Reunión Trinacional de Harper, Bush, y Calderón en Montebello, Québec

Un golpe de estado se incuba detrás de la Cumbre ASPAN de \'los Tres Amigos\'

2007-08-21 00:00:00

(Ottawa, Montreal, Ciudad de México y Washington - 17 de agosto de 2007).- El 20 y 21 de agosto, el Presidente estadounidense Bush y el presidente mexicano Calderón se reúnen con el Primer Ministro Canadiense Harper para impulsar “la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte” (ASPAN), un TLCAN Plus NAFTA guiado por agenda trasnacional. Los tres jefes de Estado se reunirán en el Castillo Montebello detrás de un cordón de seguridad masivo que los mantendrá lejos del público. Sin embargo, los Presidentes de las corporaciones, miembros del Consejo de Competitividad de América del Norte (CCAN) tendrán entrada directa a estas conversaciones. Los 10 miembros mexicanos del Consejo fueron designados en junio del 2006 por el Presidente Fox y les han dado acceso privilegiado a los titulares de las Secretarías para empujar su visión corporativa para \'la integración\' continental.

Una alianza de grupos ciudadanos de los tres países cuestionan no sólo el orden del día de la reunión de estos líderes sino también el secreto que rodea las discusiones en curso de la ASPAN. El Consejo canadiense de Principales Ejecutivos (CCCE) y el Consejo de Competitividad de América del Norte (CCAN) actúan como asesores de los altos funcionarios, pero no se conceden acceso al público a estos espacios de decisión,>> comenta Rick Arnold de Fronteras Comunes, una red canadiense de organizaciones sindicales, iglesias, ambientalistas, desarrollo internacional y estudiantes >

¿Seguridad Energética para quién?

Todos los signos indican que la prioridad del orden del día para la reunión de estos ‘tres amigos será el tema de la seguridad energética en Norteamérica, sacrificando la propia seguridad energética de Canadá y México para satisfacer la demanda estadounidense. Canadá regaló hace 14 años su capacidad de controlar los niveles del petróleo y el gas que exporta a los EE.UU., cuando se estableció en el TLC la cláusula de proporcionalidad. Por lo tanto Canadá se encuentra obligado a enviar aproximadamente el 65 por ciento de su producción y ahora tiene que importar el 40 por ciento del petróleo que consume (cada vez más de Argelia e Iraq) para satisfacer su déficit. México protegió su petróleo en el TLCAN porque negoció una exclusión y debido al reconocimiento constitucional de la propiedad pública del petróleo. Sin embargo, estas conversaciones de Montebello se centrarán en \'ayudar\' a México a hacer su sector energético más competitivo – con un poco \'ayuda\' de privatización trasnacional del petróleo. Washington también buscará un compromiso de sus dos vecinos para acelerar la exploración y la producción de petróleo y gas y la construcción de tuberías hacia las refinerías de los EE.UU.

Dado que las fuentes de petróleo fácilmente accesibles están en rápido descenso y el apetito estadounidense por los combustibles fósiles sigue creciendo, los mexicanos podrían quedarse en la oscuridad y los canadienses congelarse cuando sus reservas de energía sean absorbidas y queden secas>>, comenta desde Montreal Normand Pepin de la Red Québec de Integración Continental (RQIC).

Decisiones de ASPAN sin opiniones públicas

Nos enfrentamos con una nueva fase de la integración neo-liberal en Norteamérica donde la toma de decisiones sobre cambios importantes, bajo el techo de ASPAN, la tiene una sóla parte gubernamental, el Poder Ejecutivo, que evade a nuestras instituciones democráticas. Además del centro de atención de los líderes en la seguridad energética, habrá informes de 19 grupos de trabajo tri-nacionales que abordan aproximadamente 300 iniciativas/áreas bajo el techo de ASPAN. Sus promotores afirman que sólo están tratando de acordar regulaciones y armonización de estándares, nada que debería preocuparle al público, y seguramente nada para discutir con los legisladores. La realidad es otra. Basados en el dudoso principio de que nuestra prosperidad depende de nuestra seguridad, los múltiples comités trinacionales de la ASPAN ponen en práctica medidas militares y de seguridad, al tiempo que empujan una « integración » al gusto de los intereses trasnacionales de todo, desde alimentos transgénicos hasta las redes eléctricas y energéticas de América del Norte.

En los últimos cuatro meses el gobierno del Premier Harper anunció que los canadienses tendrán que adaptarse a tener más plaguicidas en la comida importada cuando Canadá armonice la cantidad de plaguicidas aceptables en la fruta y verduras importadas para adaptarse a los niveles estadounidenses y mexicanos. En tanto que los Secretarios del gobierno de México afirman que es imposible cerrarse a la tecnología de los cultivos transgénicos (que aumentaría la contaminación y destruiría biodiversidad, indígenas y campesinos). En esa línea de introducir cambios reguladores Ottawa se dobló a los deseos de Washington y ha señalado que está listo a la producción acelerada de petróleo. En el mismo espíritu, en junio Canadá se sumó a las listas negras de pasajeros canadienses, que calificados como potencial « riesgo a la seguridad » pone en peligro potencial a cerca de 2000 ciudadanos cuyos nombres circularán ilegalmente por el mundo.

