Política de comunicación indígena, características y compromisos.
1. Un acercamiento conceptual a la comunicación indígena.
La comunicación indígena puede verse desde varias perspectivas. Como una estrategia para fortalecer la cultura y la identidad; como un proceso de construcción de la resistencia indígena frente los embates de la globalización; como un espacio de construcción de nuevos escenarios de desarrollo y vida de los pueblos indígenas; como un mecanismo para favorecer la interculturalidad; como un poder, y como el ejercicio de un derecho público. Ninguna de estas perspectivas debe ser evitada por el ejercicio de las demás, sino practicarse desde un enfoque de totalidad, según lo requieran las diversas situaciones que viven los pueblos indígenas y de acuerdo con las realidades específicas donde la comunicación indígena se hace presente.
Un primer acercamiento a la comunicación indígena es reconocerla como lo estableció el I Congreso Nacional de Comunicación Indígena de México: “los comunicadores indígenas entendemos el proceso de comunicación en su sentido más amplio, con todas las formas posibles, desde las tradicionales de cada uno de nuestros pueblos, así como la prensa, la radio, la televisión, la Internet, cine y video”. Sin embargo, vale la pena diferenciar las perspectivas porque ayuda a pensar en el contenido de la comunicación indígena, en sus propósitos y compromisos; pero sobre todo, para ir acercándose, según cada mirada, a una construcción conceptual suficientemente válida desde el propósito de dar sentido social, cultural y político a la comunicación indígena.
La comunicación indígena como una estrategia para fortalecer la cultura y la identidad de los pueblos indígenas obliga a tener en cuenta que la comunicación indígena debe sustentarse en la vida, cosmovisión, identidad, valores, cultura, idiomas originarios y aspiraciones de los pueblos y nacionalidades indígenas. Por lo mismo, es prioritario que los comunicadores indígenas tomen en cuenta el conocimiento de los abuelos, la voz de las autoridades tradicionales, la experiencia y saberes de los portadores de las culturas en sus diferentes manifestaciones; basarse en la investigaciones de los sitios sagrados, de los mitos y leyendas de los pueblos, de la cosmovisión general del pueblo o comunidades del universo en que llega la comunicación, cuidando siempre de valorar constantemente lo que se puede informar, difundir o compartir, porque hay conocimientos que deben guardarse y hay otros que sí se pueden compartir. Esto significa que el comunicador indígena es un sujeto comprometido con su pueblo, con su cultura y con todo lo que representa la identidad de los miembros de su pueblo.
La comunicación indígena como un proceso de construcción de la resistencia indígena frente los embates de la globalización se articula con el compromiso de la comunicación indígena ya señalada en el párrafo anterior, pero además, tiene que dar señales a la gente de cómo resistir las tentaciones de la globalización en la alimentación, en los cultivos, en el uso de recursos tecnológicos, uso de abonos y herbicidas y todo cuanto envenena la tierra. Asimismo, tiene la responsabilidad de ser medio de articulación de las luchas de los pueblos por su autonomía, por su territorio, por la defensa de los recursos naturales y por un aprovechamiento adecuado de los mismos; debe asumir la tarea de difundir proyectos ecológicos y de productividad que mantengan la vida y cuiden el ambiente; en fin, en este contexto el comunicador indígena no sólo debe ser miembro y hablante de la lengua indígena sino un estudioso de todos estos temas, a fin de no convertirse en un nuevo colonizador, sino en un sujeto que a través de la comunicación indígena liberadora contribuya a mejorar las condiciones de vida y a cuidar que no se deteriore la calidad de vida de los pueblos indígenas.
