Logros de la Escuela Latinoamericana de Medicina y de los programas médicos en Latinoamérica

2012-04-27 00:00:00

Cerca de 135 mil trabajadores de la salud cubanos han participado en misiones de colaboración médica de su país, un programa de trabajo iniciado hace medio siglo bajo los principios de gratuidad de los servicios, acceso universal e internacionalismo. La Escuela Latinoamericana de Medicina en Cuba y otras naciones que ha permitido graduar más de 14 mil médicos de 122 países.
 
La ayuda médica cubana tuvo sus inicios luego del triunfo de la Revolución. El primer grupo viajó a Chile en 1960, para atender a los damnificados del terremoto, lo que continuó en 1963, cuando se constituyó la primera brigada con especialistas que laboraron en Argelia. En la actualidad 38.868 profesionales sanitarios, de ellos 15.407 médicos, se encuentran en 66 naciones, según la directora de la Unidad Central de Cooperación Médica del Ministerio de Salud Pública de Cuba Yiliam Jiménez.
 
Hoy la estrategia de cooperación en salud está dispuesta en varias modalidades, desde el programa especial para Venezuela, pasando por el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve, una organización sin precedentes en la historia, destacó Jímenez.
 
El Programa Integral de Salud comenzó en 1998, como consecuencia del daño causado por los huracanes George y Mitch a Centroamérica, con el envío de colaboradores que aún prestan sus servicios en zonas rurales, sin distinción de raza, credo, ideología y respetando las leyes y costumbres de los países.
 
También incluye el estudio de personas con discapacidad (realizado en Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia), así como la operación Milagro, iniciativa de Fidel Castro, liderada desde 2004 por los gobiernos de Cuba y Venezuela, que ha permitido recuperar la visión de millones de personas.
 
Sobresale además la formación de recursos humanos mediante el proyecto de la Escuela Latinoamericana de Medicina en Cuba y otras naciones, y otros programas de estudio, que ha permitido graduar más de 14 mil médicos de 122 países.
 
Médicos para el mundo formados en Cuba
 
Con más de 14 mil graduados de numerosos países, incluido Estados Unidos, la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) -en las afueras de La Habana- asume desde su apertura en 1999 una matrícula multinacional con recursos provenientes del Estado cubano.
 
Desde su fundación en 1999, luego de huracanes que a finales de 1998 sembraron desolación y muerte en Centroamérica y el Caribe, decenas de miles de jóvenes latinoamericanos y de otras regiones del planeta se han graduado en la ELAM. Es conocida por sus resultados y yo diría que tiene un sello de calidad, humanismo e internacionalismo, expresó el rector fundador de ese centro Juan Carrizo, quien respondió a Prensa Latina algunas interrogantes.
 
P. ¿Algún país aporta recursos materiales o financieros a la escuela?
 
R. Como país, el Estado cubano sustenta todo este proyecto y hay donaciones de organizaciones como la estadounidense Atlantic Philantropic. Tenemos cinco proyectos de donantes que ayudan a mejorar la base material de estudio, la actividad publicitaria y la adquisición de algunos equipos. Quería decir... No es la esencia del costo, que corre totalmente por el Estado cubano. Han existido personas muy gentiles e instituciones que entendiendo el valor del proyecto han querido participar. Los países como tal no participan.
 
P. ¿Usted ve la multinacionalidad de la matrícula como desafío o como oportunidad?
 
R. Pienso que es desafío y oportunidad. Desafío porque lidiamos con más culturas, idiosincrasias y hasta con percentiles educacionales muy variados... Es un desafío de la escuela desde un principio, con 24 nacionalidades y ahora la heterogeneidad es mayor (108 países). Al mismo tiempo resulta una fortaleza cultural. Es una oportunidad porque más pueblos pueden beneficiarse con la institución. Sobre todo países pobres y pequeños, los cuales reciben un impacto extraordinario en el número de médicos que les aportamos. La experiencia que hemos tenido ha sido buena. Ellos van a trabajo voluntario, a actividades políticas... para todo, pero con una característica muy particular: que se sientan un poco en su medio, se adapten a nuestra universidad y a la sociedad.
 
