Colombia: Entrevista a Aida Quilcue desde la Minga

2008-11-24 00:00:00

Tenemos que replantearnos el escenario de la dignidad y la defensa de la vida.  En Colombia tenemos que empezar a diseñar otro tipo de política, en donde la gente sea la que decida desde su conciencia…

SIEC, Actualidad Étnica, Tejido de Comunicación ACIN. Bogotá, 21 de Noviembre de 2008.  Aida Quilcué, desde la caminata caminó la palabra con Actualidad Étnica, al son de la música de las bandas, los vivas de la gente desde las ventanas de las casas y el bullicio de una multitud amorosa que recibió con alegría a la otra Colombia, la Colombia oculta a la rutina desaforada de las ciudades donde la gente insatisfecha e infeliz no sabe para donde va.

Un toque de conciencia y dignidad, es lo que le hace falta a esta Colombia amarga para que empiece a volar, a construir sus sueños desde su propia identidad, desde la solidaridad y el compromiso por un futuro mejor para nuestros hijos.

Así lo dejó ver Aida, la Consejera Mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca,, en sus palabras sencillas pero elocuentes.

P.A.E: ¿Cuáles son sus esperanzas y las metas del día de hoy y de este fin de semana?
AQ: Bueno, yo creo que una de las grandes expectativas al crear mucha expectativa en los ciudadanos y las ciudadanas de Colombia a raíz de la diferentes situaciones que estamos viviendo, como es el tema de la violación de los derechos humanos, como es la desmantelación de la Constitución Política de Colombia, a través de otras normas.

Entonces, consideramos que esas expectativas las hemos ido ganando en el marco de la Minga porque se van uniendo otros sectores, se han ido uniendo otras organizaciones sociales, estudiantiles, urbanos, y eso nos parece muy importante porque los indígenas, o un sólo sector, va a ser imposible empezar a construir una política realmente incluyente que responda al verdadero proceso de paz.

Lo otro, una de las expectativas es dar el segundo debate con el gobierno de Uribe y que realmente le de una respuesta clara a esta Minga frente a los puntos planteados en La María, Piendamó.

P.A.E: Entonces, para usted, cúal es la diferencia entre este encuentro y el otro que realizaron allá en la María?
AQ: El otro fue exponer los puntos, pero también hizo falta el debate porque no concluimos pero exponer todos los puntos. Entonces lo que ahora pretendemos es que sobre lo que no se expuso en la María se debata, pero además, frente a los puntos expuestos haya una respuesta concreta frente a los temas; no para defenderse y decir que él ha hecho algo por el país, sino para que diga cómo va a responder con relación a los puntos que hemos planteado.

Por ejemplo el buen nombre del movimiento indígena, frente a la criminalización, frente al señalamiento, cómo se va a materializar eso, porque no vasta con decir “disculpo, o reconozco la diversidad étnica y cultural en Colombia,” sino cómo se materializa en la realidad es el respeto.

El otro punto es el tema de los acuerdos, cómo los va a cumplir en términos de recursos, tiempos y también en términos de mecanismos.

El otro punto es el tema de las normas. Cómo esas normas son lesivas y cómo realmente esa legitimidad, esa culturalidad que nosotros tenemos se respeta en el marco de las normas.

Se respeta porque nosotros tenemos normas que se reconocen a nivel de la Constitución y a nivel internacional. Y lo que no queremos es que esto se acabe, sino que al contrario eso se reafirme.

P.A.E: Y hablando más directamente sobre esta marcha, ¿cómo está la gente, está cansada, está animada?
AQ: Bueno, la gente va muy animada. Yo pienso que a pesar del cansancio, hemos tenido muchas experiencias en el marco de la marcha, hay mucho ánimo en la juventud, en las autoridades, y todos quienes se han unido.

Eso nos anima mucho más, porque también ha habido mucha solidaridad de los sectores sociales en este ámbito de la Minga. Hemos tenido que pasar por muchas situaciones, pero al ver que hay mucha gente que también nos espera, nos anima seguir caminando.

P.A.E: La Universidad Nacional había rechazado acogerlos. ¿Cómo fue que llegaron a un acuerdo con ellos?
AQ: Hemos sido insistentes en que lo mínimo que necesitamos es un sitio digno para llegar, porque estamos defendiendo la dignidad.

Sería muy complicado que el tratamiento de la dignidad se diera desde otro sentido, entonces finalmente han dicho que nos dejan llegar a la Universidad Nacional porque también nuestro argumento es que la universidad es un sitio público, es de los pobres, y si es de los pobres, también el marco de lo académico no debe decir que se suspende, porque en el marco de lo académico se aprende caminando con la gente, un poco el complemento es encerrarnos en los salones, pero ese esquema también hay que romperlo en Colombia porque la educación se debe replantear.

No debe ser un modelo impuesto sino un modelo construido desde la base, de caminar la palabra como lo estamos haciendo nosotros.

P.A.E: Después que todo ha pasado, diga lo que diga el señor Presidente, ¿cómo es que la gente puede seguir apoyando la causa de la Minga?
AQ: Yo creo que en Colombia a la mayoría del país le falta mucha conciencia, mucha conciencia, pero hay mucha pobreza, mucha necesidad y el gobierno de Uribe ha utilizado esa pobreza para aprovecharse de sus intereses.

Entonces, ¿qué hacen en las épocas electorales? Compran los votos, distribuyen los votos, pero además uno lo que mira es que obligan a la gente. Yo creo que eso también parte de que en Colombia tenemos que empezar a diseñar otro tipo de política, en donde la gente sea la que decida desde su conciencia…

… Los colombianos y las colombianas tenemos que pensar, yo no entiendo porqué muchos de los colombianos siguen apoyando a Uribe, cuando es el que ha protagonizado la guerra, ha protagonizado el crimen en Colombia, el terrorismo.

Entonces parece que a veces los colombianos respaldan el terrorismo, porque las víctimas de la seguridad democrática es la población civil, indígena, campesina y afrocolombiana.

Entonces, no entendemos cuál es la construcción de paz que estamos hablando, y ahí entonces me parece que vale la pena que replanteemos el escenario de la dignidad y la defensa de la vida.