Carta de la ONIC a Barak Obama

2009-07-22 00:00:00

En Carta enviada al Presidente Obama los indígenas de Colombia expresan su oposición al TLC. Solicitan construir un tratado de comercio justo sobre la base del respeto a los derechos humanos, a las culturas y a la autonomía.
En Carta enviada al Presidente de Estados Unidos, Barak Obama y a los miembros del congreso los pueblos indígenas de Colombia expresan su oposición al Tratado de Libre Comercio. Le solicitan descartar lo acordado hasta el momento y empezar de nuevo a construir un tratado de comercio justo, de mutuo beneficio, sobre la base del respeto a los derechos humanos, laborales y el desarrollo sostenible que asegure la vida.Bogotá Colombia, Junio de 2009
Presidente:
Barak Obama
Miembros del Congreso de los Estados Unidos
Excelentísimo presidente, por medio del presente queremos manifestarle que los pueblos indígenas colombianos conscientes de la realidad global que envuelven nuestras naciones en el marco referencial de una geopolítica compleja y competitiva, bajo las reglas de la democracia, que apuntan al intercambio de bienes y servicios tangibles para el desarrollo de los pueblos, como requerimientos esencial para las demandas y necesidades de la humanidad. En ese sentido celebramos que un hombre descendiente de una raza marginada históricamente y pionera de las luchas por los derechos sociales, políticos y culturales en el mundo, ocupe hoy la primera magistratura de los Estados Unidos de Norte América.
De igual forma, queremos felicitarlo por su interés práctico en consolidar la democracia en el mundo mediante el replanteamiento de las relaciones diplomáticas a través de la política exterior de los Estados Unidos. En ese orden queremos manifestar, ante Usted y el Congreso en pleno que nosotros los pueblos indígenas de Colombia nos oponemos al Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos y Colombia, porque para nosotros tiene fuertes implicaciones sobre nuestros derechos y los derechos de la Madre Tierra, por ejemplo, la imposición del mercado de tierras, sujeción a legislaciones supranacionales, tribunales privados, intereses financieros, empresas trasnacionales, más macroproyectos económicos e inversión extranjera en nuestros territorios.
Las leyes del TLC serían de carácter internacional y podrían tener privilegios sobre las constituciones y leyes del país asociado, promoviendo la destrucción del pluralismo jurídico de nuestra nación y de paso, arremetería contra nuestra diversidad cultural. En este sentido, los derechos que garantiza la Constitución Política colombiana de 1991 y el Convenio 169 de la OIT (ratificado en Colombia mediante Ley 21 de 1991); quedarían relegados por una legislación supranacional de anexión global, que entraría a tomar decisiones con base en políticas del libre comercio. Además, significaría mas exploraciones y explotaciones petroleras y carboníferas, plantaciones de palma africana, proyectos hidroeléctricas, entre otras, implementadas en nuestros territorios sin el consentimiento de nuestros pueblos, autoridades y dirigentes, y que hacen parte de la llamada agenda interna de competitividad, que condenan a muerte a los pueblos indígenas.
El TLC pretende privatizar y convertir en bienes de capital los conocimientos y saberes que sobre las propiedades de plantas y animales han perpetuado los pueblos indígenas de Colombia mediante tradiciones milenarias. Los acervos colectivos, para este caso los saberes de los pueblos indígenas, estarían sujetos a ser reivindicados por foráneos, quienes los podrán patentar como de su propiedad intelectual. Como pueblos indígenas una vez más seremos desalojados de nuestros propios territorios, nos veremos abocados a someternos a la privatización del agua, al uso generalizado de transgénicos; se producirá la degradación de los derechos laborales y de las condiciones de trabajo; las condiciones de vida y salud de los pueblos se verán disminuidas porque se ratificarán y profundizarán las privatizaciones de los servicios sociales; muchas medianas y pequeñas empresas que aún sobreviven quebrarán; se limitarán aún más los derechos democráticos de la sociedad civil; se incrementará la pobreza crítica, la desigualdad, la inequidad; se producirá la destrucción de las culturas ancestrales y de los valores éticos que aún subsisten y hasta terminarán por desmantelar los Estados nacionales y los convertirán en colonias incorporadas a las nuevas lógicas del comercio.
Conocemos la gran campaña y cabildeo que ha venido desarrollando el Gobierno colombiano en su país, haciendo uso del patrimonio material de la nación, con la que se compran la conciencia de nuestros mismos hermanos indígenas, para que impulsen el TLC, al igual que las políticas de desprestigios del Gobiernos nacional mediante la criminalización de la protesta realizada por las organizaciones sociales, laborales, sindicales, afro-colombianas e indígenas, que nos califica de terroristas, subdesarrollados y enemigos de la patria, cuando nos oponemos a la forma en la que se está llevando acabo las negociaciones del TLC.
Por lo tanto, les solicitamos a Usted Señor Presidente Obama, a la Cámara de Representantes y al Senado de los Estados Unidos, descartar lo acordado hasta el momento como TLC con Colombia, y empezar de nuevo a construir un tratado de comercio justo, de mutuo beneficio, sobre la base del respeto a los derechos humanos, laborales y el desarrollo sostenible que asegure no solamente la vida y los derechos de los trabajadores, sino también un tratamiento equitativo a los pueblos indígenas, afro-descendientes, campesinos y productores colombianos de manera que se fortalezca una estructura territorial y económica justa que no exacerbe el conflicto armado. Que este tratado ayude a proteger el conocimiento tradicional de los pueblos indígenas, y el medio ambiente, con normatividad clara, y que contenga cláusulas que condicionan las inversiones económicas en el cumplimiento de los derechos de todos los ciudadanos colombianos, en particular los pueblos indígenas y otros sectores sociales, por parte del Gobierno colombiano.
Que el tratado de comercio justo con Colombia sea un ejemplo para el mundo, y que apunte hacía una incidencia en el seno de las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, hacía la construcción de normas internacionales vinculantes que exigen que las intervenciones de las empresas transnacionales cumplan con el derecho al consentimiento libre, previo e informado de los pueblos.
Agradecemos su atención, y nos despedimos de forma muy atenta y grata.
CONSEJO DE GOBIERNO INDIGENA
AUTORIDAD DE GOBIERNO INDIGENA NACIONAL, ONIC
Bogotá, Colombia
CC. Al Congreso de los Estados Unidos de Norte América.