La comunicación como construcción de nuevos escenarios de desarrollo y vida de los pueblos indígenas es una tarea que debe hacer de la comunicación un espacio de intercambio, de enriquecimiento y de búsqueda de experiencias de desarrollo de otros pueblos indígenas en el mundo; experiencias de pueblos que a través de la cultura propia han logrado construir proyectos civilizatorios alternos al modelo capitalista que predomina en el mundo o de los modelos socialistas que aún se mantienen como experiencias de desarrollo en algunos pueblos. La idea no es copiar a nadie sus modelos sino mirar la capacidad y las experiencias de otros para nutrir las propias realidades culturales existentes en nuestros pueblos y recuperar prácticas que se han ido olvidando o que se han mantenido en una vida marginal como el tequio, la guetza, la ayuda mutua y un sinnúmero de formas sociales y económicas colectivas, englobadas en la idea de comunalidad que ha distinguido a nuestros pueblos y les han permitido resistir a los embates del capitalismo depredador. Existen nuevas experiencias de explotación sustentable de los bosques y los recursos del agua que deben ser compartidos para servir como impulso a nuevas experiencias de desarrollo alterno y los medios de comunicación indígena pueden prestar este servicio a los pueblos indígenas.
Como un mecanismo para favorecer la interculturalidad, la comunicación indígena debe diferenciar sin discriminación al “otro” y presentarlo cual es. Este “otro” pueden ser los otros pueblos indígenas y los pueblos no indígenas, a través de sus culturas y lenguas, así como sus valores y cosmovisiones. Indudablemente que no basta aceptar al otro como diferente, sino aprender a respetar la diversidad, la diferencia y aprender a enriquecerse con las aportaciones de otros pueblos. En este campo la comunicación indígena tiene un enorme potencial y un trabajo estratégico fundamental. Se parte de la idea de que se puede ser hombre del mundo si primero se es hombre de un pueblo, del pueblo propio. El que tiene una identidad fuerte y positiva puede estar en todos los mundos sin dejar de ser él mismo, pero siendo respetuoso de la diversidad en la que convive y se desarrolla como hombre perteneciente a un pueblo propio. Se es universal sin dejar de ser uno mismo.
La comunicación indígena como poder es quizá una de las perspectivas más delicadas de la comunicación. La primera responsabilidad de la comunicación en este campo es comprometernos a ejercer la comunicación con autonomía, con profundo respeto a nuestro mundo espiritual, en el marco de la pluralidad cultural y lingüística de nuestros pueblos y nacionalidades. Esta es una de las tareas que encomendó a la comunicación indígena en la Cumbre Continental de Comunicación Indígena del Abya Yala en La María Piendamó, Colombia. La segunda cuestión para ejercer debidamente el poder de la comunicación es que ésta sólo tiene sentido si se da en el marco de nuestra cultura y a través de nuestros idiomas originarios, si la ponemos al servicio de la vida de nuestros pueblos; también para dar a conocer a todos los pueblos indígenas y a todos los pueblos del mundo, las luchas por nuestros territorios, por nuestros derechos, por nuestra dignidad e integridad.
De esta manera, todos los esfuerzos por lograr que la comunicación indígena quede en manos de nuestros pueblos es lo que fundamenta que la comunicación sea un poder que debemos apropiarnos y ejercer para incidir en la sociedad y en la formulación de políticas públicas que nos garanticen el derecho de acceder a los medios de comunicación y nuevas tecnologías. En este sentido hacemos nuestro el planteamiento de la Cumbre Continental de Comunicación Indígena del Abya Yala para que la comunicación indígena se convierta en un espacio permanente para realizar la minga de pensamientos y acciones sobre la comunicación indígena y el espacio legítimo para:
“Compartir nuestras experiencias, problemas y aspiraciones en el campo de la comunicación y para la formulación de planes y estrategias al servicio de nuestros pueblos y nacionalidades indígenas”.
