Juventud: Levante y anda
El Levante Popular da Juventude es un espacio político que aglutina experiencias organizativas con la juventud brasilera. El 1 de Febrero comenzó su primer campamento nacional. A poco más de un mes del asesinato de los jóvenes militantes Paton, Jere y Mono en Argentina, de los asesinatos perpetrados contra niños y jóvenes en el desalojo del barrio Pinheirinho (Sao José dos Campos- Sao Paulo); entrevistamos a militantes del Levante.
¿Cuál fue el camino recorrido para llegar al Campamento Nacional del Levante?
El primer campamento nacional del Levante no comienza hoy. Tiene una trayectoria, una historia que se inició durante el 2006 en Río Grande do Sul. En ese momento, militantes de organizaciones sociales principalmente ligadas a Vía Campesina, definieron como prioritario comenzar un proceso organizativo con la juventud. En especial con jóvenes de medios urbanos periféricos. Desde ese entonces en diferentes estados se desarrollaron experiencias con jóvenes urbanos que no tenían referencias con movimientos sociales. Hasta ese momento las organizaciones campesinas no trabajaban con fuerza su referencialidad para con el espacio urbano. No obstante, el Levante surge en primer lugar para articular trabajos innovadores dentro de las ciudades. En segundo, para propiciar la confluencia de los procesos urbanos con el trabajo acumulado de la juventud campesina organizada. El Levante sintetiza la intención de construir una herramienta nacional a partir del eje específico de juventud. Concebirlo como herramienta con pretensiones nacionales tiene relación directa con los debates que atravesaron a Consulta Popular.
En los últimos años el proceso de nacionalización se fue dando de forma más sistemática. Dicha herramienta adoptó la particularidad de organizar a jóvenes de sectores urbanos periféricos, estudiantiles y campesinos en la perspectiva de construcción de un proyecto popular de país. Es decir, se trabaja en todos aquellos sectores donde se encuentra la clase trabajadora.
¿Qué es la Consulta Popular?
Es una herramienta política que nació en 1997 por iniciativa de los movimientos sociales, en especial de los campesinos. Al constatar las limitaciones de las herramientas políticas construidas y establecidas, emerge la necesidad de construir una representación política propia que contemple como propósito fundamental la construcción de un proyecto político popular. La Consulta Popular es la vocación manifiesta de los movimientos sociales de trascender lo reivindicativo, discutir dimensiones estructurales de nuestra realidad y proponer un modelo de país.
Además del Levante ¿qué organizaciones participan del Campamento?
Del campamento participaran 16 estados de todo Brasil. 500 jóvenes de Rio Grande do Sul y 500 de los demás estados de Brasil. El campamento es un marco de aproximación entre diversas experiencias de trabajo con juventud. Muchas de estas experiencias tienen nombre propio, sentido de pertenencia local. El objetivo de este campamento será consolidar la identificación nacional de estas experiencias con el Levante Popular da Juventude. Entendemos que el proceso de construcción del Levante no termina en el campamento. Este es el primer paso. Brasil es un país continental. Cada experiencia remite a un universo cultural bien marcado: la juventud amazónica tiene un perfil, la del Nordeste otro y así. La propuesta es confluir en torno al proyecto popular.
¿Cuáles son las estrategias de intervención concretas que tienen para trabajar con jóvenes del medio urbano?
