestros pueblos. Es aquí donde nos situamos los luchadores y luchadores por la Revolución Agraria.
 
En nuestro país, el pueblo ecuatoriano decidió con claridad un nuevo horizonte, distinto, diferente, de emancipación, del buen vivir y la Soberanía Alimentaria; la Constitución nos dio un mandato claro: tenemos que superar la  deuda histórica con las poblaciones campesinas, rurales, indígenas, montubias, afro descendientes. Y esta deuda es fundamentalmente AGRARIA. Los modelos coloniales y oligárquicos despojaron de la tierra a las poblaciones originarias e impusieron condiciones estructurales de posesión, concentración y dominio sobre las mejores tierras del país, y desplazaron a los pueblos originarios y campesinos a las peores tierras, las menos productivas, las que no tienen riego, las que están lejos de los centros poblados, y aún en estas condiciones, los sin tierra o con poca tierra, los de abajo, pero dignos y rebeldes, seguimos  alimentado soberanamente  al pueblo ecuatoriano.
 
Combatir esta inequidad estructural es tarea de todos, cumplir con el Mandato Constitucional es un deber no solo como un apego y respeto a la Constitución aprobada, sino como el pilar para construir ese nuevo Ecuador intercultural, Justo y Solidario con el que todos y todas soñamos.
 
La Ley Orgánica de Soberanía Alimentaria, publicada en el Registro Oficial No. 583, del 5 de mayo del 2009, en la Disposición Transitoria Segunda establece:
 
La Conferencia Nacional  de Soberanía Alimentaria generará en el plazo de ciento ochenta días, contados a partir de su conformación, un amplio proceso participativo de debate, con el objeto de elaborar la propuesta integral relacionada con la ley o leyes que regulen, entre otros temas: el uso y acceso a las tierras, territorios…
 
Está claro que con la actual ley agraria de 1994, ley neoliberal, no se puede avanzar ni un paso adelante en la redistribución de tierras, eso está demostrado durante los últimos tres o cuatro años.
 
Con estos antecedentes es que las organizaciones aquí presentes decidimos fortalecer la demanda por equidad y democracia en la tierra, transitar por la Ruta por la Tierra (Allpa Ñan). Conjuntamente con la COPISA (Conferencia Plurinacional e Intercultural de Soberanía Alimentaria), y otras organizaciones campesinas e indígenas importantes,  hemos hecho un esfuerzo conjunto para construir de manera distinta, con un proceso de más de un año y poder presentar al país una Propuesta de Ley de Tierras y Territorios. Tenemos claridad que los cambios en el agro solo se podrán hacer si hay movilización y lucha social, pues nos enfrentamos a poderes fuertes y terriblemente reaccionarios; pero también recordamos lo que nos enseñaron nuestros hermanos zapatistas que uno es tan grande como el enemigo que escoge para luchar, y que uno es tan pequeño como grande el miedo que se tenga. Elige un enemigo grande y esto te obligará a crecer para poder enfrentarlo.
 
Entonces esta propuesta de ley de tierras y territorios  incorpora los siguientes puntos clave sobre:
 
•  Primero esta ley de tierra tiene como objetivo estratégico garantizar la condiciones de acceso equitativo de los campesino y campesinas a la tierra como base fundamental para garantizar la Soberanía Alimentaria del país, para lo cual  contiene: un capitulo de Régimen de Propiedad de la Tierra que define con claridad la prohibición del latifundio, entendido éste como un limite  máximo de propiedad individual de la tierra que será de 200 hectáreas en  sierra, 300 en la Costa y 500 en la Amazonía,
 
•  Un  segundo capitulo que efectiviza el Mandato Constitucional de que la tierra debe cumplir con la función social y ambiental, entendida por la generación de empleo, la redistribución equitativa del ingreso y la producción sustentable sin afectar los ecosistemas.
 
•  Un tercer capitulo que establece una Política Tributaria que sanciona a los que concentran la tierras sin actividad productiva.
 
•  Un cuarto capitulo que define un Catastro de Tierras en el Ecuador 
 
•  Un quinto Capitulo que garantiza una nueva institucionalidad, integrada por el Consejo Intercultural de Soberanía Alimentaría, un Ministerio de Soberanía Alimentaria, el Fondo Nacional de Tierras, la Procuraduría de Asuntos Agrarios, las Comisiones Cantonales de Tierras, entre los más relevantes.
 
Con estas consideraciones, hoy decidimos lanzar la Campaña Nacional de Recolección de Firmas para presentar la Ley de Tierras por iniciativa ciudadana que la Constitución en su Art. 103, inciso primero, dice:
 
La iniciativa popular normativa se ejercerá para promover la creación, reforma o derogatoria de normas jurídicas ante la Función Legislativa o cualquier otro órgano con competencia normativa. Deberá con el respaldo de un número no inferior al cero punto veinte y cinco por ciento de las personas inscritas en el registro electoral de la jurisdicción correspondiente.
 
Esto corresponde a unas 30 mil firmas a nivel nacional, pero iremos más allá con la recolección y presentación de 50 mil firmas.
 
EN ESTA CAMPAÑA CONVOCAMOS A LA UNIDAD Y A LA MOVILIZACION PARA ENFRENTAR AL TERRATENIENTE Y AL CAPITALISTA
 
En esta ruta por la tierra, que es la ruta por la Ley de Tierras, tenemos muchos amigos y compañeros, pero también enemigos poderosos. Los enemigos son los que defienden el atraso y la explotación, es la oligarquía que concentra la tierra, son un puñado, pero tienen los grandes canales de televisión y revistas, y sus testaferros políticos, a todo nivel.
 
Los amigos y compañeros son, en primer lugar, el conjunto de los movimientos campesinos e indígenas, que demandamos cambiar la estructura de la tierra. Tenemos que limar diferencias, limar asperezas y caminar juntos; también están los movimientos urbanos por la ecología, los jóvenes que quieren un Ecuador diferente, los intelectuales que denuncian el despojo agrario.
 
En la campaña por la ley de tierras, en la Ruta por la Tierra, en cada cantón, en cada provincia, tenemos que llamar a unirnos con todos los sectores y fuerzas amigas en esta lucha, organizar mesas redondas, hablar en las radios y la prensa. Primero hay que realizar una tarea de convencimiento, de persuasión. No se trata de quitar la tierra a los campesinos, al contrario se trata de dar tierra a los que la trabajan, a los que no la tienen.
 
En esta campaña tenemos que movilizarnos, en todo el país, en cada cantón, en cada provincia, en cada región, salir a las calles de los pueblos y las ciudades; que todos se enteren que los campesinos e indígenas están demandando tierra; se trata de dar tierra para sostener la soberanía alimentaria y defender la naturaleza.
 
Los destinos de una nueva Ley de Tierras no se va a decidir en las cuatro paredes de una oficina o función del Estado, se va decidir a cielo abierto, en los chaquiñanes, en las carreteras, en las calles. Hoy empezamos recolectando 50 mil firmas a favor de una nueva Ley de Tierras.
 
Estamos abriendo una nueva página en la historia nacional. La interculturalidad y plurinacionalidad no son solo discursos bonitos, son acciones y obras concretas como redistribuir la tierra.
 
Porque somos campesinos y exigimos Tierra, Trabajo y Dignidad
 
Porque la Revolución Agraria es urgente y necesaria
 
Quito –Ecuador, 12 de octubre del 2011
 
 
Discurso de Luis Andrango, Presidente de la FENOCIN en el Congreso de las Organizaciones por la Tierra, el Agua y la Revolución Agraria