“Construir una plataforma capaz de encaminar y articular nuestros esfuerzos a nivel del continente Abya Yala, para que la comunicación indígena esté siempre al servicio de nuestros Pueblos y de nuestras legítimas aspiraciones. Como primer paso decidimos establecer un enlace continental de comunicación indígena que articule las diferentes redes, procesos y experiencias de los pueblos, organizaciones y comunidades indígenas. Esta plataforma debe servir también para articular esfuerzos con los pueblos afrodescendientes, campesinos, sectores sociales y grupos afines al pensamiento de los pueblos indígenas”.
“Articular el esfuerzo continental de nuestros pueblos y sus comunicadores indígenas para exigir a los Estados nacionales el respeto al derecho a la comunicación y a la información, realizando las reformas legislativas necesarias para un marco jurídico que fomente los sistemas de comunicación propios y la formación permanente en todos los niveles, de acuerdo a nuestra cosmovisión y cultura”.
“Avanzar en los procesos de concertación con y en los organismos internacionales para desarrollar normativas que garanticen el pleno ejercicio de la comunicación indígena, teniendo en cuenta la Declaración Universal de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, la Declaración y Plan de Acción de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, el Convenio 169 de la OIT y las leyes de países del continente que hayan avanzado sobre la materia”.
Por último, entender la comunicación como el ejercicio de un derecho público es hasta el momento la parte más débil de la comunicación indígena en México por la falta de reglamentación de este derecho. Estamos conscientes que la comunicación indígena es el ejercicio de un derecho establecido como práctica entre los pueblos y comunidades indígenas pero esto no es suficiente. Este derecho debe quedar reconocido en las leyes nacionales, para así tener acceso, de manera legítima a los recursos para su ejercicio y desarrollo. Este es un campo pendiente que no podemos olvidar y es una lucha que jamás debemos abandonar.
Si queremos que la comunicación indígena sirva de puente que nos enlace con la sociedad mayoritaria nacional, lo debemos hacer para que esta sociedad mayoritaria nos ayude y nos apoye en nuestra lucha por el reconocimiento de nuestros derechos a la comunicación y a la información en toda su plenitud. Sin embargo la conciencia de esta necesidad y su trascendencia no existe con la fuerza necesaria en la sociedad mayoritaria. Por eso debemos hacer nuestro trabajo intercultural, a fin de que la sociedad aprenda a conocernos y valorarnos y nosotros los aceptemos en sus valores y limitaciones. La comunicación, a través de la palabra puede ayudarnos al reconocimiento de los otros y reconocerse con otros en lo que consideremos justo y valioso.
El gobierno federal y el Congreso de la Unión están limitados de reformar la ley correspondiente, el primero porque sólo simula un reconocimiento a los pueblos indígenas y está aprisionado por los intereses de los medios de comunicación dominantes en México que han cooptado su libertad de actuar; el segundo, porque sólo juega el acto de legislar y lo que hace está determinado por los intereses de sus partidos y por los compromisos abiertos u ocultos con los medios hegemónicos en México; los legisladores hasta ahora no han mostrado que tienen responsabilidad con el pueblo en general, menos con los pueblos indígenas que siguen estando para ellos invisibles políticamente.
Dentro de todas estas posibilidades y limitaciones, la comunicación indígena es como las arterias y las venas para el cuerpo, por ella corre la sangre que da vida a nuestros pueblos y comunidades, a través de ella se distribuye y se alimenta el espíritu del pueblo circulando la cultura, la lengua, las luchas por la autonomía y los sueños y proyectos de los pueblos indígenas que salen del silencio de siglos y empiezan a proclamar su propia palabra. Por ello podemos afirmar que la comunicación indígena es una herramienta estratégica, como comunicación es un compartirnos algo mutuamente, esto es debe estar centrada en nosotros mismos para nosotros, con nosotros y el mundo, esto es expresar lo más genuinamente nuestro ser y nuestra esencia; y es indígena porque debe expresar nuestra lucha para dejar de ser dominados, manipulados, discriminados, explotados y hacernos visibles ante la sociedad mayoritaria nacional en un primer momento y ante el mundo como parte de la humanidad.