Campesinos de Latinoamérica condenan bloqueo del EE.UU. a Cuba
Quito, 17 oct (PL) La Declaración de Quito del V Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-Vía campesina) reiteró su permanente solidaridad con la Revolución Cubana y condenó el bloqueo de 50 años impuesto por Estados Unidos.
El documento que resumió los debates de unos mil delegados de 18 países, reunidos aquí del 8 al 16 de octubre, exigió al gobierno de Estados Unidos la liberación de los cinco revolucionarios cubanos mantenidos prisioneros desde hace 11 años en ese país por defender a su pueblo del terrorismo.
Fernando González, René González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, fueron condenados a largas penas sin pruebas sobre los delitos mas graves que se les imputaron.
Saludamos, agrega el documento, a las organizaciones de Ecuador que se movilizaron decididamente y derrotaron un intento de golpe en este país.
El Congreso se solidarizó con la resistencia popular en Honduras, que pese a la continuidad del golpismo ha logrado apoyo mayoritario a una Asamblea Constituyente.
Estamos viviendo una etapa de ascenso de las luchas sociales en América Latina, resalta la Declaración, y afirma que ello ha provocado simultáneamente el surgimiento de gobiernos progresistas y el recrudecimiento de las agresiones desde el imperio.
Las derechas del continente, acota, el gobierno de Estados Unidos y los grandes capitales despliegan una contraofensiva con nuevas formas de colonialismo, despojo y represión, combinando estrategias políticas con formas más crudas de militarización y agresión armada.
El Congreso, dice la Declaración, celebró con entusiasmo el triunfo de las luchas sociales en Bolivia y Ecuador, que han comenzado profundos procesos de transformación nacional y permitido la adopción de Constituciones nacionales revolucionarias.
La CLOC expresó su solidaridad con la lucha del pueblo Mapuche y los sectores sociales decididos a luchar hasta lograr la revocación de una ley antiterrorista, así como con el valeroso pueblo de Haití, movilizado contra la ocupación militar luego del terremoto.
Nos solidarizamos también, agrega la Declaración, con el pueblo colombiano, que sufre y resiste sin rendirse las agresiones sistemáticas y criminales del Estado y el paramilitarismo y exigimos la solución política y negociada del conflicto social y armado.
La agricultura, el agua, la alimentación y nuestros bienes naturales son hoy objetivo central del gran capital financiero, que mediante grandes inversiones han acelerado la concentración de la producción, procesamiento y comercialización agrícolas.
El resultado es la expulsión masiva y por la fuerza de pueblos originarios y campesinos, añade la CLOC, la extranjerización de la tierra, la pérdida de soberanía nacional y popular, así como la destrucción de la Madre Tierra.
Alerta el Congreso que la crisis climática producida por los modelos de producción y consumo impuestos por el capitalismo deja sentir sus peores consecuencias sobre los pueblos del mundo y especialmente sobre quienes vivimos y producimos en el campo.
Frente a eso, concluye la Declaración, reafirman la decisión de defender el planeta, la agricultura campesina y la dignidad y buen vivir de los pueblos, y subrayan esta es la vía más segura y efectiva para enfriar el planeta y reconstituir los equilibrios naturales.