Buscamos que las metodologías de intervención tengan la capacidad de dialogar con los jóvenes. Las alternativas tradicionales, los partidos políticos de izquierda tienen gran dificultad para dialogar. No se pueden comunicar, no se hacen entender. Entonces, un presupuesto nuestro es devolver la capacidad de dialogar, interactuar. Crear una interlocución con estos sujetos. Para ese objetivo lanzamos una serie de técnicas que incluyen herramientas del campo comunicacional, arte, música. La idea es construir un puente entre los dos universos. Pero, sobretodo, nosotros ponemos en juego la posibilidad de ofrecer a ellos un grupo, un proceso de organización. Esta experiencia se desarrolla en una dimensión elemental: la construcción de vínculos de amistad. Nos organizamos a través de células, en núcleos de jóvenes que sobretodo son grupos de amigos. Tienen una experiencia de vida en común, se identifican y conviven en una relación de amistad. En un contexto de total fragmentación, de devastación de los principios más elementales de la vida en sociedad; lo que se ofrece es un grupo de referencia. Entendemos que esta es una forma de acercar a los jóvenes a una forma incipiente de organización política. Otra tarea que tenemos con los jóvenes urbanos es fraguar debates en el propio movimiento estudiantil. Cuántos estudiantes están dispuestos a comprometerse con la construcción de un proyecto popular.
¿Podríamos considerar al campamento como otra alternativa de intervención hacia los jóvenes?
Es una práctica de interpelación. Más que una instancia de formación profunda, el campamento es un momento donde la juventud consigue encontrarse, enterarse de que los problemas que atraviesan al campo y la ciudad son bastantes parecidos. Propicia una visión estructural de modo tal que las problemáticas que parecen específicas de los propios territorios dejan paso a una visión más estratégica de la realidad. Los jóvenes del campo y la ciudad nos juntamos para percibir los problemas en común y así construir luchas y organización permanente en torno a un proyecto.
El campamento intenta configurarse, a partir de vivencias y experiencias de vida, como un proceso de formación profundo. Convivir en un espacio donde no existen relaciones opresivas, donde todos contribuyen a la convivencia, donde te identificás con el que tenés al lado. El campamento representa una experiencia de vida que la sociedad niega. Estos 5 días son el primer paso en la construcción de un proyecto político popular.
¿Cuáles son los principales problemas que atraviesan al joven del medio urbano?
No tenemos esa información tan sistematizada como deberíamos pero desde nuestra experiencia podemos afirmar que el denominador común en los jóvenes de grandes barriadas periféricas es la falta de horizonte. Además, la falta de acceso a un conjunto de derechos y servicios elementales que el Estado niega. Esta juventud se caracteriza por una falta de perspectiva, de proyección. Se ven obligados a vivir el día a día y si existe algún sentido de futuro se relaciona, la mayoría de las veces, con el tráfico de drogas. Esto tiene implicancias trascendentales en la configuración subjetiva. El Estado no tiene la menor idea de cómo lidiar con ello. Acciona a través de la represión y las políticas públicas restantes están muy alejadas de conseguir incluir a esos jóvenes al sistema. En cuanto a la dimensión educativa, en el Nivel Medio Nacional se registra un 50 % de deserción por parte de los jóvenes. Les resulta dificultoso encontrar sentido a la escuela más aún luego de su acceso al mundo del trabajo.
¿Cómo es la relación entre los jóvenes del medio urbano y el mundo del trabajo?
Brasil atraviesa, durante la última década, un proceso de crecimiento económico. Este fenómeno absorbió mano de obra a la que antes le resultaba difícil encontrar empleo. Justamente esta franja poblacional es la que conformó y mora en los grandes conglomerados urbanos periféricos. Son personas que mantienen una relación muy frágil con el mercado formal de trabajo. El crecimiento económico les reserva un lugar poco feliz dentro del escenario laboral. Los jóvenes son empleados mayoritariamente en la construcción. Mega-proyectos, carreteras, obra pública y privada. Por lo general, emplearse en la construcción no responde al orden de los deseos sino de la necesidad. La perspectiva de ascenso social, la necesidad de aportar a la construcción de una sociedad radicalmente más justa; no tiene mucho lugar en este tipo de empleo. Apuntar procesos de organización sindical es un debate que nos estamos dando. El porcentaje de trabajadores sindicalizados a nivel nacional ronda el 17 %. En un contexto donde el número de jóvenes trabajadores va en alza, el sindicato no logra constituirse como referencia fuerte. Esto es un reto para la izquierda en Brasil.