Internacional

2003-10-15 00:00:00

BRASIL: CRÍMENES DEL LATIFUNDIO
Históricamente, la violencia en el campo ha sido causada por la enorme concentración de la tierra. Además de centenas de asesinatos de trabajadores rurales, el monopolio de la tierra genera pobreza, desempleo, exclusión social, como también la preservación del poder de las oligarquías rurales que buscan perpetuar la estructura colonial en el país.

Números de la violencia
Entre enero y agosto de 2003, la Comisión Pastoral de la Tierra documentó 44 asesinatos de trabajadores rurales. De 1985 a 2002, se registraron 1.280 asesinatos de campesinos, abogados, técnicos, líderes sindicales y religiosos vinculados a la lucha por la tierra.

La impunidad es prácticamente la regla general en estos casos. De los 1.280 asesinatos, tan solo 121 fueron juzgados. Entre los contratantes de los crímenes, solamente 14 fueron juzgados, siendo siete condenados. Fueron llevados a juicio cuatro intermediarios, y dos fueron condenados. De los 96 ejecutores juzgados, 58 fueron condenados.

De 1985 a 2002, se registraron 6.330 prisiones arbitrarias de trabajadores rurales. Durante el mismo período, hubo 715 casos de tortura y 19.349 agresiones físicas. Solamente en 2002, hubo 43 asesinatos, 20 tentativas de asesinato y 73 amenazas de muerte contra trabajadores, además de 44 agredidos físicamente y 20 torturados.

El monopolio de la tierra
Las mejores tierras se destinan a la monocultura de cultivos para la exportación como caña, café, algodón, soya y naranja. Al mismo tiempo, 40 millones de personas pasan hambre en el país, siendo que gran parte están en el medio rural. Mientras tanto, los pequeños agricultores son los responsables de la producción de la mayor parte de alimentos y de la generación de empleos en el campo.