«Reglas de Origen» a cambio de pérdida de empleos industriales

Al tiempo que tanto Canadá como México pierden empleos industriales a un ritmo alarmante, el Grupo de Reglas de Origen del TLCAN ha preparado un informe a los tres líderes sobre sus propósitos para \'liberalizar\' aún más esta área. Las reglas del origen existen para determinar la proporción de partes de un producto que cada país ha producido y puede exportar, y qué arancel preferencial se pagaría, en caso de existir. La cuestión de fondo es, si hay producción hay empleos.

Sin embargo, este Grupo de Trabajo sobre Reglas del Origen tiene como prioridad la compra barata de los componentes y no la creación de trabajo en los países del TLCAN. Para México esto ha significado que ‘el contenido mexicano’ de sus exportaciones se desplomó del 90 % al 30 %, con una pérdida de cientos de miles de empleos, en particular en las pequeñas y medianas empresas. La experiencia canadiense es también negativa, los cambios a las reglas de origen han contribuido a la pérdida de 250,000 empleos industriales durante los últimos 5 años – un promedio de 150 buenos empleos desaparecen cada día. No obstante el daño ya hecho al sector industrial, el Grupo de Trabajo sobre Reglas de Origen pretende en Montebello recomendar acceso preferente a los componentes que vienen de todos los países que han firmado acuerdos de libre comercio con el grupo del TLCAN; como si esos componentes hubieran sido producidos dentro del perímetro Norteamericano [el objetivo inmediato son los TLC con los países centroamericanos y del Caribe].

¿Un « Plan Colombia » para México?

Recientes declaraciones de legisladores y notas de prensa indican que las administraciones de Bush y Calderon han estado negociando silenciosamente para acordar un multimillonario paquete de ayuda multianual para combatir supuestamente en México a los cárteles de la droga, y un alto funcionario del Gobierno estadounidense adelantó que el anuncio del acuerdo se haría en la Cumbre en Montebello. Los elementos de este plan de ayuda incluirían, entre otros, equipo de intervención electrónica que abre la puerta a actividades ilegales de espionaje a la ciudadanía, aviones de transporte de grupo mexicanos anti droga, y una iniciativa de capacitación a oficiales mexicanos. Estas negociaciones han sido escondidas a los medios, a los legisladores y al público. Quiza porque el pueblo mexicano tiene experiencia histórica de invasiones e intervenciones militares estadounidenses en el suelo de México. Sin embargo, dadas las semejanzas con el polémico Plan Colombia que los Estados Unidos financia, y que no ha sido usada sólo contra los señores de la droga en aquel país, sino también contra los ciudadanos que se oponen a la política antidemocrática del gobierno de Bogotá, el público mexicano tiene razones para estar preocupado por esta nueva y sigilosa « ayuda » de la administración de Bush.

El estar acordando importantes cuestiones bajo un manto de secrecía, como lo hacen los dirigentes de la ASPAN, y sin que los ciudadanos de los tres países recibamos ninguna información, es la amenaza más seria a la democracia y a los derechos de toda la gente de Norteamérica, concluye Villamar.

El gobierno de los EE.UU. debería parar su ‘miedo de traficante’

La Alianza por el Comercio Responsable (ART), con sede en Washington, subraya que un Congreso Democráta estaría en posibilidad de bajarle velocidad al orden del día y conseguir un poco de transparencia sobre los fines de la ASPAN, pero hasta ahora en el nuevo Congreso hay poca conciencia sobre las intenciones de la ASPAN. Al mismo tiempo, Tom Loudon portavoz de ART advierte que la política exterior estadounidense probablemente seguirá su curso destructivo ya que la mayor parte de Demócratas están bajo la presión de los intereses corporativos.

Según Loudon “El gobierno de los EE.UU. tiene que parar su miedo de traficante y emprender el camino en una nueva y positiva dirección. Los EE.UU. tienen que reconocer y honrar la soberanía de nuestros dos vecinos en Norteamérica, y respetar los derechos humanos y las libertades civiles en la región.” Loudon añade que “En este subcontinente deberíamos trabajar para asegurar el respeto a los derechos laborales y asegurar el trabajo decente para todos, así como priorizar la sustentabilidad ambiental”.

La política pública debe prevalecer sobre los intereses privados

La alianza de las cuatro redes pide a los legisladores de los tres países, exigir transparencia plena en el proceso de ASPAN y poner un alto al antidemocrático acceso de los corporativos a los Ministros y otros altos funcionarios de gobierno, como lo acordaron con el Consejo de la Competitividad de América del Norte.

Las cuatro redes enfatizan que los líderes de Norteamérica también deben abrir a la discusión pública sobre cuestiones vitales, entre ellas, la creciente polarización del ingreso y del bienestar en cada una de nuestras sociedades, el imperativo de garantizar el acceso universal a los servicios públicos de salud, y la necesidad de conjuntar esfuerzos para combatir el calentamiento global.

Para más información, favor de contactar a:

Rick Arnold, Common Frontiers: Celular 905-373-8792; comfront@web.ca

Normand Pepin, RQIC: Tel. (514) 217-6529; pepinn@csd.qc.ca

Alejandro Villamar, RMALC : Tel. 011 (52) (55) 5356-0599; rmalc@laneta.apc.org

Tom Loudon, ART-USA: Tel. (301) 699-0042; toml@quixote.org