P. La ELAM ha asistido a países ante desastres naturales. ¿Cómo caracterizaría esa participación?
 
R. Es muy importante, pues nos retroalimenta también. Nos ayuda a acelerar algo esencial de nuestra misión, que es formar médicos en la solidaridad internacionalista y la sensibilidad humana. En Haití, por ejemplo, fueron más de 250 egresados. Y hemos apreciado el compromiso, la responsabilidad y el humanismo de esos profesionales, evaluados por organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización Mundial de Salud (OMS) y del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Vimos cómo aquellos que no fueron por razones de capacidad, también tuvieron esa posición altruista y humana de querer ayudar. Todavía recibimos solicitudes para contribuir con ese pueblo.
 
P. ¿Sería pretencioso hablar de un impacto en el mundo?
 
R. Debe ser una aspiración. Vamos a rebasar los 14 mil graduados que son parte del recurso humano de sus países. Ya hoy tenemos directores municipales, de hospitales, en universidades, inclusive en gobiernos, que tienen algún grado de responsabilidad. La aspiración debe ser que esos egresados puedan ayudar a las transformaciones que necesitan la salud pública y las universidades de América Latina y del resto del mundo.
 
P. Si calculara en dinero, ¿cuánto ha aportado la ELAM?
 
R. En Estados Unidos una universidad te puede costar 340, 240 o 100 mil dólares. Si multiplicas por 10 mil puedes sacar cuántos millones son. Si vemos el costo de una universidad latinoamericana en 40 mil o 50 mil, saca por ahí la cuenta. El otro resultado es cualitativo; lo que representa un médico preparado integralmente para lo que hoy debería ser una ocupación en todos los países: la atención primaria de salud. Y son médicos preparados para eso. Tal vez es incalculable el valor de un egresado de la Escuela Latinoamericana.
 
P. ¿Cómo ve la ELAM del futuro?
 
R. ¿La ELAM del futuro? La vi en el pasado, cuando comenzó; la veo en el presente y la visiono como una universidad formadora de médicos para el mundo. Lo tengo que decir así porque hoy es la vía de ingreso de todos los estudiantes que vienen por el programa gratuito internacionalista y de solidaridad de nuestro país en el campo de la medicina. En el futuro seguirá ganando prestigio y autoridad. No solo por el número de egresados, sino también por el ejemplo que irradien.
 
Estudiantes de la ELAM impulsan proyectos de salud en comunidades pobres de sus países de origen. A punto de graduarse en la institución, jóvenes de Colombia, Ecuador, Honduras, México y otras naciones consolidan programas de diagnóstico, prevención y tratamiento de enfermedades. Selvas, pueblos marginados y comunidades indígenas de la geografía regional están en el centro de los proyectos que cobran fuerza bajo el nombre de Brigada Estudiantil por la Salud (BES).
 
Prensa Latina conversó con varios estudiantes de sexto año de medicina, quienes ofrecieron detalles de las acciones emprendidas. En Colombia desarrollamos desde hace unos años programas en zonas pobres del país, donde aplicamos principios aprendidos aquí, como la solidaridad, la prevención y el convertir en protagonistas a los propios habitantes, explicó la estudiante Diana Hernández.
 
Según la joven colombiana, en el centro de proyectos en localidades como Ette Ennaka, Sur de Bolívar, Suroccidente, Sumapaz y Arauca está la formación de activistas de salud. Nosotros incidimos en un periodo corto de tiempo, de ahí la prioridad de crear conciencia y formar promotores de salud encargados de expandir hábitos sanos como la higiene, la lactancia materna, las pruebas citológicas, el sexo seguro y el dominio de los primeros auxilios, precisó.
 
Para Hernández, entre los mayores retos está la atención de pobladores de la comunidad indígena Ette Ennaka afectados por el Prurigo Actínico (erupciones de la piel), una enfermedad de base genética agravada por la pobreza imperante en la región. Al principio fue muy difícil avanzar en nuestro empeño de ayudar a los más necesitados, a partir del escaso respaldo gubernamental, pero con el tiempo hemos logrado cosas, dijo.
 
