Por una comunicación con y desde el pueblo

2004-07-27 00:00:00

Hemos escuchado que la política es la guerra por otras vías, hoy podríamos decir lo
mismo sobre la comunicación; esta fue una de las primeras expresiones del destacado
intelectual brasileño Frei Betto al iniciar la conferencia Comunicación, Cultura y
Hegemonía celebrada como parte del programa del Foro Social Américas que se celebra
en la ciudad de Quito, Ecuador. Los grandes medios de comunicación tienen un
matrimonio con el “Dios mercado”, su papel radica en crear “consumistas”, esa
enfermedad que genera el capitalismo, continuó. Las imágenes que vende la televisión
provoca inseguridad en nuestras propias identidades y buscamos compensar esa
inseguridad consumiendo las ropas, los productos de aseo, los automóviles, en fin,
aquello que nos acerque a la imagen vendida como “moderna”, “exitosa”. Se ha
producido un proceso creciente de mercantilización de los medios, que ha llegado a
todas las expresiones de estos.

Habló Betto de como hoy los medios secuestran la fantasía de nuestros niños y
generan un mundo con menos imaginación; para más adelante señalar, al referirse a los
medios alternativos de comunicación, que estos deben abandonar la perspectiva de
comunicar para el pueblo, para asumir la perspectiva de hablar con y desde el pueblo,
con los códigos del pueblo, con sus recursos y expresiones culturales, y que esto debe
hacerse con mucha profesionalidad, para eso hay que generar procesos de capacitación
entre los comunicadores populares. Deben utilizarse las nuevas tecnologías pero no
dejar de valorar las herramientas artesanales de la comunicación popular.

Por su parte Rosa María Alfaro de la Veeduría Ciudadana de la Comunicación Social de
Perú comenzó su intervención con la constatación de que los medios, desde su
surgimiento, han estado al servicio de las elites económicas y políticas y que han
ignorado los reclamos de la ciudadanía. Una expresión de esto es cómo muchos medios
aún hoy, no conocen realmente a sus públicos. Por otra parte, una parte importante de
las personas en nuestros países de latinoamericanos, pasan directamente de la cultura
oral adquirida en sus familias y comunidades a la cultura audiovisual impuesta desde los
medios sin pasar por una escolarización adecuada. Señaló además cómo los medios
apostaron a una homogenización de las culturas, pero esto fracasó ante la diversidad
cultural y las identidades diversas, pero hoy apuestan a una fragmentación que debe
preocuparnos tanto como el intento anterior.

Mas adelante señaló que hoy los ciudadanos – espectadores son presentados en los
medios no como sujetos activos sino como simples víctimas, principalmente del Estado,
con una capacidad de influencia muy baja para generar cambios. Se crea una atmósfera
anti – Estado que sirve a la derecha. Esto favorece al proceso de privatización de lo
público y a hacer pensar que estamos en una sociedad sin salidas, salvo la entrada de
capital extranjero o la aparición de un político salvador. Ambas opciones suelen
provocar grandes frustraciones. No se presentan a los sujetos reales de transformación,
por ejemplo, no salen en los medios los proyectos de desarrollo local.

Es necesario entonces transformar estos medios, concluyó Rosa María Alfaro, y hay
formas de intentarlo, desde los medios populares y desde la presión de la ciudadanía
sobre aquellos.

Concluyó esta conferencia con la intervención del destacado investigador mexicano
Héctor Díaz Polanco quién inició su intervención resaltando la creciente resistencia al
proyecto hegemónico. Este proyecto había partido de la hipótesis de que la
homogenización cultural era la vía para su perpetuación, pero en menos de 10 años ha
quedado claro que era una hipótesis falsa. Todo lo contrario: la globalización ha
activado las particularidades, ha generado una reacción de afirmación de las
identidades. Por eso hoy, el imperio intenta “administrar” la diversidad y lo que está
entonces en contradicción es, por una parte, el movimiento que defiende realmente las
particularidades, las identidades, los derechos diversos y, por otra parte, los intentos de
sofocar esa diversidad.

Se apuesta a las hipótesis del Estado neutral y a la supuesta universalidad de un
modelo que es particular, fruto de una visión racionalista y occidental que es funcional
al sistema hegemónico, continuó el expositor. Este truco es asumido por diferentes
agencias legitimadas, como medios de comunicación y organismos internacionales.
Ante esto, señaló Díaz Polanco, se imponen retos que resumió en tres propuestas. Una,
hacer una crítica al falso universalismo; dos, avanzar en una fundamentación de la
pluralidad que deje atrás los supuestos liberales, y tres apoyar la autonomías pero
concibiéndolas sólo como espacios de ampliación de las libertades.