2008-04-13 00:00:00

Pareciera que fue apenas ayer cuando en medio de eventos de capacitación, CEN y actos deportivos, nos aprestábamos a cumplir nada menos que 60 años desde que nuestra Gloriosa Confederación Campesina del Perú, CCP, fuera fundada por el discípulo del Amauta, Juan Hipólito Pévez.

Ahora, ya nuestra CCP ha pasado la barrera de los sesenta y en un abrir y cerrar de ojos, estamos en los 61, o sesenta más uno, como dicen nuestros paisanos cuando se refieren a la edad. Y si bien, los festejos de hoy no son los mismos que los del año pasado, lo que sí son iguales o quizás más grandes, los retos que sigue teniendo al frente la organización campesina.

Es sabido que nuestra central, la más antigua organización campesina creada al influjo de las ideas aurorales de José Carlos Mariátegui, atraviesa una situación difícil, como seguramente ha pasado en otras etapas de estas más de seis décadas de lucha inclaudicable por la tierra, el poder, la producción y la democracia, es decir, por una sociedad rural nueva de hombres y mujeres con derechos de ciudadanos y productores.

Sin embargo, de eso también se alimenta la CCP, de los momentos complicados, que son los que finalmente son una especie de crisol en que se va templando el carácter y razón de ser las organizaciones que no están dispuestas a abandonar sus principios rectores. Y en medio de estas situaciones la CCP persiste en seguir buscando no solo la mejor manera de responder a los retos que hoy nos plantea el gobierno de turno testaferro del neoliberalismo que implantó Fujimori, sino de fortalecer nuestra organización desde su base.

En momentos que este gobierno aprista, que ha incubado una nueva superconvivencia con la derecha neoliberal, con el fujimorismo corrupto y con los sectores de un militarismo retrógrado que encarna Giampietri, nos sigue agrediendo, que persiste en destruir la comunidad campesinas, el destruir el medio ambiente y nuestros ricos recursos naturales, en que se busca privatizar nuestra agua tan vital para el futuro de la vida misma; en momentos en que el aprismo muestra la peor de sus caras, y que persigue y encarcela a quienes discrepan u opinan diferente del pensamiento oficial neoliberal, en momentos en que se persiguen dirigentes y se encarcelan inocentes, en estos momentos tan difíciles, nos toca celebrar estos 61 años, y lo hacemos reafirmando nuestras convicciones.

Y esas convicciones se resumen en seguir luchando por una comunidad y campo nuevo, por un agro nuevo, por un Perú nuevo, porque estamos convencidos de que Otro Mundo es Posible; y la manera de hacerlo ahora es denunciar el carácter neoliberal y retrógrado de este gobierno aprista, con el que no cabe ninguna concesión. Y enfrentarlo con las propuestas que recojan lo mejor de nuestra tradición de lucha y del saber de nuestra cultura ancestral andina y el conocimiento moderno.

¡Viva la Confederación Campesina del Perú!!!
¡Vivan las comunidades campesinas!!!
¡Abajo el gobierno neoliberal aprofujimorista!!!