FSM Migraciones

Derribando los muros

2010-10-09 00:00:00

Las personas migrantes y los grupos humanos en situaciones de movilidad son quienes están sufriendo las peores consecuencias de la crisis generada por el capitalismo neoliberal a escala global.

 
La globalización no puede seguir como va. Aparte de la destrucción de los recursos naturales, está propiciando la violación de los derechos de las personas, principalmente migrantes, cuyo número es superior a 200 millones en el planeta.
 
Y ahora, como herencia del 11-S, el atentado contra las torres gemelas del World Trade Center, en Nueva York, tenemos una securitización y criminalización de las migraciones, las fronteras han sido convertidas en terreno de violación constante de los derechos humanos. Hay un retroceso gigantesco en este ámbito.
 
Quien afirma lo anterior es el sociólogo e historiador colombiano Iván Forero, coordinador del Área de Estudios de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado y miembro del Comité Internacional del Foro Social Mundial de las Migraciones cuya cuarta edición dio inicio hoy, 8 de octubre, en esta ciudad andina de Quito, Ecuador.
 
Para Forero hay grandes expectativas puestas en el FSMM por la confluencia con la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), “pues es la primera vez que este Foro se asocia a otra experiencia de organización social estructurada y este es un paso estratégico porque significa articularnos con los nuestros, es decir, el movimiento campesino, uno de los más afectados por el tema de las migraciones”.
 
Además, asegura Forero, la CLOC y la Vía Campesina están planteando la posibilidad de una estructuración distinta de la vida social y productiva, representada por el concepto de soberanía alimentaria, como respuesta para romper con los modelos migratorios nefastos.
“Se respira en el Foro —añade— que el eje articulador temático político es el cambio climático, la crisis ecológica ambiental. De hecho, estamos hablando de una nueva categoría de migrantes que son los refugiados medioambientales y tendremos gente para testimoniar ese impacto”.
 
“Nos interesa mucho enfocar lo que está pasando en la frontera entre Estados Unidos y México y en la frontera sur de este país con Guatemala; lo que está ocurriendo en la frontera de Ceuta y Melilla, lo que está pasando en Lampedusa o las nuevas fronteras del este europeo; se trata de fronteras físicas, legales, culturales y judiciales”, dice.
 
“En esos espacios prima más la seguridad en el marco del estado de excepción que prevalece en la mayor parte del mundo, no sólo en Ecuador; es un estado de excepción mundial, herencia del 11-S, es la securitización de las políticas migratorias”, asegura Forero.
 
“Y otro elemento que pensamos es central para este Foro es descubrir que los migrantes no son solamente individuos sino procesos articulados, son pueblos en movimiento. Los procesos de movilidad humana afectan de forma sustancial la constitución del ser ciudadano en este planeta. Uno de los lemas nuestros es: pueblos en movimiento por una ciudadanía universal.”
 
En la idea del FSMM, la migración indígena es también un eje estratégico porque casi el 60 por ciento de esa población es hoy urbana y eso representa un desafío a la interculturalidad y a las posibilidades de políticas públicas de integración participativa en la construcción de una nueva ciudadanía.
 
Forero explica que Ecuador es de los pocos países, por no decir el único, que han asumido el tema de la ciudadanía universal como un elemento estructural de su construcción política, es decir, la nueva Constitución ecuatoriana y sus nuevas leyes.
 
Y considera que el FSM de migraciones se realiza en Ecuador como una valoración de lo que estes país ha alcanzao para colocar este tema en su agenda de política pública.
 
El comité organizador del Foro está integrado por 18 redes internacionales de migrantes y organizaciones que trabajan por los derechos de los migrantes. También participan redes especializadas desde el ámbito académico, por ejemplo la Red de Migración y Desarrollo que agrupa a más de 600 investigadores académicos de todo el mundo cuya coordinación reside en México; o redes como la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER), en el ámbito de las migraciones y la comunicación.
 
También está presente la Alianza de Latinoamericanos y Caribeños en Estados Unidos, una de las organizaciones de mayor repercusión entre la propia ciudadanía estadounidense en la lucha por los derechos de los migrantes en ese país. O las redes de migrantes en Europa que trabajan por el derecho a tener papeles legales.
 
Queremos destacar —continúa Forero— todo lo que tiene que ver con trata de personas: es un tema nuevo, de reciente incorporación a la agenda del FSM de las migraciones, con lo cual se busca desnudar la visión patriarcal de la globalización neoliberal que convierte nuevamente en mercancía a millones de personas para la explotación sexual y laboral.
 
“Ya están en Quito, delegados del sureste asiático, Korea, Filipinas, Paquistán, cuyas redes que han estado trabajando desde hace muchos años, darán cuenta del terrible mercado de trata de personas, acciones que desarrollan en esos países y otras regiones del planeta por el respeto a sus derechos.”
 
“Por ejemplo, es importante hablar de los nuevos bancos de empleo que crean los Estados para negociar directamente con las multinacionales. Determinada empresa contrata 30 mil mujeres en un banco, pero el precio de esa mano de obra es a la baja. Lo destacable es que los Estados negocian a la baja a su propios trabajadores en beneficio de las transnacionales, una verdadera exclavitud en pleno siglo XXI.”
 
“Son verdaderas subastas, luego llevan a las personas a trabajar en fábricas-barco en aguas internacionales donde no tienen aplicación las leyes nacionales, no pagan impuestos. Estamos asistiendo a nuevas formas de esclavitud en las que el valor de la mano de obra tiende a ser cero, asegura Forero.”
 
Explica que ese modelo está unido a lo que pasa en México en las maquilas, por ejemplo; y no se trata de algo fortuito sino es el resultado de políticas planificadas para imponer nuevos modelos de relación laboral.
 
“Tenemos que romper la lógica de que la Declaración Universal de los Derechos Humanos es letra muerta y, por lo tanto, el Artículo 13 ni siquiera se le toma en cuenta, es como si no existiera dentro del cuerpo de la ley. Hay casos muy graves en Europa donde en vez de restringir los tiempos de detención de las personas en espera de ser expulsadas, se han alargado; hay que denunciar la Directiva de la Vergüenza, muy similar a la Ley de Arizona, muy parecida a medidas que se están tomando en Japón y en otros lugares para restringir el derecho a la libre circulación de las personas”.
 
Forero concluye con una situación hipotética: Imaginen que fueran devueltos los 600 mil ecuatorianos emigrados a España, o los 10 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos, ¿cómo se enfrenta eso?