Por su parte, la ecuatoriana Daniela Cabrera resaltó las acciones en provincias de su país como Los Ríos y Pichincha, donde alumnos de la ELAM con el apoyo de autoridades realizan diagnósticos y brindan atención médica a sus pobladores, a través del programa social Misión por la vida Eugenio Espejo.
 
Gracias a la iniciativa, beneficiamos a personas de bajos recursos en temas de estomatología y medicina general integral, además de ofrecerles charlas de prevención en sexualidad y cuidados a las embarazadas, apuntó. También en zonas pobres y marginadas de Honduras y México estudiantes de la ELAM impulsan iniciativas de inclusión social.
 
En Honduras tenemos tres proyectos que comienzan a dar sus frutos, uno de ellos consistente en trabajar con la etnia garífuna, pueblo afrodescendiente de la costa norte de esa nación, explicó Eduardo Vázquez. Según comentó, en el país centroamericano la atención en las comunidades se realiza de manera integral.
 
Al principio solo concentrábamos esfuerzos en la salud, pero con el paso de los años hemos extendido nuestras actividades hasta llegar a zonas remotas también con apoyo en agricultura, educación e infraestructura, destacó. Para el futuro galeno mexicano Marco Antonio Montes de Oca, nada le resulta más gratificante que sentirse útil en el empeño de extender la atención médica a quienes no la han tenido durante décadas.
 
Es un gesto humano, fruto de la solidaridad que hemos aprendido de los cubanos en estos años de estudios; ahora, una vez graduados, la meta es adaptar los conocimientos a las realidades de nuestros pueblos, consideró el alumno de sexto año de la ELAM. De acuerdo con Montes de Oca, en México sobresale el accionar de los estudiantes en uno de los municipios más pobres y marginados del país, llamado Huautla de Jiménez, localidad indígena ubicada en el sureño estado de Oaxaca. Allí -expuso-empezamos por la recolección de informaciones, y ya hemos atendido a cinco mil 300 personas de un total de alrededor de 40 mil habitantes dispersos por 40 localidades.
 
La formación de médicos en Venezuela
 
La Misión Barrio Adentro, un programa gubernamental que brinda servicios médicos gratuitos a la población venezolana, apoyó la graduación de 8.164 médicos integrales comunitarios, informó la ministra de Salud Eugenia Sader. Gracias a esa iniciativa, han egresado 8.164 profesionales de esa especialidad en este país, porque cada consultorio popular y centro de diagnóstico integral se transformó en una institución docente. A juicio de Sader, Venezuela da un ejemplo a nivel mundial al formar médicos humanistas y de calidad.
 
En entrevista concedida a Venezolana de Televisión, la titular señaló que los estudiantes tienen una formación básica de seis años en aulas nacionales y, cuando obtienen el título, ingresan al Sistema Público Nacional de Salud. El Jefe de las misiones cubanas en Venezuela Roberto López subrayó que el programa, además de brindar salud gratuita a los sectores más pobres de la nación suramericana, abrió las puertas a otras misiones como la deportiva o la cultural.
 
En la celebración de los nueve años de la iniciativa, el vicepresidente ejecutivo del Gobierno Elías Jaua destacó que ese proyecto social realizó con la ayuda de Cuba más de 745 millones de consultas médicas desde su creación. La Misión instaló en el país unos 6.702 consultorios de atención médica, 551 Centros de Diagnóstico Integral y 582 Salas de Rehabilitación Integral.
 
Más cirugías oftalmológicas en Nicaragua
 
El gobierno de Nicaragua anunció que la Operación Milagro para cirugías oculares, con la colaboración de médicos cubanos, llegará el próximo mes en servicio itinerante al sureño departamento de Río San Juan. Rosario Murillo, coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, explicó que en ese territorio hay al menos 517 personas que requieren operaciones oftalmológicas, según identificaron mediante pesquisa de Salud en las comunidades.
 
El servicio móvil está por concluir sus labores en la zona del Triángulo Minero, perteneciente a la Región Autónoma del Atlántico Norte, donde realizaron 505 cirugías desde febrero hasta la fecha, destacó la funcionaria, quien reiteró el agradecimiento al pueblo y gobierno cubanos.
 
La Operación Milagro incorporó en febrero de 2012 la modalidad itinerante a fin de acercar las atenciones a los pacientes y poder llegar a los sitios de más